miércoles, 19 de agosto de 2015

Noches perdidas


 “No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa. Tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre. No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes. Huye. “Emito mis alaridos por los techos de este mundo”, dice el poeta. Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo. Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron, de nuestros “poetas muertos”, te ayudan a caminar por la vida. La sociedad de hoy somos nosotros: los “poetas vivos”. No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas…” (Walt Whitman)

Noches perdidas
 
Lejano el aire de su boca
llano de sierpes
sombras debajo del arte
esperad a ser recogidas.
En un solo día he envejecido
a su lado
gastado mi olor
bendecida por el suyo.
Horas, horas usadas
en las alas del tiempo,
y con él
sólo besos de flores.
Más despacio que lo que dura el orgullo
su argucia, caliente y próxima
es la buena excusa para los débiles
como yo.
Silente en mi pecho
se bebe la copa de vida.
Cómo escapar de un adiós
lleno de historias.
Anhelos envueltos en zozobra
días pálidos,
noches, noches perdidas
buscad ser eternas.
 
Beatriz Casaus 2015 ©