jueves, 29 de noviembre de 2012

Somos alquimistas :)


La magia de la alquimia está en nuestra mano. Ésto lo digo después de acabar de descubrir esta oración de San Francisco de Asís, (y eso que lleva ya ocho siglos escrita y es conocida en medio mundo...) que ha llegado a mis manos precisamente en este momento de mi vida en el que estoy como una esponja aprendiendo de todo y en el que a mi alrededor desgraciadamente hay algunas personas que están manifestando cierto desasosiego en sus vidas. Puede que sus situaciones desagradables tengan algo que ver con el fin del calendario maya, cuya única función es que todo salga a la luz para limpiarse y adecuarse energéticamente a la vibración que llega (sé que estoy loca pero no escondo lo que pienso), o con su propio aprendizaje vital. Sea lo que fuere, el caso es que el haberme topado con este texto es para mí como un soplo de viento fresco, que me ha motivado un montón y del que he extraído mis propias conclusiones. 
Reproduce una verdad esclarecedora, el poder de transformación que cada uno tiene, y al mismo tiempo lo revela de forma clara, concisa y sin artilugios. Además incita al altruismo y al sentido que aporta la ayuda a los demás, más que el egocentrismo de pensar sólo en uno mismo. Muestra la alquimia que cualquiera puede utilizar en la vida y no me refiero a la de convertir el metal en oro, sino a la de algo tan fascinante como a transformar cualquier situación negativa en positiva y todo ello bajo el  mando de nuestra propia autonomía, bajo nuestra única responsabilidad, dando la cara a las cosas menos agradables para transmutarlas en su opuesto. 
Espero que aunque provenga de alguien asociado al catolicismo no por ello lo etiquetemos de antemano y no le prestamos la debida atención. Ni el catolicismo ni ninguna otra religión doctrinaria es para mí santo de mi devoción, pero las personas que se superan a sí mismas sí, y el personaje de San Francisco de Asís, el hombre que tuvo una vida consagrada a la ayuda a los pobres, que se despojó de la fortuna de su padre para vivir de manera sencilla, y que escribió esta belleza de oración es alguien a quien admirar y desde luego, de quien aprender. No me cabe duda que cuando la escribió estaba en un momento de lucidez plena. Este descubrimiento me ha llevado a escribir tres cositas que dejo aquí con todo mi cariño. Disfrutad, y que os sirva de mucho J

 Oración de San Francisco de Asís
 Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
Donde haya odio, ponga yo amor;
Donde haya mal, ponga yo perdón;
Donde haya discordia, ponga yo armonía;
Donde haya error, ponga yo verdad;
Donde haya duda, ponga yo fe;
Donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
Donde haya sombras; ponga yo luz;
Donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Señor, que no me empeñe tanto
en ser consolado, cono en consolar,
en ser comprendido como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque es olvidándose a sí mismo uno se encuentra;
Es perdonando como se es perdonado;
Es muriendo como uno despierta a la vida eterna.

(San Francisco de Asís, S.XIII)

Situaciones repetidas
 I
El problema se repite de nuevo,
de principio a fin.
Reprochas al destino que se ha equivocado.
Tu corazón contrae ira en cada sístole.
Tus latidos bombean victimismo.
Te autoalimentas de queja,
envuelto en un círculo vicioso
en el que crees no poder hacer 
nada.
II
Decides cambiar de perspectiva.
Eres dueño de tu alimentación mental.
Reconoces que esa situación repetida,
es un espejo que te muestra
lo que hay dentro de ti,
que aún no has resuelto.
III
Lo externo no es más,
que una prolongación de lo interno.
El alivio,
de que nada pasa sin razón.
IV
El  pulso se estabiliza.
Hay paz en cada diástole.
Vas siendo consciente
que tienes poder para cambiar
lo que pasa a tu alrededor,
y que todo está diseñado
para tu evolución.
V
Es un honor tener la oportunidad
de responsabilizarse de tu vida.
Das gracias por aquello que te pasa,
porque todas esas cosas,
son tus maestros.

Beatriz Casaus 2012 ©


Anestesia  emocional
 Bajo un mismo cielo muchos dicen te amo
pero pocos lo sienten realmente,
sin la necesidad de escuchar
lo mismo de vuelta.

Beatriz Casaus 2012 ©

Mente ocupada
Lo siento,
estoy tan ocupada en mis propias ideas,
que no puedo ver las de otros.
Volveré a nacer el día,
en que perciba el mundo de forma nueva.

 Beatriz Casaus 2012 ©



sábado, 24 de noviembre de 2012

Gente pequeña


"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo"(Eduardo Galeano).

(La inocencia civil no tiene cabida en el diccionario del odio y la sinrazón. Este es mi pequeñísimo homenaje a estas personas dejadas de la mano del destino.Gente pequeña y sin importancia para los verdugos de su pueblo vecino, que sufren los ataques armados y gente pequeña y sin valor para el panorama internacional que no hace nada al respecto. Desde aquí y aunque no sirva de nada, les mando todo mi amor y deseos de que la situación cambie a mejor).



El miedo nos paraliza y no sabemos qué hacer. Llevamos así seis días. Este es nuestro hogar y no queremos dejarlo, pero a nuestro alrededor ya casi no queda nada, solo hay escombros. No sabemos dónde caerá el siguiente misil. Intento adquirir la perspectiva de ese objeto destructor lanzado indiscriminadamente solo para saber cuál será su diana la próxima vez. 

Cuando alguno se queda dormido, los demás le miramos relajados porque sabemos que al menos está sintiendo algo de paz en ese momento. El poco sueño que he podido conciliar es el único instante en que olvido dónde estoy. Estar despierto es estar viviendo una pesadilla permanente. 

Se oye una canción que alguien está cantando en la calle. Me asomo a la ventana con cautela para ver quién la canta porque en la radio están anunciando que no han cesado los ataques y que no se han podido interceptar dos misiles que han caído en edificios civiles a apenas 300 metros de aquí. Las explosiones hicieron que el suelo se tambaleara y nos pusimos debajo de la puerta  porque es el único sitio de la casa en donde se está a buen recaudo. Desde entonces no nos hemos movido de allí. 

Hay un niño sentado en la acera que la está cantando a todo pulmón mientras tiene tapadas sus orejas con las dos manos. Está solo. Debería ir a buscarle. Es cierto que ni el muro más fuerte de este edificio es seguro, pero al menos no estará desamparado. Mi mujer me grita que no les deje y me recrimina que les abandono. Mis dos hijos tienen los ojos cerrados, tratando de jugar a que no están aquí. Les aterra el sonido de los cohetes y tenemos que abrazarles fuerte y besarles para que no les den ataques de nervios. Daría lo que fuera por salir de esta ciudad de cenizas y ofrecerles un  futuro, pero salir de aquí es imposible. Las fronteras están cerradas y dicen que quien intenta salir ya no regresa. Estamos acorralados y dejados a nuestra suerte. El azar es lo único que nos queda. Es nuestro único aliado y de él dependen las posibilidades remotas en las que nuestro hogar no sea el blanco de un helicóptero. Me aferro al él como me aferro a la vida. 

En nuestra calle quedan sólo cuatro casas en pie y no hemos oído ni un alma desde hace horas. Aquel niño también es hijo de un padre y una madre que estarán preocupados, si siguen con vida. Tengo que tranquilizarle. Mi mujer empieza a llorar y dice que mejor baja ella a buscarle porque yo siempre he sido muy torpe. No se lo permito porque es a la única persona a la que puedo confiar mis hijos. Le pido que sea comprensiva y que solo van a ser unos minutos. Bajo las escaleras a zancadas y salgo del edificio. 

No hay nadie en la calle más que aquel niño que no para de cantar tratando de frenar el silencio abrumador, aquel que precede a la fatalidad. Me dirijo corriendo hacia él. Le digo que le voy a llevar conmigo, que no puede quedarse solo pero él no para de cantar, es como si no me viera. Sin más vacilaciones, le agarro y le levanto. Me doy cuenta de que está sangrando. No sé exactamente de dónde procede esa sangre. Le examino su pequeño cuerpo mientras oigo un helicóptero acercándose. Debería llevarle al hospital, pero queda lejos y no tengo coche. 

Un ruido ensordecedor me aturde. Hay fuego a mi alrededor. Nos llevan a un hospital a mí, a mi mujer y a mis tres hijos pequeños. Escucho hablar a un médico del hospital con la cara desencajada. No entiendo muy bien qué dice pero creo que es algo más o menos así: “Nosotros no tenemos armas. No somos unos contra otros. Son unos, contra nosotros”. Mientras, una mujer periodista apunta sus palabras pero me temo que no saldrá en ningún periódico. 

Mi familia y yo estamos sonriendo, vemos nuestros cuerpos tendidos en camillas del hospital. Juntos ya no tenemos miedo. Por fin nos vamos de aquí.


Beatriz Casaus 2012 ©




domingo, 18 de noviembre de 2012

Escuchando La Voz Interior


"Es un privilegio haber vivido una vida difícil" Indhira Gandhi.

Qué importante es encontrar la voz interior, por zen o hippie que parezca esta frase. La creatividad por medio de la escritura para mí ha sido el camino de acceso a ella, pero para otra persona puede ser cualquier otra cosa. Lo interesante de la creatividad, es que como no puedes escapar de ti, sacas lo que llevas dentro  y es la vía directa para conocerse mejor y descubrir la propia voz. En ocasiones la confusión nos lleva a buscar el silencio y es en ese silencio donde se puede encontrar nuestro centro, con el que seremos capaces de escuchar nuestra verdad.

Las mujeres necesitamos especialmente encontrar nuestra propia voz, no sólo en la sociedad, la cual nos bombardea con la presión mediática de los cánones de belleza y demás roles sociales  injustos, sino incluso en nuestras relaciones personales, en las que tendemos a darnos enteramente amando de manera desproporcionada y de paso perdiéndonos a nosotras mismas por el camino. Lo primero no es la pareja, o el trabajo, o lo que sea que sea externo a nosotras mismas, lo primero es una misma y sería adecuado sustituir el pensamiento negativo que hay asociado a él, el de parecer unas egocéntricas por darnos esa importancia a nosotras primero, por el de darse el valor que todo ser humano merece y debe reconocer en primera instancia. Encontrar nuestro centro, nuestra voz, y ser fieles a ella es vital, pues cuando una/o descubre quién es y lo que quiere, adquiere irremediablemente el poder en su vida. Nada rebajará nuestra autoestima porque sabremos quiénes somos y aunque nos adentremos en una relación sentimental, lo haremos de forma sana, con desapego, enriqueciéndonos mutuamente y desde un corazón sin necesidades emocionales.

Otro modo de conocernos a nosotros mismos, aunque pueda sonar masoquista, es a veces el sufrimiento, pues por mal visto que esté, es el principal aliado de la madurez al aportar sabiduría una vez se haya superado. Puedo decir con la mano en el pecho que soy lo que soy gracias a todas las experiencias que he pasado, hayan sido buenas y malas, pero sobre todo las que me han pulido han sido las malas. Por ello intento no encasillar nada en esa dualidad malo/bueno. Lo que a primera vista se consideraría malo o negativo, como pueda ser un dolor por una situación desagradable, en algún nivel nos aporta aprendizaje, nos vuelve empáticos, más comprensivos con las personas que sufren y nos hace crecer, los cuales son aspectos buenos o positivos. Es decir, el hecho de catalogar algo como bueno o malo es una pérdida de tiempo ya que todo lo malo, conlleva finalmente a algo bueno. Las cosas son como son y sólo las personas las juzgamos o encasillamos. Una verdad irrefutable es que de todo se aprende y de todo se sale fortalecido.

Siempre me han interesado más las historias de los personajes que han tenido vidas difíciles y turbulentas, que los que han tenido una vida “happy forever” porque no son ni la mitad de interesantes que las personas que han padecido más pero que han sabido superar los obstáculos mediante la auto-superación. Cuando les oyes hablar a este tipo de personas o lees algo de ellos, no dejan de sorprender y se aprende una barbaridad. Un ejemplo de ello es el escritor francés Marcel Proust, uno de los escritores más destacados del S.XX y reconocido como uno de los grandes genios literarios (con permiso de Shakespeare), que tuvo una vida marcada por la enfermedad, el asma. Era homosexual y tuvo muchos amantes, pero no llegó a tener ninguna relación satisfactoria y se tiró veinte años escribiendo “En busca del tiempo perdido”. Al final de su vida y echando la vista atrás, se dio cuenta de que “todos aquellos años en los que sufrió fueron los mejores de su vida porque lo moldearon, y que los años de felicidad fueron perdidos, porque no aprendió nada”.

No pretendo dar consejos a nadie, bastante he hecho ya soltando estos parrafazos autobiográficos, pero he encontrado unos trucos personales que me han llevado a vivir en un estado de liberación y paz interior de los que me veo en la obligación de compartir por si a alguien también le sirven. Esos trucos serían los siguientes: Escucharnos a nosotros mismos encontrando nuestra propia voz, darnos el valor que merecemos desapegándonos de los condicionamientos aprendidos, no identificarnos con el dolor pero ser lo suficientemente valientes como para  atravesarlo para salir de él fortalecidos, no tomarse nada como algo personal y sobre todo, DISFRUTAR DE LA VIDA. Y para disfrutar de la vida, es conveniente un poquito de locura para no tomarnos las cosas demasiado en serio. Una dosis de locura y sabiduría es la combinación perfecta.

¡Que tengáis un muy feliz domingo!

Beatriz Casaus 2012 ©


Mi verdadero hogar

Conozco muchos lugares
y en ninguno he encontrado un hogar.
Lo único que se asemejaba a ello,
me lo parecías tú.
Mi vida sin ti,
es como una oración sin palabras
que caótica y plena
no mantiene sentido sintáctico,
pero reposa verdad en su contenido.
La vivo según lo que es,
la aventura de un viaje instintivo,
sin planos que indiquen el sendero.
He observado que alrededor mío
por extraño que parezca,
no hay nada.
Buscaba las llaves en el lugar equivocado.
Mi casa soy yo,
y la llevo dondequiera que yo  esté.

Beatriz Casaus 2012 ©


El  tiempo mal interpretado

El pasado es ególatra y se cree que todo es debido a él.
El presente es inseguro y humilde, porque duda de su existencia permanentemente y aunque es lo único que hay, nadie se percata de ello.
El futuro es arrogante, porque cree que traerá todo lo bueno que necesito.
El pasado es pretencioso porque hace sentir culpable.
El presente es escurridizo porque de un momento a otro, se convierte en pasado.
El futuro es descuidado porque no llega nunca.
El pasado es amigo del futuro, y ambos son enemigos del presente.
El presente es un regalo, como su propio nombre indica.
El futuro es adulador porque nos hace soñar con él.
El pasado es rencoroso porque recuerda las experiencias dolorosas.
El presente es paciente y nos da todo el tiempo del mundo.
El futuro es optimista porque mira más allá de sus posibilidades.
Vivir en el pasado es un tormento.
Vivir en el futuro, es vivir en una ilusión.
El tiempo lineal ha perdido la vigencia de antaño,
quien vive en el presente adquiere la libertad,

AHORA.

Beatriz Casaus 2012 ©


jueves, 8 de noviembre de 2012

La cultura, el nutriente con mayores vitaminas

DISCURSO DE FEDERICO GARCÍA LORCA AL INAUGURAR LA BIBLIOTECA DE SU PUEBLO (FUENTEVAQUEROS, GRANADA, SEPTIEMBRE DE 1931)

MEDIO PAN Y UN LIBRO


"Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

Por eso no tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada. 

No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.

Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros? 

¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: ‘amor, amor’, y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Cuando el insigne escritor ruso Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin, estaba prisionero en la Siberia, alejado del mundo, entre cuatro paredes y cercado por desoladas llanuras de nieve infinita; y pedía socorro en carta a su lejana familia, sólo decía: ‘¡Enviadme libros, libros, muchos libros para que mi alma no muera!’. Tenía frío y no pedía fuego, tenía terrible sed y no pedía agua: pedía libros, es decir, horizontes, es decir, escaleras para subir la cumbre del espíritu y del corazón. Porque la agonía física, biológica, natural, de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, muy poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida. 

Ya ha dicho el gran Menéndez Pidal, uno de los sabios más verdaderos de Europa, que el lema de la República debe ser: ‘Cultura’. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.

(Federico García Lorca)


POEMAS,LIBROS (PRINCIPALES NUTRIENTES)


Olvido
Y el silenció calló al oír su nombre…

El tono imperativo
me lo guardo en el armario
junto a su recuerdo,
para que no estorbe.
Busco la palabra que define
al castrado emocionalmente
que intenta querer y no puede,
porque le guardo empatía.
Como los amantes
que apelan a las excusas
y olvidan la realidad obvia
al ser descubiertos,
yo te he olvidado tantas veces,
que aún consigo recordarte.
No logro liberarme
aún como quisiera,
de cogerte de la mano.
Perdón,
por no saber cómo dormir sin ti,
por creer que el mar termina
en la línea del horizonte,
por creer,
en las cosas simples,
como los sucedáneos del amor.
El siguiente apelativo de mí,
que sea consecuente
a este delirio mundano,
donde envuelvo entrelazados
los suspiros,
que una vez fueron tuyos
y ya no.
 Beatriz Casaus 2012 ©
  
La Salvación
Repartir,
 el alimento del alma
como trozos de pan y agua
entre los pobres de espíritu.

Todos buscamos paz,
pero muchos se equivocan
para encontrarla.

Beatriz Casaus 2012 ©
ARTE,CINE, TEATRO,MÚSICA (NUTRIENTES ESENCIALES PARA UN CORRECTO Y SALUDABLE FUNCIONAMIENTO VITAL)




viernes, 2 de noviembre de 2012

Tener o no tener, esa es la cuestión

"Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo desaforadamente lo que no tengo" León Tolstói.

Siempre me ha interesado un tema que hasta nuestros días sigue siendo un misterio sin resolver y permanece en el cajón desastre de los antropólogos y científicos: el eslabón perdido de la humanidad. Es decir, el enlace entre el Homo-Neardenthal y el Homo-Sapiens, o el actual ser humano con su correspondiente bipedismo, tamaño cerebral, comunicación simbólica y desarrollo cultural. Nadie sabe cuál de las antiguas especies, si es que fue alguna, pues algunos incluso apuntan a que este salto evolutivo corresponde al origen extraterrestre, pudo ser el antepasado directo de los humanos modernos. Actualmente, la teoría más aceptada consiste en que África ha podido ser la fuente principal de nuevos genes y combinaciones genéticas  de los humanos, debido a que la realización de análisis genéticos apuntan a que podríamos descender de una población ancestral que vivió en África hace al menos 200.00 años. En todo caso, yo tengo una teoría particular ante este respecto. Según ésta, un hombre prehistórico primer consumidor originario de las cavernas, se apareó con una simia de menos de 180 kg y dieron lugar al actual ser humano: el “Homo-PocoSapiens-Consumens.”

Ahora sí y bromas aparte, parece que hace falta un esfuerzo intelectual para no caer de forma exacerbada  en el consumismo imperante de esta sociedad. Compramos de forma mecánica y la mayor parte del tiempo lo hacemos  con productos que no necesitamos. El miércoles pasado leyendo El País, en la contraportada, aparecía una entrevista del prestigioso economista francés Serge Latouche, quien  lleva desde los años 70 abogando por el “decrecimiento” como nuevo sistema económico. Para él, el decrecimiento “es una posibilidad de atreverse a pensar en un mundo diferente y sobre todo de salir de la economía.” Es por todos sabido pero por la mayoría no reconocido, que la forma de vida actual y el modelo económico no es sostenible y es causa actual de terribles desigualdades a escala local y global. Pensamos que el crecimiento puede ser infinito y vivimos ignorando el hecho de que vivimos en un planeta finito, con recursos naturales finitos, que debiera ser respetado y del que extraemos todos sus recursos sin dejar el debido tiempo para que vuelva a restablecerse por sí mismo.

Por otro lado,  el crecimiento económico ha dejado de ser una manera de satisfacer necesidades reales para generar en cambio necesidades innecesarias que son fuente de frustración y ansiedad por conseguirlas. El Ipod 5 es un ejemplo de ello. Una persona se compra un móvil  de última generación y momentáneamente el aparato nuevo parece hacer sentir al sujeto un poco más feliz, (a veces utilizamos las compras como terapia) pero al poco tiempo, sacan un modelo más moderno que gracias a los carísimos anuncios publicitarios de los medios de comunicación incitan a desearlo y de pronto, el móvil de última tecnología parece obsoleto y a la persona le apetece invertir su dinero en comprarse el cacharro nuevo que le han vendido como mejor que el anterior. Puede que en realidad el móvil nuevo lo sea, pero la pregunta que aquí cada cual debería hacerse es: ¿lo necesito y lo quiero realmente? En este mecanismo consumista entra en juego la avaricia para conseguir siempre lo mejor posible y todo lo que nos ofrecen. Juegan con nuestras debilidades primarias para ganar dinero y seguir manteniendo una sociedad infeliz que necesita comprar para rellenar vacíos existenciales.

Volviendo al ejemplo anterior del origen del ser humano, es necesario destacar que aquellos primarios seres humanos subsistieron y fueron capaces de evolucionar sin necesidad de lo que ahora nos dicen que necesitamos. Durante la mayoría de la existencia del hombre en la tierra no hemos necesitado ninguno de los productos con los que ahora nos bombardean. Fue a partir del fin de la segunda guerra mundial que se comenzó  a instaurar el sistema consumista en el que estamos envueltos. Nuestros dioses hoy en día nada tienen que ver con un verdadero sentimiento elevado que nos haga comportarnos de forma fraternal con nuestros semejantes y ser mejores personas, sino con la adoración a la belleza y a la adquisición de bienes materiales y económicos. Esta manera de vivir desarrolla el egoísmo y la total indiferencia hacia las demás personas que se muestran como anónimas en sociedades de millones de habitantes donde nadie conoce a nadie. Nos interesa más comprar ropa que la precariedad económica que nuestros vecinos puedan estar padeciendo. Es irreal y poco humano. Por  ello, Serge Latouche no se anda con rodeos y nos advierte que “vamos directamente hacia la catástrofe".

No pretendo ser pesimista, pero me veo en la obligación de señalar que debemos tomar conciencia de estos asuntos. No podemos seguir siendo marionetas de este juego ad infinitum que no nos reporta felicidad sino todo lo contrario. Cuando tomamos conciencia tomamos poder y somos capaces de decidir si algo nos conviene o no y eso es un gustazo para la vida de cada uno. Yo he tomado varios detalles que hacen que mi vida sea un poco más libre de estas imposiciones que son muy sencillos y que por supuesto recomiendo. Tomé la decisión de no ver la televisión y sólo lo hago de vez en cuando si sé que hay algo en la programación que me va a interesar. También, si voy a un centro comercial o a cualquier supermercado a comprar, voy con mi lista programada previamente en la cabeza para no dejarme llevar por las tentaciones (aunque alguna vez caigo, vale), y sobre todo intento informarme y leer sobre estos temas para saber sobre ello y desarrollar una opinión propia y criterio personal. Con estos sencillos hábitos puedo decir que me siento un poco más libre y menos inmersa en un mecanismo en donde la publicidad y algunos programas de TV absorben mis deseos y mi forma de ver el mundo. Yo creo que un mundo mejor es posible, tengo además la total convicción pero para ello, debemos ser ciudadanos conscientes. Como bien decía Gandhi, “sé tú el cambio que quieres ver en el mundo” . ¿Quién iba a decir que Gandhi, un hombre menudo, sin contactos, y con el único discurso de la "no violencia" pudo cambiar la historia de toda una nación? Intentemos poner más atención en volvernos mejores personas y en intentar construir un mundo mejor con lo que está en nuestras manos que en adquirir lo último del mercado. Muchas gracias por vuestra lectura.

Recomiendo leer un artículo que escribí en este blog el año pasado que trata sobre el mismo tema: “Menos es más” http://www.nosoyyosomosnosotros.blogspot.de/2011/04/menos-es-mas.html

Que tengáis un feliz fin de semana ;)

Beatriz Casaus 2012 ©