miércoles, 27 de junio de 2012

No estoy acostumbrada

- No estoy acostumbrada

a que las preguntas se hagan por sí solas.

Intuí que eran inservibles, y que jugarían conmigo.


¿Quién oye las quejas de los afligidos?

¿Dónde,

 se esconden los que piensan diferente?

¿Qué es un si te he visto no me acuerdo?

Y un...

 ¿si me acuerdo mejor lo olvido?

¿Para qué tener dos ojos

si con uno sólo, se ve lo que se quiere?

¿Por qué hacemos las mismas preguntas

 si sabemos de antemano las respuestas?

¿Llevar una vida de confort

o ser nómada con la casa a cuestas?

¿Quién,

 se mira ante un espejo desnuda

y aún no se siente bella?

¿Trabajar en lo que no te gusta

tiene algo de sentido?

¿Desde cuándo,

 los perros se comportan mejor que los amos,

y los hombres dan ladridos?

¿Cómo se dice:

no te quiero?

¿Para ligar, mentir es el mejor reclamo?

¿Por qué hay hombres que necesitan niñeras?

¿A dónde van las pestañas que se caen?

¿Qué hacer,

cuando de entre las cenizas

un desconocido te da la mano?

¿Es sano sentir algo cuando nadie más lo sabe?

¿Cuál,

 es la medida de lo justo?

¿De qué sirve un corazón hecho trizas?

¿Cuándo encontraré aquello que busco?

¿Pensar lo que se dice

o actuar como se piensa?

¿¿Revelar una foto analógica es tan anticuado??

¿A qué edad se pierde el respeto a la vida?

¿Dónde,

 queda lo poco que he guardado?

¿Hacia dónde ,

me dirijo cuando he perdido

el sentido común?

¿Por qué algunos se conforman con poco

y otros piden demasiado?

¿Cuánto dura un período de transición?

¿Cómo un lifting te hace mejor persona?

¿Vale la pena estar con alguien

sólo por ser amado?

¿La abundancia hace perder la razón?

¿Por qué,

 para muchas mujeres

la envidia no es ninguna broma?

¿Por qué,

en el mejor momento

se interrumpe la conversación?

¿A dónde ir,

cuando el pasado te persigue?

¿Por qué,

 me tocó una familia disfuncional?

¿Quién,

cuándo tiene insomnio, escribe?

¿¿Quién,


es el hipócrita que se consuela


diciendo que todo da igual??

 
¿He oído algo?

-No.

no estoy acostumbrada-.



Beatriz Casaus 2012 ©

sábado, 23 de junio de 2012

Noche

- Llegas tarde.
- ¿Todos duermen?
- Sí, eso he oído decir a los de abajo.
- ¿Y tú qué dices?
- ¡A quién le importa lo que diga yo!
- A mí, que soy el que te pregunta.
- Que están somnolientos, pero en el momento en el que uno de ellos despierte,
van a ir despertando poquito a poco a los demás.
- ¿Ahora sonríes? Tienes ojeras.
- Es mi forma de darte las buenas noches. Eres tan frío como un cosmético.
- Duérmete ya.
- No puedo. Aún tengo a muchos que complacer.
- ¿Qué es ese olor?
- Son las pesadillas de los que han caído presos de la perfección.
- ¿Y esos gemidos?
- De los amantes morbosos que no pueden dormir.
- Recuéstate a mi lado por favor.
- No sin antes contarte un secreto: sólo de noche se ven las estrellas.
-  ¡Mira esas lucecitas!
 - Son las ilusiones de los sueños oníricos. ¡Sshhhhh, viene la mañana!.
- No te vayas, no te vayas nunca.


Beatriz Casaus 2012 ©


jueves, 21 de junio de 2012

El cambio ya está aquí

(Con este post, no pretendo perder mi credibilidad para algunos de los lectores que afortunadamente me siguen, pero soy consciente de que algunos se apartarán del contenido del blog. Sin embargo me considero una mujer honesta conmigo misma y prefiero decir las cosas que creo y pienso  sobre cualquier ámbito, siempre con el máximo respeto y rigor posible, antes que no pronunciarme para ganar así cuantos más adeptos mejor. Por lo tanto elijo que se conozca lo que creo y que se me critique por ello si ha de darse el caso, antes que pasar desapercibida o conseguir mayor apoyo de un público numeroso, pero del que no me puedo mostrar realmente como soy. Así que con todo mi cariño, espero que os guste o que al menos tengáis en cuenta lo que os voy a contar y que no os suene tan estrambótico ).

Me remito a un hecho extraordinario que fue descubierto hace dos años por científicos de la NASA y que se publicó en su propia web el 11/09/2010. http://www.nasa.gov/mission_pages/GLAST/news/new-structure.html  Este hecho ha sido remitido en varios medios de comunicación tan importantes como la CNN.

El telescopio Fermi, que es un telescopio que capta los rayos gamma en el Universo, descubrió dos burbujas de color violeta de 25.000 años luz cada una, que se sitúan por encima y por debajo del centro de nuestra galaxia, la Vía Láctea.  Según citan, se trata de una estructura desconocida hasta ahora y podría corresponder al remanente de una erupción de un agujero negro gigante.


¿Por qué cito este hecho con dos años de retraso y qué hay de relevante sobre ello?

 Bueno, el hecho de que nos encontremos en el año 2012 significa para mí el momento oportuno para poder hablar de un tema como éste. En años anteriores, la mayor parte de la población ni siquiera se interesaba por estos fenómenos y los catalogaba como místicos, pero ahora la gente está más receptiva y abierta a nuevas ideas, sobre todo de esta índole. En sí el hecho es de enorme relevancia, porque efectivamente esta luz violeta emanada desde el  centro de la galaxia está a punto de llegar a nuestro sistema solar coincidiendo con el alineamiento galáctico anunciado por los Mayas hace 2000 años atrás, para este próximo 21 de diciembre. No quiero infundir temor ante nadie,¡mi propósito es justo todo lo contrario!, los mayas no decían que se acababa el mundo, sólo hablaban del comienzo de un nuevo ciclo.
Estamos probablemente ante el cambio más grande que la historia de la humanidad ha podido experimentar y yo me siento muy afortunada de poder vivirlo en los años venideros. Es importante citar además que el cambio ya está sucediendo, los sistemas antiguos están cayendo, las personas nos preocupamos cada vez por desarrollar nuestra espiritualidad, empezamos a poner nuestra atención en temas que atañen al resto de la humanidad, en mejorar nuestras vidas... y más bien pronto, el ser humano renacerá como un ser humano con consciencia. Pero para llegar a ese punto, es importante seguir tres pasos sencillos que además de que nos harán sentir muy bien, harán posible el salto hacia nuestro despertar de conciencia. Esos tres pasos son sencillamente, la alimentación, la respiración y la meditación. No voy a ahondar más en estos pasos para que al que le interese, se ponga a investigarlo por su cuenta, ya que yo no trato en ningún caso de convencer a nadie, más bien estoy haciéndome eco de un hecho que es importante que se le de difusión. Además de estos tres pasos, por supuesto, ni qué decir que están directamente ligados a un deseo de mejora de las condiciones del planeta en todos los sentidos, tanto en nuestro nivel individual, (nuestras emociones, felicidad) como a nivel colectivo, preocupándonos del mismo modo sobre la felicidad de todos los individuos del planeta y del planeta en sí.
Os dejo con la genial letra de una canción que a partir de ya, va a ser mi himno J “Dibujos en el Aire” de Chambao:
Ya no quiero vivir con los temores
que prefiero entregarme a la ilusión
y lo que creo, defenderlo con firmeza
,
sin historias que me abulten el colchón

Y si un día me siento transformado
y decido reorientar la dirección,
tomaré un nuevo rumbo sin prejuicios
porque en el cambio está la evolución.

Evolución, en el cambio esta la evolución.

Que mi camino se encuentre iluminado
y la negrura no enturbie el corazón
discernimiento al escoger entre los frutos,
decisión para subir otro escalón.
Vivir el presente hacia el futuro
guardar el pasado en el arcón,
trabajar por el cambio de conciencia,
dibujar en el aire una canción.


Una cancion, en el aire una canción...
¡Abrazos!
Beatriz Casaus 2012 ©






lunes, 18 de junio de 2012

Si algo no existe

Si algo no existe,

lo inventaré para ti.

Lo traeré de donde

nadie llegó

para que sólo tú lo veas.

Será esta locura

la que me aparte de los cuerdos

que creen tener la razón.

Los que repiten las moralejas

de los cuentos sin entenderlas,

pero que luego se mueren de amor,

y yo de eso,

ya he aprendido.


Si algo no existe,

crearé un nuevo camino

entre nuestros cuerpos.

Las realidades seguirán al viento

de la respiración

y nos encontraremos en casualidades,

guiadas por el destino

que elijamos.

No sabremos cuándo nos veremos,

será una sorpresa.


Si algo no existe y es necesario,

haré que los astros caigan del cielo

y que giren alrededor nuestro

para sabernos importantes.

Yo te escribiré en las madrugadas

mis momentos preferidos.

Los reviviremos una y otra vez,

para que vuelvan a existir.


Si algo que ya existe

no te gusta,

te lo quitaré de la cabeza.

Pero prometo estar a tu lado

cuando te quedes sin aliento.

Si quieres,

construiré un gran sueño de papel

para los dos,

y no lo compartiré con nadie

hasta que se haya hecho realidad.

Pues los sueños,

sueños son,

y no se cuentan

hasta que se cumplen.


Si algo no existe,

que la luz,

disidente del día en la noche,

lo encienda.

Traicioné tu cama,

de la que me fui para esconderme

en una más fría y mezquina,

donde los amantes

no están cubiertos

con sábanas

de seda.


Si algo no existe,

olvidaré que una vez sí lo hizo.

He venido para creer en lo imposible

pero confieso que al principio,

no te supe,

aunque sabía

que existías,

el azar no me dio la oportunidad

que otras compartieron.


Si algo que no existe

ya pasó,

te contaré el final.

El vacío me dijo,

que los agujeros

curaban a los prepotentes

que caían por ellos,

para enseñarles cuán alto está el cielo

y mientras lloraban,

yo sólo pronunciaba

que de amar uno nunca se cansa.

Será todo tan de repente,

que me pillará desprevenida

y te empezaré a querer,

otra vez.

El tiempo me traicionará,

“Ayer es como hoy”.

Me dirá.

Pero ayer fue hace ya mucho.

Y yo recuerdo el futuro

porque lo he visto

con mi pecho.


Si algo que existe

no lo entiendo,

le cantaré a mi alma.

Ella sabe qué me conviene

pero es tan educada que no me lo dice.

Sueña más que un niño,

y llora,

cada vez que me hacen el amor.

Se asombra además,

de todo lo que existe.

Son de esas cosas

que si no existieran,

sería mejor inventarlas

que imaginarlas.


Si algo no existe,

yo estoy aquí,

para crearlo.

Te susurraré al oído

con orgullo y medio temblorosa

que yo sólo he venido,

por tus besos.


Beatriz Casaus 2012 ©

(Inspirado en el tema un "Cuento lleno de ventajas" perteneciente a la banda sonora de "Lucía y el sexo" del compositor Alberto Iglesias)

jueves, 14 de junio de 2012

La chica que no tenía tiempo para tomar café

Vivía enfundada en vestidos microscópicos y zapatos de tacón tratando de redimir su pasado hippie, del que sólo conservaba un tatuaje de una lagartija sobre su vientre famélico.

Solía ir todas las mañanas a tomar un café que nunca terminaba en el bar de al lado de su oficina situado en el barrio de Malasaña, del que intentaba cambiar por el de Salamanca pero en donde el alquiler se disparaba.

Todavía no eran ni las nueve y ya se presentaba largo el día en su tercera jornada de dieta hipocalórica. Empezó a notar la falta de azúcar en el cerebro para relacionar conceptos mientras leía el periódico así que le pidió al camarero que le sirviese un café con sacarina. La noche anterior había salido y padecía el típico sentimiento agridulce tras una noche de fiesta.  Aún recordaba las risotadas de sus amigos cuando les confesó después de varios gin tonic, que llevaba  meses sin tener relaciones. “La gente no sabe de dónde viene ni a dónde va, por eso no me interesa cualquiera” se disculpaba.

 Desde que trabajaba de representante para un grupo de música que empezaba a ser conocido gracias a su propio mérito personal, no había tenido ni tres días de vacaciones seguidos y aquello le empezaba a pasar factura. Hacía unos días había asistido a la presentación en sociedad del disco y le había dejado exhausta  emocional y anímicamente por toda la parafernalia que envolvió al evento.

 Levantó la vista de su periódico  y observó por primera vez con cautela, cómo el atractivo camarero que le servía el café a diario, ahora colocaba una mesa supletoria para los comensales extras del almuerzo. Examinó detenidamente el cuerpo de aquel muchacho que aun lejos de ser un adonis, pues su camiseta dibujaba el contorno de una curva típica de aficionado de cervezas, era esbelto y bien formado y desempeñaba su labor con soltura y gracia. Se fijó en un detalle que había pasado por alto, llevaba unas All-Star negras, las mismas que tenían los componentes de su grupo antes de que ella les cambiase su forma de vestir. En el mundillo de la música como en muchos otros, se venden las apariencias y aquel camarero parecía ingenuo ante esa realidad. Ella por su parte, invertía todo su tiempo y esfuerzo en que todo estuviese perfecto tanto en el producto que quería vender, su grupo, como alrededor de ellos (la presentación del disco, el diseño de la portada, la maquetación, los temas incluidos, el look de sus integrantes) Perseguía con ahínco la perfección hasta en ella misma, pero la perfección se le escapaba como una quimera de sus manos, comenzando por el tinte rubio que llevaba en su pelo y en el que ya se atisbaban ciertas raíces y que junto a sus pobladas cejas castañas delataban su origen ibérico, lejano del prototipo de belleza nórdica que estaba de moda y al que trataba de emular.

El camarero volvió a la barra y le ofreció un poco de conversación, pero ella se bebió deprisa mitad del café casi quemándose los dedos y la lengua por lo caliente que estaba y salió corriendo excusándose  como de costumbre de que tenía que ir a la discográfica. “No tengo tiempo, hoy tengo una reunión y me espera un largo día por delante”, sentenció mientras recogía sus cosas. “Tiene usted una profesión muy estresante, espero que le aporte también muchas alegrías” le dijo el muchacho de las All-Star con total parsimonia mientras secaba unos vasos con un paño de cocina.

“¿Alegrías?” pensó para sí misma. Aquella palabra le había calado. Las alegrías se habían convertido en los últimos años en circunstancias aleatorias, que como los regalos de los roscones de reyes, nunca la tocaban a ella.

Mientras se iba, el camarero le ofreció como despedida una amplia sonrisa. Aquel gesto le pareció sincero y su simplicidad incluso la impactó. Su sonrisa no era especialmente bonita pero le resultó mucho más honesta y saludable que aquellas a las que estaba acostumbrada en el mundo en el que se codeaba. Allí, todos llevaban carillas simétricas y blanqueamientos dentales carísimos. Sonreír entre ellos era un ejercicio más de apariencia. Sin embargo detrás de aquellas mandíbulas profident se escondían todo tipo de intenciones e intereses que solo una gran sonrisa puede ocultar.

Un momento de lucidez le pasó por su cabeza, quizás esa misma noche no tenía por qué trasnochar para ahogar sus penas en varios gin tonics. Podría madrugar un poco para que a la mañana siguiente tuviese tiempo para poder tomar un café y disfrutar de una conversación, tranquilamente.

A pesar de todo, estaba en Malasaña.

Beatriz Casaus 2012 ©

sábado, 2 de junio de 2012

Al menos.Un estudio social. (2ªParte)


(Una guitarra eléctrica marca unos acordes suaves y lentos, más tarde un piano se adhiere a la melodía como si fuera el cantante. Entre ambos, crean una atmósfera tranquila y sosegada, como una tarde de primavera en el barrio de Gràcia de Barcelona).

Dublín Airport- Barcelona (El Prat)

Inés

Llevo una vida lo menos normal posible y eso me parece lo más normal.

Acabo de terminar la carrera a mis treinta años recién cumplidos. A muchos les parecerá tarde, pero ellos no saben lo que he vivido con anterioridad. Nunca he tenido mucha memoria, y confieso que, por ordinario que suene, el comer sardinas durante época de exámenes, me ha ayudado a aprobar en más de una ocasión, por el fósforo que tienen, que dicen  que  es bueno para la memoria.

Desde pequeña no he querido seguir lo establecido. Ya de adolescente estaba afiliada a ONG´s zapatistas y a la plataforma del 0,7. Siempre he estado interesada en la justicia mundial y he tenido un espíritu rebelde. Cuando terminé el bachillerato se suponía que debía elegir una carrera, sacarme el carnet de conducir y tener novio, seguir el “modus vivendi “  que estaba diseñado para mí, vaya. Pero algo en mi interior me hacía sentir inconforme con ello, así que cogí mis cosas y ese verano me fui a trabajar a Ibiza de camarera. Saqué el dinero suficiente como para tirarme el resto del año viajando por todo el mundo de mochilera. Me recorrí Sudamérica y en la Patagonia me enamoré. Estuve viviendo allí durante cinco años hasta que un día tomé una decisión.
Me acuerdo mucho de él y sé que me quiso mucho, pero tenía un detalle de su personalidad que me hacía daño. Aunque no lo parezca, soy muy celosa y los hombres los hay de muchos tipos, pero si das con uno que muy  coqueto, o flirteador, debes estar preparada para ello o tomártelo con calma sin darle importancia. En mi caso, yo no hice ninguna de las dos cosas. Es algo que no todas las mujeres aguantan y a mí  incluso me desenamoró.
Así que tuve que elegir, quedarme allí con él o irme, y finalmente elegí irme. Ahora entiendo que aquello me reveló que quizás todo se trate de elegir. Incluso en el aspecto frívolo de la vida hay que elegir, si te dejas el pelo largo gozarás de una larga melena pero tus puntas estarán castigadas o si adelgazas se te quedará un trasero perfecto  y cintura de avispa pero pierdes el volumen en delantera. Eso se puede extrapolar a cuestiones de índole más profundas, claro.
Aunque pensemos que no, el tomar opciones, o el elegir un camino, es lo que hace excitante a la vida, incluso aunque nos arrepintamos de ellas. Porque aunque nunca sabes las consecuencias que esas decisiones traerán, al menos tienes la certeza de que has sido tú quién las ha elegido y que de todo se aprende. Sobre todo, de los errores. A mí, aprender me hace feliz.
Inés Fernández Peña. Unidad de análisis nº 3.

Beatriz Casaus 2012 ©





Al menos.Un estudio social. (1ªParte)

- Tres mujeres son seleccionadas de entre la población femenina española para conformar un estudio sobre la felicidad. Forman parte de una investigación social por muestreo en el que se las pide que escriban cómo se sienten, que describan sus vidas y que recapaciten sobre el significado que para cada una de ellas tiene la felicidad. -

(Los sonidos frenéticos de la ciudad, el ensordecedor ruido de los motores del avión, las prisas de los transeúntes que caminan sin dirección, caos, caos y más caos. Se escuchan tambores y djembés que tocados con desorden consiguen un ritmo que logra ocultar el bullicio).

Madrid (Barajas)- Chiang Mai (Tailandia)

Evangelina

No me lo termino de creer, ¡pero si ya estoy aquí sentada, es real! finalmente he conseguido sacar el arrojo que tanto me ha costado y apartar el dinero suficiente como para hacer este soñado viaje y darle en la cara a todos los que lo han tildado de locura.
¡Casi!, casi consiguen  disuadirme mediante discursos de todo tipo: que si es peligroso para una mujer joven ir sola, que si las mafias de prostitución que voy a encontrar, que si las turistas occidentales somos carne de cañón allí, que si una mujer supone un peligro doble, ¡hasta mi padre ha intentado frenarme inventándose la  excusa de la existencia de grupos terroristas en Tailandia! Aquello sí que me hizo gracia… pero como a mí no me amilana nada, aquí estoy. Eso sí, ahora que veo mi sueño hecho realidad soy consciente de que por delante aún me esperan largas horas de vuelo hasta llegar. Como mujer precavida, me he traído mi diario sobre el que ahora escribo estas líneas y en mi bolso de mano dispongo de valeriana  y de varios libros como para que no se me haga pesado el viaje.
Debo confesar que me invade un estado de nervios  más bien típico de una quinceañera. La palabra que me definiría ahora mismo con exactitud es la de euforia. Me muero de ganas y de impaciencia por llegar y por ver todo un universo colorido de vegetación virgen,  repleto de templos budistas, de islas paradisíacas, de arrecifes de coral…todo aquello absolutamente diferente al asfaltado Occidente al que mis ojos están tan acostumbrados.

A mis treinta y seis años esta es la primera vez que viajo a Asia y aunque creo conocer todo lo que voy a visitar gracias a la Travel-Guide que me he comprado, me parece que en cuanto pise aquello, me voy a emocionar. Por fin, emocionarme... La última vez que lo hice fue cuando viajé a Roma y contemplé el espectáculo visual de la Capilla Sixtina en la ciudad del Vaticano. Para una amante del arte como yo, saber que Miguel Ángel había tardado tantos años en terminar aquella obra de arte y la sublime belleza de sus pinturas me embriagaron. La emoción se apoderó de mí de tal modo que hasta el mismo guía turístico tuvo que ofrecerme personalmente un paquete de clínex.
Pero últimamente en mi vida, ya nada me emocionaba. Mi trabajo me absorbe sobremanera y en realidad no me hace feliz. La gota que colmó el vaso fue cuando en una reunión de negocios hace dos meses, tuve un ataque de ansiedad. Fue el aviso que mi cuerpo me dio para indicarme que el ritmo febril que estaba llevando con jornadas de trabajo extensísimas no me llevaba a ningún lado. Por eso he decidido emprender este viaje, porque necesito hacer algo que me haga feliz, ¡que me emocione!.
No sé lo que me deparará, pero al menos, he vuelto a sentir en mis carnes la emoción, la euforia y la alegría que durante tanto tiempo había olvidado. ¿Tendrá algo que ver eso con la felicidad?


Evangelina Sanz Caro. Unidad de análisis nº 1.

Berlín(Tegel)- Madrid (Barajas)      (Se oye música de tango envolvente tocada por un violín y un acordeón).
Lola

Siento como si huyera. No de nadie, sino de mí. Atrás quedan los vaivenes emocionales y el miedo al abandono constante. Atrás, muy atrás, ahora a kilómetros de altitud. Puede ser que me aleje de una oportunidad que la vida me ha brindado para ser feliz, o quizás no, quién sabe, yo no lo sé. Sólo sé que quiero ser libre. ¿Cómo se lucha contra un enemigo que  no se puede ver? ¿Cómo se lucha, contra algo abstracto?
Envidio a aquellas mujeres cuyo sueño en la vida es tener una familia y casarse.  Así, tan sencillamente. Todas mis amigas solo hablan de eso, de casarse y de tener hijos, como si fuera la meta final en sus vidas. Yo me considero alguien con inquietudes y muy independiente. Por supuesto que me hace feliz saber que algún día yo también desempeñaré ese papel, pero hoy por hoy,  no sé tan siquiera si sirvo para eso. No sé, no sé, como repetía la poetisa  Szymborska en uno de sus poemas.

Tenemos la arraigada creencia de que las cosas duran para siempre y que nos van a proporcionar la ansiada estabilidad que nos hará felices. ¿Pero y si esa creencia está basada en el miedo? En el miedo que tenemos a acabar solos o a no tener el control sobre nuestras vidas. En realidad, nada es permanente, todo está en constante cambio por lo que ¿para qué depender de una realidad cambiante? o mejor dicho, ¿por qué depender de nada, ni de nadie ajeno a uno mismo?

A menos de treinta centímetros y en el asiento de mi lado derecho, hay sentada  una chica muy mona. En la cola de facturación le despedía su novio. Los dos se abrazaban y besaban constantemente y ella no paraba de reírse y de echarse a sus brazos. Lo que me llamó la atención es que inmediatamente después que el chico le daba el último beso con su correspondiente último agarrón de culo incluido y se marchó, la chica cambió absolutamente la expresión de su cara. De un momento a otro, su gesto se había vuelto recio, constreñido y amargado. Es cierto que estaría apenada por dejar el país y puede que no viese a su novio en una larga temporada, ¿pero tanto como para causar en ella un cambio tan drástico en su personalidad? Muchas personas son dependientes emocionales de sus parejas y parecen vivir de acuerdo a ellos en todos los niveles. Sus estados de ánimo dependen de la otra persona y de cómo les va sentimentalmente. A eso lo he apodado la teoría “noviocéntrica”, o que tu vida gire alrededor de tu pareja.

Tuve una vez una compañera de trabajo que me enseñó algo muy importante. Yo andaba saliendo con un chico y recuerdo que por aquel entonces, atribuía la felicidad al amor. Por lo tanto cada vez que ella me preguntaba por él, se me iluminaba la cara contándole con una sonrisa de oreja a oreja cómo habíamos pasado el fin de semana. A algunos les parecerá romántico porque significaba que estaba enamorada, pero lo triste era que en realidad aquello era lo único que me provocaba aquella sonrisa. Ella sin embargo, tenía permanentemente esa expresión en su rostro. Tenía dibujada una sonrisa en sus labios la mayor parte del tiempo y emitía cierta paz con su mirada. Con el tiempo me enteré de que estaba divorciada y que vivía sola desde hacía varios años.  Aquel hecho me parecía admirable. Recuerdo que me dije a mí misma que yo también quería eso: ser feliz sin necesidad de una causa externa y mucho menos de una pareja. Tal vez por ello empecé a estudiar psicología, para entender las emociones humanas y aprender a controlarlas y así descubrir que se puede llegar a un estado de serenidad sin necesidad de un causante externo.

Al menos ahora, con mis años de experiencia creo que he aprendido de qué va todo esto de vivir. Desde mi humilde opinión sentada en este asiento 18A del vuelo 3417, creo que puedo decir que la vida se trata sencillamente, de crecer como personas y de buscar nuestra felicidad. Esta es la definición que a mí me sirve y la dirección a donde me dirijo.


Dolores Romero Nácher. Unidad de análisis nº 2.

(Continúa en 2ª Parte)


Beatriz Casaus 2012 ©