“¡Cuántas
veces os ha sucedido que desperdiciáis vuestra vida corriendo detrás de
adquisiciones que no son tan importantes como la vida misma! ¿Habéis pensado en
ello? Si pusierais a la vida en primer lugar, si pensarais en cuidarla,
protegerla, conservarla con la mayor integridad, con la mayor pureza,
tendríais cada vez más posibilidades de obtener lo que deseáis. Pues
precisamente esta vida limpia, iluminada, intensa, es la que puede
proporcionároslo todo”(Omraam Mikhaël Aïnvanhov, filósofo francés de origen búlgaro)
Altos pero no intocables
¿Cumbre?
Sí, aquello alto que se ve pero no se toca.
Fascinación adversa de ser admirado.
Llegar tan lejos como la huella del dinero guíe.
Que digan con fuerza tu apellido
mientras olvidan el
nombre.
Fidelidad al desnudo material,
amando a escondidas lo intangible.
La revisión periódica de la moral
para permanecer inquebrantable ante la saña.
Allí arriba, poder y escrúpulos
no suelen ir juntos de la
mano.
Poca visibilidad real por la niebla que circunda.
Engañosa perspectiva desde donde los de abajo,
parecen pequeñitos.
Los aires son distintos,
no se crece más por ver desde más alto,
ni por estar más cerca del cielo.
¡Suban, suban! que yo me quedo.
Sólo miro arriba para superar las dificultades.
Desde aquí me baña el rocío por la mañana,
me regala el gorrión su canto sin pedírselo,
y tengo el gozo de tener contacto con mis iguales,
todos arropados,
por la misma claridad que dan las fábulas.
Beatriz
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