miércoles, 12 de diciembre de 2018

¿Te apuntas al cambio?


“La innovación es lo que distingue a los líderes de los seguidores” (Steve Jobs)

“Lo que vemos cambia lo que sabemos. Lo que conocemos cambia lo que vemos” (Jean Piaget)

“Yo no sueño en la noche, yo sueño todos los días. Yo sueño para vivir” (Steven Spielberg)

“Donde hay una empresa de éxito, alguien tomó alguna vez una decisión valiente” (Peter Drucker)



Nuestro sistema educativo no nos ha enseñado cultura financiera (como muchas otras cosas). Vivimos bajo la tendencia del ingreso-gasto (ahorrar en ocasiones se convierte en una utopía para la realidad de muchas personas y familias) y no tenemos conocimiento de todas las posibilidades de ahorro e inversión que existen en el mercado.

Se nos enseña a que se debe estudiar para luego trabajar en una empresa y ser empleado o como mucho, auto-empleado o funcionario, pero existen otras posibilidades, que se deberían enseñar, aunque quizá conviene que permanezcamos ignorantes… La posibilidad de conseguir libertad financiera es posible, para no ser esclavo de un trabajo que perpetúa un estilo de vida determinado y nos priva de otras opciones. Yo misma he sentido que “vivo en el trabajo y voy de visita a mi casa” y que no dispongo de lo más valioso que hay en la vida, que es mi tiempo. Si se pregunta a un moribundo en su lecho de muerte de qué se arrepiente, la mayoría contestaría que de no haber tenido más tiempo con sus seres queridos o de haberlo invertido en el trabajo y no en lo que de verdad les hacía felices.

Concretamente España, es el segundo país de la UE que menos emprendedores tiene. De algún modo está en nuestra cultura seguir el modelo de trabajo establecido y dar de lado a otros mecanismos que ya se han instaurado durante años en otros países. Es necesario conocer que además del emprendimiento hay otras opciones para la obtención de ingresos, pero para ello hay que abrir la mente y estar abierto a una nueva concepción laboral. Esta es una asignatura pendiente en España según las estadísticas. 

El industrialismo fue necesario durante un periodo de tiempo, pero su paradigma se está quedando obsoleto porque la sociedad ha cambiado y se está dando paso a una nueva forma de trabajo.  Es innegable que Internet tiene mucho que ver, pero también influyen otros factores como el estilo de vida, el tipo de familia, nuevas necesidades…  así que lo importante es adaptarse al cambio e integrarlo.

Según mi punto de vista, habría que empezar cambiando el propio concepto del trabajo comenzando por la misma palabra trabajo que viene del latín “tripalium” y que era una forma de tortura en la antigua Roma. Ya de por sí el término asusta y no me parece muy conveniente que se instaure en el inconsciente colectivo esa visión tan negativa. Utilizar un término nuevo para el intercambio de tiempo por dinero sería un paso en aras de conseguir el comienzo de un cambio. 

La meta es ser auto-suficiente a través de activos y pasivos que generen ingresos y así dejar de depender de una nómina para vivir, y abandonar también la dependencia del papá Estado, sobre todo teniendo en cuenta que España sufre una importante crisis en su Sistema Público de Pensiones y no es certero que en años venideros pueda ser sostenible, por lo que ir pensando en tener los ingresos necesarios para mantener una vida digna en la vejez, es un hecho que plantearse.

Tengo la creencia de que el S.XXI será pionero en nuevos paradigmas económicos que en la actualidad ya se están desarrollando y yo me quiero unir a la vanguardia de esas nuevas posibilidades. ¿Y tú?

Os recomiendo varios libros que ayudan a adentrarse en este tema: “Padre rico, padre pobre” y “El flujo del dinero” de Robert Kiyosaki , “La jornada laboral de 4 horas” de Tim Ferris o "Mueve tus ahorros y gánate un sueldo" de Francisca Serrano Ruíz.

¡Que tengáis una preciosa semana!


Beatriz Casaus 2018 ©