Sentidos
Hablo a mentes que no entienden
y a corazones que no escuchan latidos.
Tan leve el surco de mi rostro
muestra gestos inertes.
Nadie tiene oídos para escuchar
sino para oírse a sí mismos.
Me es difícil tocar sólo los bordes de las personas
y pisar el suelo con los pies calzados.
Mi mente se siente extraña
entre tantos estímulos predecibles.
Llega el alma allá a lo lejos pero no la perciben
queda apretada dentro, esperando,
como una arruga cosida sin saber su procedencia.
El reloj anda confundido en el tiempo, mientras tanto.
Ahora es mañana y ayer quedó ya lejos
marca deprisa cuanto más mayor se es
o despacio al ser más joven.
Mis cinco sentidos llegan siempre tarde a lo que yo siento
y con ellos
el tiempo es el único que no les da la razón
no sea que los placeres le cieguen.
Hablo a mentes aprisionadas en sus sentidos
que tratan de entender lo que les digo
y lo que les digo ha sido robado antes por sus ciegos ojos
que por sus corazones
ausentes.
Beatriz Casaus 2015 ©
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