"Aquello que para la oruga es el fin de mundo, para el resto del mundo se llama mariposa" Lao-Tse
Desde los albores de la humanidad el ser humano se ha
preguntado acerca de la muerte y sobre la existencia o no después de ella. Las
religiones han sido las únicas que se han atrevido a dar respuestas acerca de
este misterio a lo largo de la historia. Me gustaría aclarar antes de continuar
que lo que aquí escribo es sólo información basada en teorías y mi opinión
personal sobre el tema que es completamente discutible. Mi propósito no es dar
por válida la parte de la controversia que muestro sino emplear la información
que he conseguido para ofrecer una respuesta posible, aunque no sea la única.
En realidad el tema de la muerte es un verdadero tabú en
Occidente, a todo el mundo le
desconcierta y nadie sabe nada, por no saber ni siquiera nos atrevemos a hablar
sobre ello. No se nos enseña desde pequeños ningún conocimiento en las escuelas
y a medida que vamos creciendo adquirimos una sensación de temor y de
ocultación acerca del tema que la sociedad se encarga de remarcar. Es cierto
que la muerte está ligada con el dolor de la pérdida pero sin embargo hay
lugares en el mundo en el que se celebra, e incluso existen todo tipo de
rituales donde colabora la comunidad junto con la familia y se habla acerca de ello abiertamente y sin pena, sin estar ligada a
una connotación negativa. Entonces, ¿por qué ese miedo o ese desconocimiento sobre el tema en Occidente? ¿no será que la muerte trae consigo grandes
aprendizajes que no conviene que se sepan?
Últimamente he vivido un acontecimiento que me ha hecho plantearme cosas que sumado al accidente aéreo de hace
unos días me han impulsado a que me ponga a escribir sobre el tema. Tengo la
firme certeza de que todo hecho traumático trae consigo de la mano un
aprendizaje, o varios, y que todo lo que pasa no es que más que una oportunidad
para ser más consciente, aunque al principio la noticia se haga desoladora. El
accidente de avión me ha tocado bastante debido a que yo hice ese mismo
trayecto varias veces cuando vivía en Barcelona… por eso, y aparte del pesar y
sentimiento de tristeza por las víctimas y mi cariño hacia los familiares me
planteo la pregunta: ¿puedo aprender algo sobre ello?
Se me vienen a la cabeza varias respuestas, la primera de
todas, es que en realidad esta vida es un suspiro, la esperanza de vida aquí en
España es de 82.5 años. Eso comparado con los miles de millones de años de las
galaxias o del propio sistema solar o de la misma tierra, es absolutamente
nada. Con esto no me refiero a que sea insignificante la vida de un ser humano,
todo lo contrario, aunque sea minúscula en comparación de años es inmensa en
valor, por ello si nuestro paso por este mundo es tan breve, deberíamos hacer que
cada minuto e instante que pasemos en él cuente, que valga la pena.
Otra
respuesta es que todo cambia. A veces de forma rápida y en un abrir y cerrar de
ojos, por lo tanto no deberíamos aferrarnos a nada que sea transitorio sino a
lo verdaderamente importante. Con ello llego a la conclusión de que el amor y
la coherencia con uno mismo es lo más importante. ¿Estoy utilizando mi vida de
manera correcta?¿estoy siendo feliz? ¿doy y recibo amor? ¿estoy
haciendo lo que realmente siento y quiero? pues en última instancia todos los
moribundos se plantean estas cuestiones. Por último, (aunque vosotros podéis
continuar sacando vuestras propias respuestas y conclusiones), entiendo que la vida es un
regalo que hay aprovechar, disfrutar sin hacer daño consciente a nadie y un
aprendizaje que nos hace ser mejores aunque cueste verlo en un principio.
Todos en algún momento nos hemos hecho conjeturas sobre el
tema, hasta la persona con los pies más arraigados sobre la tierra habrá pensado al menos alguna vez en ello. Varias personas se han arriesgado a investigar y a escribir
sobre el tema. En el S.XIX el pedagogo francés Allan Kardek quien era un escéptico sobre la vida después
de la experiencia física, cambió radicalmente su visión y escribió varios
libros. En los 70 Raymond Moody volvió a abrir el debate con el libro “Vida después de la Vida” en el que se
retrataban casos verídicos de personas que volvían a la vida después de haber
sido diagnosticadas como clínicamente muertas. Fue el primero en utilizar el
término “Experiencia cercana a la muerte”.
También hay trabajos de investigación publicados
en revistas de investigación que afirman que la muerte no existe sino que es un
tránsito hacia otro tipo de existencia menos limitada. El cardiólogo y
científico holandés Pim Van Pommel habla de una consciencia más allá de la vida,
o la científica Elisabeth Kübler Ross escribió varios artículos y libros sobre sus estudios con enfermos terminales
dejando un gran legado sobre el asunto. En nuestro país también hay casos de
personas que lo han investigado, como el doctor en ciencias químicas y oncólogo del
Hospital de Valencia Vincent Guillem quien ha escrito y da conferencias sobre
el tema o el licenciado en Medicina y cirugía por la Universidad de Murcia, Juan
José López, por citar algunos. Es decir, se ha escrito e investigado en abundancia pero la ciencia sigue ridiculizando
estas teorías o no dándolas la relevancia que tienen, como tantas otras cosas
que plantean nuevos paradigmas que quizás no convengan.
La muerte es la mayor lección de la vida, por eso yo creo que se
nos enseña a temerla y a no aprender sobre ella, pues cuando la miras de frente
te enseña a vivir y a nosotros desde pequeños se nos enseña a sobrevivir.
Enseña a aprovechar cada momento y a dar lo mejor de nosotros mismos porque es
lo único que va a reconfortar cuando te vayas. Lo único que importa es el amor, tal y como cantaban los Beatles con su "all you need is love" pues eso
según mi creencia es lo único que te llevarás al otro lado, no la casa, el
coche, ni absolutamente nada material. La muerte cambia a las personas a mejor
porque hace convertirte en un mejor ser humano si vives la vida como merece ser
vivida. Según mi punto de vista la vida se trata de evolucionar para desarrollar
la capacidad de amar y la muerte no es más que un tránsito hacia una existencia
completamente distinta de un espíritu inmortal. Seamos conscientes de ella, no la
tengamos miedo pero sobre todo ¡VIVAMOS!. Dejemos de pasar tiempo perdido en
redes sociales, demos abrazos y besos reales en vez de enviarlos por whatsapp,
pasemos tiempo de calidad con nuestros seres queridos o con cualquier ser
humano y aprovechemos cada minuto para amar, aprender y convertirnos en la
mejor expresión de uno mismo.
Beatriz Casaus 2015 ©