"Todo el mundo habla de paz, pero nadie educa para la paz, la gente educa para la competencia y este es el principio de cualquier guerra. Cuando eduquemos para cooperar y ser solidarios unos con otros, ese día estaremos educando para la paz". (Maria Montessori)
"Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario". (Nelson Mandela)
Aunque hayamos retomado nuestras vidas y nos hayamos vuelto
a preocupar por las mismas banalidades diarias en las que depositamos nuestra
atención, (no hay más que mirar las redes sociales que no son más que un espejo
de nuestros intereses de comodidad occidental, digo nuestros porque desde luego
yo también me incluyo), mi conciencia me obliga a seguir reflexionando y a utilizar este medio para expresar mis preguntas que dejo en el aire y así difundirlas por esas mismas redes sociales, de las que me gustaría hacer hincapié de que se pueden utilizar también para cosas más interesantes que para sólo colgar fotos, sin
pretensión de ningún tipo más que la de expresar mi opinión personal que no es ni mucho menos experta.
Sigo conmocionada por los monstruosos ataques que sufrió Paris
el pasado 13/11. Tanto es así que este
sentimiento me ha producido perplejidad ante mi propia hipocresía de haber
sentido más en mis carnes hacia los ciudadanos parisinos que a los
producidos cada día en la devastada Siria, Líbano o Irak... pero echando un ojo
a Facebook o Twitter veo que ese mismo sentimiento se ha despertado en los
demás, con muestras de banderas francesas y mensajes de apoyo, no
ofreciéndoselo sin embargo hacia los miles de inocentes que mueren o están
sufriendo las atrocidades de la guerra en Siria ¿es que acaso hay ciudadanos de
primera y ciudadanos de segunda? ¿por qué he sentido más de cerca el dolor ante
estas víctimas? el darme cuenta de ello me ha trastocado y hecho sentir inmensamente culpable,
pero la culpabilidad no ayuda, ni lleva a ningún lado, sino que frena en muchos
sentidos, por lo que he intentando enfocar mis emociones y averiguar la causa
por la que me he podido sentir así y ello me ha llevado irremediablemente a investigar más sobre el
conflicto sirio.
Lo primero de todo, están los Mass-Media, que han llenado toda
la programación televisiva con imágenes de
sufrimiento y dolor e información del atentado de París ofreciendo testimonios
in situ y todo clase de detalles, no siendo así el caso con la información mostrada
del conflicto sirio de los que sólo aparecen las típicas imágenes de la bomba
derribando el objetivo o dedican pocos segundos en mostrar los daños de los
atentados que allí se producen. El caso de los dos últimos atentados suicidas de Beirut, Líbano, producido
días después del de París es un ejemplo. ¿Por qué se hace más hincapié en lo que sucede en
Occidente que en lo que sucede fuera de nuestras fronteras y por qué aquí se centra en tocar más la fibra sensible?
La respuesta de Francia por los atentados no se hizo esperar
y días después del atentado, el presidente francés François Hollande, envió ataques
aéreos sobre Siria, según la prensa “sobre el bastión del Estado Islámico”. Y a mi aquí me surge otra pregunta, pero si eran objetivos tan importantes, ¿por qué
no los atacaron en los bombardeos anteriores, o es que se dejan previstos para
casos de venganza? y también me lleva a otra pregunta, ¿esos bombardeos no causan "daños colaterales" (si es que se puede llamar así a la pérdida de vidas civiles) es decir, quizás hayan podido causar
muertes de inocentes en Raqqa que aún estando invadida por ISIS podría albergar
algún sirio rezagado, quizás niños en hospitales, ancianos, mujeres,
discapacitados o sirios que estén ocultos o no hayan podido escapar, es que
acaso "los daños colaterales" de inocentes sirios son menos importantes que las
víctimas de París? quizás si no se muestran las imágenes ni se da información sobre
ello...
Tanto los ciudadanos de París abatidos, como los sirios, son
víctimas reales e inocentes que han pagado de forma absolutamente injusta con sus vidas un conflicto que se ha de solucionar ya. En
el caso de los sirios llevan sufriendo la barbarie desde que
estalló la guerra civil en 2011. Miles han muerto y millones han abandonado sus casas en busca de seguridad, perdiendo la vida en el intento (imágenes que
nunca olvidaremos como la del niño de la playa y otras historias desconocidas que no han sido grabadas por ningún objetivo) y son admitidos a regañadientes en las fronteras de Occidente. Yo lo único que puedo hacer es
rezar por todas las víctimas, sus familias y conocidos, ya sean franceses,
sirios o de cualquier nacionalidad y porque se instaure la paz en Oriente Medio
de una vez, porque desde que se creó el país en 1916 vive en un estado permanente
de incertidumbre, desestabilidad política y guerra atroz y en eso están inmersos y tienen que ver tanto la política exterior de Estados Unidos, como la propia Francia, Inglaterra, demás países de Oriente Medio, el régimen de Bashar Al Assad, la oposición de Al Assad o los extremistas radicales. Es decir un conjunto de actores en juego que comparten responsabilidad que debería ser juzgada y no este ojo por ojo del que sólo se quedarán ciegos los de siempre, los inocentes.
Beatriz Casaus 2015 ©