lunes, 28 de mayo de 2012

Adiós a una ilusión


"Si nuestras relaciones con las personas contienen la gran comprensión de que al otro habría que concederle una libertad total para que pueda seguir siendo lo que es, quizá con cada momento se pueda revelar más y más belleza. Hagan que el amor de la gente sea libre, hagan que la gente no sea posesiva. Pero esto solo puede suceder si en su meditación descubren su ser.

La intimidad con una mujer o con un hombre es mejor que tener muchas relaciones superficiales. El amor no es una flor de temporada, requiere años para crecer. Y solo cuando crece va más allá de la biología y empieza a tener algo de lo espiritual en su naturaleza. Estar con muchas mujeres o con muchos hombres los mantendrá superficiales; quizá satisfechos, pero superficiales; ocupados, desde luego, pero no de un modo que los vaya a ayudar en el crecimiento interior. Pero una relación de uno a uno, sostenida para que puedan comprenderse de manera más personal, aporta un beneficio tremendo.

Continúen buscándose, encontrando maneras nuevas de amarse, de estar juntos. Cada persona es un misterio infinito, inagotable, insondable, de modo que no es posible que alguna vez puedan decir: «La he conocido», o: «Lo he conocido». Como mucho, podran decir: «He intentado todo lo que he podido; pero el misterio sigue siendo un misterio». De hecho, cuanto más conocés, más misteriosa se vuelve la otra persona. Entonces el amor es una aventura constante.

En un mundo mejor, con personas más meditativas, con un poco más de iluminación en la Tierra, la gente amaría, amaría inmensamente, pero su amor seguiría siendo una unión, no una relación, y no digo que ese amor llegará a ser únicamente momentáneo. Existen todas las posibilidades de que ese amor sea más profundo que el de ustedes, que posea una cualidad más elevada de intimidad, que tenga más poesía y más de Dios en él. Y existe toda la posibilidad de que ese amor dure más de lo que su así llamada relación pueda llegar a durar jamás. Pero no lo garantizaría la ley, ni los tribunales ni la policía.

La garantía sería interior. Sería un compromiso desde el corazón, una comunión silenciosa." OSHO.

Adiós a una ilusión

Ahora que te he perdido
puedo empezar a comparar el bagaje compartido
con la efímera realidad de una ilusión.
Ahora que te he perdido
demuestro a mis miedos que no tenían razón
aunque quieran seducirme hacia lo contrario.
Ahora que te he perdido
no escucho ninguna canción que me recuerde a ti,
tan solo el elixir de la creatividad compondrá las nuevas canciones
que yo cante.
Ahora que te he perdido
puede que no tenga para comer
pero al menos me queda toda una tierra que respirar.
Ahora que te he perdido
veo que todo siguió a la flecha de un anhelo
que previamente lancé sin dirección.
Ahora que te he perdido
vislumbro cierta soledad en mis palabras
pero un gran reconforto en mi espíritu.
Ahora que te he perdido
me he vuelto a demostrar que soy tan fuerte
que he sabido decir no a lo que no era justo.
Ahora que te he perdido
ya no seguiré las órdenes
de un juego que ya no me gustaba.
Ahora que te he perdido
creo que me voy a perder también yo,
para encontrarme.
Ahora que te he perdido
todo me importa más que tú y más que ninguna cosa.
Ahora que te he perdido
me he liberado de aparentar ser la mejor envoltura de un regalo vacío.
Ahora que te he perdido
no tengo la necesidad de recordarte lo importante
para que estés de acuerdo conmigo.
Seré libre porque ya soy libre.
Ahora que te he perdido
comprendo que las personas contienen lecciones que ellos mismos no saben.
Ahora que te he perdido
no pospongo la felicidad para después del café,
la valoro en cada instante.

Las tardes en que me abrazabas se las llevará el recuerdo
y pronto yo sólo recordaré eso.
Pero no malgasto el tiempo recordando.
Quiero dedicar lo único que tengo, el ahora,
a bailar a mi propio ritmo
con movimientos transparentes que disipen las emociones
y que se llevarán esta catarsis
y así noviembre,
seguirá siendo sólo un mes en el calendario.

He salido victoriosa porque he despertado de la ilusión
ahora,
que me he encontrado.

Beatriz Casaus 2012 ©

viernes, 18 de mayo de 2012

Pensamientos tergiversados

(Y dijo el político: vamos a reciclar pensamientos
que estamos en periodo de escasez
y no se nos ocurre ninguno).

Si tengo un pensamiento y lo escribo,
ese pensamiento deja de serlo
y se convierte en una frase
que alguien lee en algún libro.
Ese alguien hace como suya la frase
transformada en pensamiento
en la cabeza de alguna persona.
Aquel, pronuncia la frase
reformada en palabras
que salen de su boca.
Los sonidos de esas palabras,
que forman mi pensamiento,
los oye un anónimo
y los amarra.
Sin percatarse de ello,
lo mantiene en su memoria
como información almacenada
en algún rincón de su cerebro.
No recuerda de dónde proceden,
pero se lo cuenta a una chica guapa,
para hacerse el interesante
y probar suerte.
Ahora, es conversación de una pareja
que sin saber de lo que hablan,
sentados en un parque
lo tergiversan.
Su hijo de tres años
lo aprende de sus padres
y cuando va a la escuela y crece,
repite mi pensamiento tergiversado.
Veinte niños más lo asimilan
sin rechistar.
Pero uno, removida su conciencia
se lo dice a su maestra,
quien había leído mi pensamiento
por casualidad en algún sitio
y le contesta:
“Los pensamientos,
tanto el tuyo como el mío,
hay que respetarlos
y lo importante,
es inventar nuevos
y aprender a utilizarlos”.

Beatriz Casaus 2012 ©

sábado, 12 de mayo de 2012

Ha nacido un poema


He hecho el amor y ha nacido un poema.
Sus besos, 
tratan de detener el tiempo
y evocan a una palabra envuelta en un sueño.
Me toca,
como si mi piel fueran imágenes
que intentan captar un instante.
Entonces,
he olvidado que mi primer amor fue el último.
Sus dedos surcan mis rodillas
hasta que se han convertido
en ventanas sinceras,
adentrándose poco a poco,
hacia unos versos infinitos.
Sudo por querer tocar una sílaba
de sus labios.
Sus movimientos acompasados
han captado la gloria de la rima.
¿En qué pecho se inventaron los versos libres,
en el suyo o en el mío?
Llevo ahora su olor en mi sonrisa.
No sé si serán estos aires,
pero he descubierto que las flores
no sólo nacen en los jardines,
también pueden vivir en las personas.
Soy amante de lo masculino o
el modo en que Jim Morrison cogía el micrófono.
Me inspiro en esos rasgos cuadrados,
mandíbula prominente
pelo en el pecho y en su nuez.
Y yo, que soy escéptica ante el amor,
no me imagino un mundo sin él.
Me arreglaré toda la vida para seguir gustándote
para que al sentirte,
me nazcan poemas.

Beatriz Casaus 2012 ©





jueves, 3 de mayo de 2012

En busca de un cambio


 Estoy buscando un cambio,
¿lo has visto?
se me ha perdido por el camino
y ahora no lo encuentro.

Mientras lo he buscado,
me he topado con personas
que también están buscando
y aún no se han dado cuenta.

Juro que lo metí en el bolsillo
¿dónde sino iba a ponerlo?
no podía llevarlo
en unas manos abiertas...

La próxima vez lo esconderé
en mi mente
porque a diferencia de las manos,
sólo cuando está abierta
caben las cosas.

Siempre oigo decir
que las cosas de valor
hay que guardarlas bien.
Pero algunas se guardan tanto,
que uno olvida que las tiene.

Quizás el cambio lo haya guardado
con tanto empeño
que ya esté en mí,
así que no voy a buscarlo más.

Cuando quiera, que aparezca.

Beatriz Casaus 2012 ©


miércoles, 2 de mayo de 2012

La Mujer de mundo que siempre tenía un pero


Hablan de una mujer de mundo
y ese mundo hoy no la entiende.

Llegó a ser rica en poesía
y materialista de sonrisas,
pero ingenua para la gente.

Sintió a través del corazón
las cositas pequeñas.
Quiso ser para alguien
única y especial,
pero nadie apreció
que lo poco es suficiente.

Tomó exilio en su propia casa
y clamó por su valía.
Tuvo afán por visitar lugares
pero sucumbió a la curiosidad
del único sitio que no se permitía:
la mujer de mundo se enamoró,
de aquello que no existía.

Descubrió que el mundo afuera,
no habría que buscarlo.
Aquello desconocido,
se puso a imaginarlo.

Gritó desconsolada
desde su encierro,
pero nadie la hizo caso.
-“¡No te dejaremos conocer
lo que a nosotros nos es vetado!”
-“Yo ya conozco el mundo
pero no a sus seres,
vosotros os ponéis las redes
que no os dejan expandir”.

Tomó una decisión
y comenzó otro viaje,
pero esta vez sin destino,
ni necesidad de equipaje.

Consiguió llegar lejos,
porque no creyó como suyo
aquello que le habían contado:
que no se puede tocar el horizonte.

Contó hasta tres, respiró,
y les devolvió aquello
que le habían robado:
Su ilusión.

Pero la gente la volvió a juzgar,
y cansada de justificarse
se dispuso a vivir del único modo
en que sabía hacerlo:
“sin escucharles”.

Aunque no lo conoció todo,
lo que tuvo lo dio sin reservas,
y lo que vio, le pareció bello.
De tal modo que la mujer de mundo,
se dio por satisfecha.

A esa gente dejó un legado
y estableció una promesa:
La verdad de no mirar
con ojos vendados
cuando los velos se destapen.
-“Cada vez que alguien se atreva a ver más allá
de lo que hay a su alrededor,
me besa”.

La mujer de mundo comprendió
que el tiempo no es ordenado,
que la música no siempre
es amena y tranquila,
así como su mente era inquieta y agitada
pero con pensamientos,
que en ocasiones la peligran.

No entendía los efectos
que acontecen en un pueblo
y que en otro, se repiten
con diferentes caras
pero con los mismos hechos.

Entre tanto viaje,
ordenó la distancia
entre lo real y lo efímero.
Pero ignoró lo que es sereno
y sólo lo sereno con constancia,
perdura .

Se habla de una mujer de mundo,
pero que ese mundo no la entiende.

Beatriz Casaus 2012 ©