miércoles, 22 de noviembre de 2017

Miradas que solo saben despedirse


“La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma.” (William Blake)

William Blake fue un poeta, pintor y grabador inglés del S. XIX. Debido a su singularidad artística diferente al arte imperante de la época y a su fuerte espiritualidad, fue un verdadero incomprendido, siendo incluso objeto de escarnio público en su tiempo. Hoy en día, sin embargo, es considerado como uno de los mejores artistas ingleses de todos los tiempos. Durante gran parte de su vida vivió en la pobreza y alejado del reconocimiento del público que le llegaría un siglo después de su muerte. Sin embargo, Blake vivió feliz al lado de su fiel mujer y manteniendo vivo su arte a través de sus visiones.

Varias cosas me han interesado siempre de Blake, la primera, mi empatía hacia su contenido profético y visionario, comparto su espiritualidad y es difícil ser entendido por ello, tanto en su época como por desgracia también en la mía. Con tan solo nueves años explicó a sus padres que había tenido una visión de un árbol lleno de ángeles. Sus visiones se mantuvieron durante el transcurso de su vida y fueron para él intensamente reales dejando una profunda huella en su arte y en sus escritos.
Le conocí gracias a mi grupo favorito “The Doors”, que precisamente se bautizaron con ese nombre en homenaje a uno de sus versos más conocidos: “Si las puertas de la percepción se abrieran, el hombre vería el mundo en todo el esplendor de su belleza” y a partir de haberle leído, me hice yo también una ferviente admiradora suya. Comparto con él no solo su lado místico sino también su desacuerdo con las injusticias sociales, su denuncia a la tiranía y a la corrupción del poder. Detestaba la esclavitud y creía en la igualdad sexual y racial y dentro de su simbolismo místico, creía en el Dios del Nuevo Testamento, y se sentía lejano al Dios del Antiguo Testamento, exactamente lo mismo que me ha pasado siempre a mí.
Leer a Blake es vivir la magia, es adentrarte en el mundo de la imaginación y dejar que se libere, es encontrar la verdad en lo imposible para abrir esa “percepción” y atestiguar lo que es real más allá de este mundo limitado. Blake tenía una mirada diferente, yendo más lejos de lo bello, volando a lo infinito.
Os dejo con dos extractos de dos poemas suyos y con mi último poema, "Miradas que solo saben despedirse". ¡Que tengáis un precioso presente!

 “Para ver un mundo en un
grano de arena
y un paraíso en una flor
silvestre,
sostén el infinito en la
palma de la mano
y la eternidad en una
hora…”
(William Blake)
 
“Oh, ¿qué tierra es la Tierra de los
sueños?
¿cuáles son sus montañas, y cuáles
sus ríos?
¡Oh padre! allí vi a mi madre,
entre los lirios junto a las aguas bellas.
¡Padre, oh Padre! ¿qué hacemos
aquí?
en esta tierra de incredulidad y
terror?
La Tierra de los sueños, allá lejos,
por sobre el lucero del alba.”
(William Blake)









Miradas que solo saben despedirse

Despierta después de un sueño lúcido
toco sin éxito una mano
que desconoce una partida.
 
Solitaria, abrupta está
la árida esperanza
enredada en sollozos de alegría.
 
He acabado con todas las ráfagas del viento
y limpiado mis pupilas
para mirar sin temor.
 
Si alguien te conoce como yo
que nos presente de nuevo
para revivir lo vivido contigo
hasta el final de los recuerdos.
 
Me gusta ser un escaparate,
no puedo ocultar lo que siento
y mostrar incluso
lo que está en la trastienda.
Sé olvidar que ha sido besada mi alma,
y cosido con un hilo invisible
lo que estaba roto
e incluso perdido.
 
Hay miradas que solo saben despedirse
bajo una lumbre de luz
que no da calor.
 
Estos desperdicios son mis restos
no los tires
los he guardado mientras recomponía sus piezas,
consérvalos en una urna de nubes
para que nadie los alcance.
 
Estoy financiada a plazos:
me gusta repartir abrazos de poco en poco
porque sé que las deudas ahogan
a los que los deben.
Lo más triste que sé
es que hay gente que muere sin darlos.
 
La búsqueda perpetua
entre puertos sin faro.
Aún me conservo de pie
con todo lo que ello conlleva:
mis sentimientos en ristre,
mis brazos en jarra
y mis lamentos en alto.
 
Mientras canto,
los nudos no se cansan de apretarme
y yo no soy un nudo,
soy un lazo.
 
Hay miradas que solo saben soñar
pero después de esas hay pocas.
 
Alcanzo una gota que muere
sin llegar al mar
como el desgarro que produce
dejar de ser.
 
El aleteo de un sentimiento
vuela
sin necesidad de ser pronunciado
pero este silencio que siento
hace mucho ruido.
 
Creo que soy una de esas
que vuelan sin destino.
Con los pequeños gestos delatando
el limbo entre una palabra y otra.
Sigilosa, lujuriosa y desnuda
encontrando en cada bocanada de aire
un consuelo que respirar.
 
Al cielo lo que es del cielo:
lo que me gusta es mirarte despacio
devolviéndote lo que es tuyo.
Mi sitio favorito del mundo
es a tu lado.
 
Beatriz Casaus 2017 ©


 


martes, 19 de septiembre de 2017

Feliz aniversario



 5 años ya. F E L I C E S.




Me he acostumbrado
(así, como quien no quiere la cosa)
a los domingos sin resaca,
al amor sin golpes
y a la gente sin doblez.
No es que la vida sea menos emocionante:
es que las emociones son reales, sencillas.
Y por tanto,
hacen bien.


(Ana Elena Pena)




¡Gracias por estos cinco increíbles años y por todos los que nos quedan, gracias por hacerme feliz y darme tanto...gracias por tu amor que es lo más importante para mí, gracias por ser mi familia, mejor amigo, amante, compañero, gracias por demostrarme lo que el buen querer es!





Creo que tengo



Cinco años creo que te tengo.


Tengo toda esta noche para dormir a tu lado

y escuchar como sueñas.

Tengo sueños que me sueñan a mí,

así que no los tengo.

Tengo tu abrazo con la forma de mi cuerpo.

Tengo tu olor en mi piel cicatrizado.

Cada mañana tengo una oportunidad más

de tenerte.

Tengo amigos

que también me tienen a mí.

Tengo septiembre repetido en el calendario.

Tengo lo perdido y lo ganado.

Tengo memoria y recuerdo por qué te quiero.

Tengo alegría porque tengo esperanza.

Allá arriba tengo un cielo estrellado

mirándonos.

Tengo tu piel desnuda en mi mano.

Tengo una lista de cosas que hacer

que no se hacen solas.

Tengo apetito de ti porque no sacian las horas.

Cinco años cogiendo tus manos sin tenerlas,

pero de algún modo,

también las tengo.

Tengo un te quiero empapado de versos.

Tengo verano todos los días con tu sonrisa.

Tengo la certeza de que formas parte de mí.

Tengo una vida,

y te tengo a ti

pero no tengo nada.

Beatriz Casaus 2017 ©










miércoles, 13 de septiembre de 2017

Reflexiones en mi cumpleaños :)

"Cuando yo tenía cinco años, mi madre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando fuera mayor. Yo respondí "feliz". Me dijeron que yo no entendía la pregunta y yo les contesté que ellos no entendían la vida." (John Lennon)









Es curioso que mucha gente intenta vivir la treintena cumpliendo con la mayoría de los condicionamientos sociales establecidos que se esperan de ellos, para sentirse bien o por pura presión social, pero el caso es llegar a esa edad sino con todos, al menos alguno de ellos. Casados, casados y con hijos, con coche o varios coches, casa y éxito profesional. Pero se olvidan de lo más importante: de vivir sus vidas y no las de otros. De vivir gozando el instante, como un niño lo hace. De seguir lo que sus corazones les piden a gritos porque cuando no se le escucha, a veces con el paso de los años, el cuerpo se revela. De escucharse y de darse ese espacio y tiempo para hacerlo. ¿Y si el éxito no se midiera solo por el profesional? ¿Y qué hay del éxito personal, pero no solo entendiendo el culmen de ello casarse y tener descendencia? ¿Qué hay de la felicidad?


Fijémonos en un país como Bután, conocido por ser “el país más feliz del mundo” siendo uno de los países menos desarrollados de Asia. Mientras que en el resto de los países el crecimiento económico se mide a través del Producto Interior Bruto (PIB), Bután acuñó el término “(FNB) Felicidad Nacional Bruta”. Siguiendo un concepto de desarrollo distinto, enfocándose en la felicidad de la población en términos holísticos y basándose en aspectos como protección del medio ambiente, conservación de la cultura, desarrollo socioeconómico sostenible, vida mentalmente sana… Cada dos años el gobierno evalúa la felicidad de sus habitantes con una encuesta. Para ellos la meta principal es encontrar el equilibrio entre el desarrollo material y espiritual y por eso la mayor parte de la población se sirve de la práctica de la meditación. Incluso su propio gobierno invirtió en la construcción de cabañas en las montañas para facilitar su práctica. Allí la espiritualidad se ha convertido en la máxima manifestación de su riqueza y felicidad. Quizás nos haga reflexionar sobre qué nos hace felices a nosotros en occidente, ¿el placer de consumir o valores subjetivos? ¿Crear riqueza en una sociedad descontenta con altos niveles de depresión y ansiedad? ¿O quizá aspiramos a otro tipo de desarrollo?


Mi única aspiración para llegar a la edad que cumplo hoy, siempre ha sido ser feliz y poder haber crecido espiritualmente. Lo digo sin tapujos, que sé que para muchos hablar de esto es tabú. Para mí no, ya no. Debo vivir mi vida y no la de los demás y el estar pendiente de lo que los demás piensan es vivir las suyas. Es vivir a medias. En la mía vivo mi espiritualidad día a día y ayudo en todo lo que pueda (esa es la espiritualidad en la práctica). Me enfoco en depositar toda la buena voluntad posible hacia mí y hacia todos. Conectar con otros planos, conocer realidades paralelas, saber la verdad acerca del universo y de la existencia, ahondar en lo profundo de mi ser y descubrir qué se esconde dentro. Esa ha sido y es mi aspiración más allá de tener un coche, una casa, casarme y tener hijos.

Mucha gente tiene miedo a cumplir años, les aterra envejecer y les aterra en última instancia la muerte. A mí, sin embargo, sí me gusta cumplir años, lo hago encantada y agradecida hasta la médula. Puedo decir que he descubierto quién soy en realidad y eso es la mayor proeza que se puede alcanzar. Estoy feliz y alegre por vivir un día más, una oportunidad más, una experiencia más. He aprendido a vivir sin miedos, superándolos, sin apegos, sin ego, sin juicios, sin expectativas y con sentido de humor. Viviendo conscientemente cada instante y no de forma automática, centrando mis sentidos en el presente y con quien quiera que esté compartiendo ese momento presente. Segura de mí misma, ¡sí, por fin segura! y con ganas de vivir y saborear hasta la última gota de esta existencia.

Cumplir años es una maravilla, te conoces mucho mejor, y si eres mujer, con los años aprendes a sacarte más partido, te sientes mucho más cómoda contigo misma y ya no tienes todas esas inseguridades que antaño tenías arraigadas en una mente adolescente o veinteañera. Ahora tu cuerpo no es un descubrimiento como en la adolescencia, ni una comparación con el de otros, como en la veintena, sino una maravilla sea como sea porque responde perfectamente a lo que eres y lo aceptas y cuidas más que nunca. El balance para mí sin duda, es bueno, muy bueno. Tienes mejor criterio en cuanto a gusto enológico, gastronómico, musical, cinematográfico, de estilo, conoces los mejores sitios de las ciudades, sabes dónde ir y dónde no ir... Ya no estás por la labor de perder el tiempo porque sabes que es limitado y por lo tanto te haces consciente de tus prioridades. También por ello, eres consciente de tu mortalidad. En la veintena ese tema parece una ilusión y se piensa que a uno no le va a tocar nunca y que la juventud y la belleza duran toda la vida. En Bután, se medita cinco minutos al día sobre la muerte y este hecho, al contrario de lo que pueda parecer, hace vivir la vida al máximo y con conciencia. Por eso hay que cultivar otras virtudes y sobre todo valorar las cosas importantes y tener claro que nada es permanente, sólo lo verdadero permanece para siempre. La belleza, la juventud, las cosas externas a uno, el materialismo, la apariencia, son efímeros. La belleza se esconde detrás de una mirada, no en los ojos. La belleza se esconde detrás de una sonrisa, no en la boca. La belleza es la que desprende el alma, no el cuerpo.

El amor es lo único verdadero y se disfraza detrás de cada gesto, incluso a un desconocido, aunque no nos demos cuenta de ello. Es la única energía que existe y a través de la cual vivimos. Desde este mundo limitado no creo que podamos ser nunca conscientes de lo que abarca ni de lo que significa, pero gracias a personas con el coraje y la valentía para hablar de ello, como el autor del libro "Ahora estás en casa" Antonio Gómez Martín, (a quien tengo el enorme privilegio de conocer y escuchar y quien ha llegado a mi vida como una bendición), somos capaces un poco más de dilucidarlo e intuirlo, aunque nuestra mente racional jamás alcance comprenderlo.

Siento que estoy viviendo el momento más pleno de mi vida y me siento una afortunada de todas las experiencias en ella. Tengo la inmensa fortuna de tener un compañero de viaje que me colma de amor verdadero, una familia que está sana y personitas a las que querer y abrazar y por supuesto mucha otra que me queda por conocer. Doy la bienvenida a este nuevo año con toda la ilusión, fuerza y energía para que me llene de vida y de experiencias que me permitan crecer y evolucionar. Deseo encarecidamente ayudar a los demás y servirles y también deseo que viváis vuestra vida con alegría, felicidad y mucha paz y que sepáis tal y como dice mi amigo Antonio Gómez, que estáis condenados, condenados a ser felices e inmortales. ¡¡Un abrazo!!


jueves, 31 de agosto de 2017

Lo frágil no dura

"Los buenos espíritus prefieren la poesía, pues ésta es cosa del alma" (Albert Camus)






Lo frágil no dura


Lo frágil,


lo etéreo de las palabras


que se sumergen y marchitan.


Tan solo el volátil instante,


permanece.


El gesto del agua se hunde


en el océano del cuerpo


flotando a la deriva,


sobre el pensamiento


que la mente distraída alberga.


Allí donde los miedos se mezclan


con las cabezas desiertas.


Lo frágil,


vuelve a hundirse como una balsa,


empapada sobre la prístina intención


que mueve a la caricia que calienta el sol.


Allí los abrazos se convierten


en una afrenta


para los que los han olvidado


bajo el aspecto pulcro


de una expresión blasfema


que hace obedecer con voluntad robada.


Los ásperos días no se delatan,


ocurren sin más


engullidos por la indolencia


se derriten en el calendario


mientras espero un milagro


con nombre de persona.


La frágil magia,


envuelve a los enamorados


con el paso de los años


y los mantiene unidos al unísono


de un simétrico compás.


Su imprecisa creencia en lo imposible


bajo el dominio de la propia voluntad


para cambiar el mundo,


aquella que nos permite creer


que es abstracto


cuando está constituido


por personas particulares


cargando sueños y memorias,


calculando una huida


que queda a la misma distancia


de quedarse.


La fragilidad,


de reverenciar el pasado


sin el bullicio del arrepentimiento


sintiendo la disolución del orgullo


que abriga y da calor.


Haber caminado sobre el mar


de un campo en sequía,


bajo la estela de una estrella fugaz


con el suave oleaje que envuelve


el aroma de la frágil existencia.


Descubrir el secreto de la clara


y simple satisfacción de ser


cuando el único lujo es permitirse


vestirse con un sueño,


porque venderse,


a cierta edad no es apropiado.


 


Beatriz Casaus 2017 ©





viernes, 14 de julio de 2017

Honestidad


“Ser honesto puede que no te de muchos amigos, pero te dará los amigos adecuados” (John Lennon)

“Estoy enfermo de escuchar a ignorantes, miopes, hipócritas e intolerantes; lo que quiero es la verdad” (John Lennon)

“Nada me detendrá y a pesar de que no esté aquí, siempre tendré los mismos pensamientos y diré lo que siento” (John Lennon)

“Sé tú e intenta ser feliz. Pero, ante todo, sé tú” (Charles Chaplin)

"Sé tú mismo, los demás puestos están ocupados" (Oscar Wilde)




Esto que ves soy yo


Esto que ves soy yo,
un jardín con ganas de ser montaña,
fíjate en este rostro que nunca he visto,
acarícialo con tu mirada
para que mis icebergs que flotan a la deriva,
vuelvan.

Ya no soy un felpudo donde limpiarse,
cada recodo de mi cuerpo está en orden
aunque parezca tierra recién arada,
este es el hogar desde donde paseo
y a donde vuelvo cuando estoy confundida.

Sin envoltura me desgasto hasta romperme.
Lo que ves es lo que tengo.
Gustaré solo a la gente apropiada,
con la que puedo ser yo,
los demás son días que pasan de largo.

Toca mis manos huecas,
todo lo que hay en ellas
te lo puedes llevar.
Mira mis dedos, son autónomos unos de otros
solo la palma los sujeta,
como el amor bien entendido.
Te ofrezco todo lo que soy
en este río que compartimos.

Esto que ves soy yo,
dócil llovizna,
puedes ahogarte en mi sonrisa
o desbordarte con ella.
Mis hojas no han llegado a las ramas
y ya esperan a caer,
la fiel contradicción
de abrirme y cerrarme
como una flor según el momento del día.

Soy espejo,
todo lo que ves en mí es lo que proyectas.
Mi reflejo eres tú.
No permitas que los prejuicios
se entrometan entre tú y yo,
no llegaré hasta tus ojos nunca
hasta que seas transparente.

Mi sueño es convertirme en universo,
es tan auténtico que solo sabe expandirse,
pero el necio se rinde ante su propia verdad.
En este teatro donde todos llevan máscaras
los honestos son los ciegos.

En mi boca sólo se inundan las promesas.
Mis párpados bailan con la inercia
de ser solo una persona.

No tienes que adivinarme.


Beatriz Casaus 2017 ©





domingo, 9 de julio de 2017

Cuarenta y nueve escalones

"We are led to believe a lie, when we see not through the Eye" (William Blake)


"(...)Estoy habitada por un grito.
De noche aletea
buscando, con sus garras, algo para amar (...)"

(Extracto del poema "Olmo" de Sylvia Plath)



Cuarenta y nueve escalones


Terribles voces se bifurcan en mi camino
como en un consuelo por encontrar
sentido a todo el dolor que viví.
A veces el mar se apodera de mí
y pretende ahogarme pero es entonces
cuando renazco y vuelvo a olvidar.
No confío en los milagros
ni el designio de las alucinaciones
para abrir la conciencia.
Confío en la vida que tantas veces me ha abrazado.
Aunque ni yo misma lo crea,
debo ser importante para este
acontecimiento universal también.
Me aterra pensar que no hay árboles que florezcan.
Pero antes deben caer sus hojas como lo hacen,
en silencio y sin que nadie se dé cuenta,
de forma sigilosa y casi accidental
para configurarse sobre una dignidad perdida.
Cuarenta y nueve escalones que unen
el cielo con la tierra.
Mi tierra natal con mi domicilio actual.
En un aparente caos azaroso se puede brillar
y conceder a la luz el lugar que le corresponde.
Antes era mañana
y caminar descalza hoy es toda una proeza.
No volveré a repetir las palabras malditas
si una ínfima parte de lo que el amor es,
me encuentra y me lleva.
Me inclino sobre la balanza
que tiende a descender sobre uno de sus brazos
de forma aleatoria.
Nunca entendí por qué un gran corazón no pesa más.
Sufrí la velocidad de la violencia silenciosa.
Hundida hasta la raíz,
mis gritos no se oían en otras paredes.
Toca pronunciar muchas palabras
hasta no decir nada para llegar lejos.
Lo oculto ve la luz y nos miramos
como si nunca antes nos hubiéramos visto.
Soy nueva cada día y por fin te veo.


Beatriz Casaus 2017 ©


sábado, 10 de junio de 2017

El lado bueno de las cosas




El otro día en una conferencia de una autora que me gusta mucho pero cuyo nombre no voy a desvelar porque no viene al caso, a la pregunta de una persona en el público que le hizo: “¿por qué hay tanto mal en el mundo?” ella contestó con un ejercicio dejándonos a todos reflexionando sobre su mensaje. El ejercicio consistía en lo siguiente, nos dijo que miráramos hacia nuestro alrededor y que nos fijáramos y memorizáramos todo lo que fuese o tuviera color rojo. Nos tomamos para ello unos segundos en silencio y después de pasados esos instantes nos preguntó: “ahora decidme todo lo que recordáis que fuera azul”. Todos los asistentes nos reímos porque no podíamos recordar nada azul ya que habíamos puesto toda nuestra atención en encontrar cosas que fueran o tuvieran rojo sin pararnos tan siquiera a percibir otro color que no fuera ese. Con este ejercicio la autora estableció una metáfora entre esos colores y lo malo que ocurre en el mundo frente a lo bueno que también sucede, pero de lo que no nos damos cuenta porque no le prestamos atención y tampoco se le da suficiente importancia. Todos los días suceden cosas maravillosas y positivas en todas partes sin embargo ello no suscita la misma repercusión que las malas noticias en los medios de comunicación. Precisamente son las noticias malas las de mayor calado y a las que más bombo se les da. En el recinto donde se mantenía la reunión, sin embargo, había muchos más objetos de color azul que de rojo e intuimos que aquello era un reflejo de lo que en el mundo también sucede. Este pensamiento me recordó a la frase “Donde pones tu atención en eso te conviertes” y en lo importante que es el darnos cuenta de en dónde está nuestra atención o en qué nos enfocamos porque de algún modo en ello nos convertimos. La madre Teresa de Calcuta dijo “hace falta que una persona origine daño para que en cien surjan actos de amor” .Por lo tanto, el bien es mayoría y enfocarse en el bien hace el mal más pequeño.

Cada cual pone su atención en aquello que quiera y en lo que le importe como es lógico. Sin duda no hay que hacer una distinción entre unos y otros, pero me parece sumamente descriptivo de alguien saber aquello en lo que se fija para conocer cómo es. Es muy importante darse cuenta y tomar conciencia sobre aquello a lo que prestamos atención, ¿sobre qué nos enfocamos? ¿Qué nos importa? ¿A qué dedicamos nuestros pensamientos? pues ello significa en última instancia en qué depositamos nuestro tiempo y a qué estamos dedicando nuestra energía. Nos podemos enfocar en infinidad de cosas, pero intentar prestar atención sobre lo que prestamos atención por redundante que suene sería lo ideal. Tomar conciencia sobre aquello en lo que depositamos la mayor parte de nuestros pensamientos nos ayudará a mejorar nuestra calidad de vida. Si estamos alerta, cuando percibamos pensamientos negativos nos daremos cuenta y si enseguida los sustituimos por algo positivo, nuestro estado de ánimo mejorará y por ende, poco a poco todo lo demás. Si estamos constantemente enfocándonos en pensamientos negativos, en juicios sobre otras personas, en criticarlas, en ver el lado malo de las cosas, con toda seguridad seremos personas que están frustradas, amargadas y que finalmente no disfrutan la vida como merece o no intentan ser felices. Si nos enfocamos sin embargo en lo bueno de las personas, les admiramos, no las criticamos ni juzgamos y vamos por el mundo intentando dar lo mejor de nosotros mismos, al menos estaremos intentando ser felices y es probable que estemos más contentos y satisfechos con nuestras vidas. Es cuestión de darse cuenta y de una elección, al fin y al cabo: pensar en positivo o en negativo. En enfocarse en una u otra cosa.

He conocido a personas bellas por dentro que tienen en vez de deseos, lo que yo llamaría aspiraciones. Sus pensamientos van más allá de la cotidianidad del día a día. Se enfocan en mejorar personalmente, en leer sobre temas elevados, en dedicar su tiempo a evolucionar como seres humanos y en ayudar a los demás de algún modo posible, intentan no juzgar y se libran del sistema de creencias implantado por la sociedad en la que viven o de la que han aprendido. Están contentos y agradecidos y no pierden el tiempo con un cuchicheo ni un juicio o crítica hacia alguien, pues son muy conscientes de sus acciones. También he conocido personas normales que no se meten con nadie y que intentan llevar sus vidas lo mejor que pueden, sin más y por otro lado, también hay personas que se encuentran en el nivel de estancamiento del que habla la imagen que he añadido a este post. Son ese tipo de personas que cuando te cruzas con ellas te miran de arriba abajo, ponen mala cara, y suelen hablar de los demás no de forma muy considerada, llamémosle así. En mi caso y por fortuna el caso también de muchos, soy una persona alegre y positiva y eso a veces despierta en ese otro tipo de individuos sentimientos encontrados de amargura, siendo a veces foco de su mal humor debido a su insatisfacción personal. Porque seamos sinceros, algunas personas albergan sentimientos tan bajos y pueriles como la envidia y el odio y además los alimentan. El ser humano es capaz de sentir sentimientos malos y buenos, es completamente comprensible en la naturaleza humana pero si se sacan a la luz los negativos para aceptarlos, tal y como indicaba Carl Jung hacia el encuentro con nuestra sombra: Uno no se ilumina imaginándose figuras de luz, sino tornando la oscuridad consciente”, esos malos sentimientos tienden a desvanecerse y en algún momento desaparecerán. Si de modo voluntario uno se enfoca en los pensamientos buenos nos traerá paz, alegría y nos acercará más a la felicidad, mientras que los otros producen el efecto contrario, por ello lo conveniente es trabajar encarecidamente para tener pensamientos buenos y enfocarse en ellos, es cuestión de práctica por simple que parezca.

Lo que distingue a unas personas de otras no es sólo qué siente sino qué sentimientos alimenta. Si presta atención a sentimientos de amor, paz, compasión y si se enfoca en ellos o si por el contrario presta atención a esa parte tan baja y negativa alimentándolos además. Esos sentimientos no son nada productivos, al contrario, llevan a la desidia más extrema y a una insatisfacción existencial que repercutirá en otros ámbitos. Sin embargo, es probable que esas personas que tratan mal o tienen gestos desconsiderados con algunos, en sus contextos personales se comporten de forma diferente. En una entrevista al psicólogo evolutivo Michael Tomasello, le preguntaron por qué podemos ser muy amables con la gente de nuestro entorno y luego ser despiadados en otros contextos, como por ejemplo en el laboral. Tomasello argumentó que “nuestros valores varían en función de en qué círculo nos movamos. No nos comportamos igual con el conocido que con el desconocido”. Por lo tanto, lo congruente sería actuar bien con todo el mundo ya sea conocido o desconocido, pertenezca a nuestro círculo íntimo o no. En fin, dar lo mejor de cada uno siempre, con todos y en todas las circunstancias. El ensayista Josema Melli apunta lo siguiente “Homologar ambos comportamientos es una de las grandes aspiraciones de la ética, qué podemos hacer para pasar del círculo íntimo al círculo público con la misma actitud empática”. En mi caso siempre he defendido la idea de que todos los seres humanos somos iguales y todos merecemos un trato justo y afable, incluso cuando recibimos de parte de ellos un trato negativo, que es lo más difícil, pero por ello hay que practicar con el ejemplo. El escritor Fernando Sabater en su libro “Los siete pecados capitales” dice: “Las virtudes no se aprenden en abstracto. Hay que buscar a las personas que las posean para poder aprenderlas”. Por eso es tan importante siempre dar ejemplo. Los niños aprenden por imitación de sus adultos y ven en ellos el ejemplo a seguir en su modo de comportarse. Dar ejemplo es una tarea casi hercúlea, pero necesaria. La práctica es mil veces más potente que la teoría y uno mismo es el único ser capaz de cambiar las cosas. Gandhi bien lo sabía cuando dijo “Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Esta frase es para mí una de las máximas que intento seguir a ultranza. Ser exactamente lo que quieres ver en el exterior, empezando tan cerca como en uno mismo.

Quien me conoce sabe que soy amable y educada con todos y que es difícil que alguien me vea enfadada con otra persona, a no ser que se cometa una injusticia, entonces defenderé desde el respeto y la educación, jamás usando la violencia, los gritos o las malas artes. Esto no quiere decir que todo el mundo me caiga bien. He de reconocer que soy una persona bastante transparente en este aspecto y si algo no me gusta tanto como si algo me gusta, se me nota y no finjo. Poca gente me cae o ha caído mal, pero si se da el caso, que, por supuesto me ocurre como a cualquiera, no niego mis sentimientos, sino que los acepto y actúo en consecuencia con lo que siento, creo y pienso. No le puedo negar el saludo ni un trato amable a nadie, pero desde luego no iré buscando a esa persona ni entablando conversación con ella. Creo que hay que ser consecuente con lo que uno siente, pero siempre desde el respeto y la amabilidad pues todo el mundo merece ser tratado con sumo respeto y con la mejor intención. Hay que saber gestionar las emociones y los sentimientos y no caer en el grave error de acrecentarlos, ni los buenos ni los malos. En el caso de que alguien te caiga mal es mejor no pensar en esa persona y si se da la tesitura de que se hace, siempre deseándole lo mejor y enviándole las mejores intenciones y energías posibles pues todo lo que das se te devuelve, ya sea malo o bueno y a mí me gusta ir deseando a la gente el bien. Ahondando también en lo personal ahora que he hecho de forma pública mi relación sentimental, aunque en septiembre haga cinco años en ella, he tenido la inmensa fortuna de recibir una tonelada de mensajes, llamadas, besos y abrazos de personas que se han alegrado mucho por esta noticia y ha sido genial poder compartir con ellos de una vez nuestra alegría, pero también han habido otras que no se han alegrado (muy muy pocas) y en otras incluso en las que hemos despertado su odio por disparatado que suene. Tengo la creencia de que todo lo que se envía se devuelve multiplicado, por eso hay que ser muy consciente de qué enviamos y es hasta casi un acto egoísta desear el bien, pues así se nos devuelve también. Por mi parte me quedo con todo el amor que hemos recibido que además ha sido mucho y por ello me siento tremendamente afortunada y agradecida y a los que nos envían pensamientos negativos yo les envío lo contrario, todo el amor posible. La luz puede a la oscuridad siempre. El amor al odio, la paz a la guerra por mucho ruido que haga. No hay que luchar, quien quiera luchar que luche pero creo que en vez de luchar hay que estar a favor de la paz, del amor, y repartir ese cambio que sé que todos en realidad queremos escuchar en las noticias y que tanto anhelamos. Si la gente siguiera la máxima del rey Salomón el mundo estaría lleno de ciegos sin dientes y esa no es ninguna solución. Así que tomemos conciencia sobre nosotros mismos, sobre dónde nos enfocamos, deseemos el bien y seamos felices o al menos lo intentemos. Tratemos bien a todos pues la felicidad también tiene que ver sobre cómo nos tratamos a nosotros mismos y a los demás.

¡¡Que tengáis un buen día todos!! amigos, enemigos, conocidos, no conocidos, círculo cercano o personas completamente desconocidas, a todos y a cada uno, feliz día y feliz vida :)

Beatriz Casaus 2017 ©


viernes, 24 de marzo de 2017

Días sin sueño

"(..) Soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma" (W. Ernest Henley)



Días sin sueño

La misma noche te soñaba
con la reconfortante sensación de aliento al caer
bajo las almas al cielo de tu sonrisa.
Me duelen los gritos de quienes no saben gritar
les oigo entre mis latidos
y me inclino hacia su propia realidad de tedio.
Se abren los ojos de los dormidos en estos días sin sueño
cae la noche bajo tu imagen de nuevo
para aquellos que sueñan despiertos.
Serán los únicos que poblarán los días cuando se acaben
porque saben bailar entre las estrellas en vez de contarlas.
Cae la luz en este inhóspito paraje sin Dios
como un beso de adiós
en una fría primavera.
No es que no crea en Dios
es que no puedo dejar de creer en él.
Esa sensación es lo único que tengo.
Sé que al despertar le veré
y me contará sobre qué va todo esto.
Los días dulces aguardan a la salida de las esperas
como quien tiende la mano con ternura.
En esta inundación de beso de vida
cuando cante el último sol soñaré
y todos y cada uno de nosotros nos iremos
sin embargo sólo algunos podrán decir que han vivido.
La misma  noche te soñaba una y otra vez
alegre y despierta te bailará sin fondo
en esta vida de insomnio.


Beatriz Casaus 2017 ©




lunes, 13 de febrero de 2017

La sencillez

"Cuando te vuelves consciente, te vuelves más sabio. Eso es lo que se denomina verdadero crecimiento personal. Entiende tu arrogancia y esta se derrumbará - el resultado será la humildad. Entiende tu infelicidad y esta desaparecerá - el resultado será un estado de felicidad. Entiende tus temores y se derretirán- el estado resultante es el amor. Entiende tus apegos y se esfumarán- la consecuencia es la libertad". (Anthony de Mello)








¿Qué es la sencillez?la sencillez es dar prioridad a las cosas importantes y tenerlas como estandartes, es ser humilde y llano de corazón. Cultivar el interior, ser bondadoso y amable y creer que todos somos iguales ¿puede alguien sencillo llegar lejos? si entendemos como lejos ser feliz, sí y si lo entendemos como éxito material también, depende de lo que cada uno busque, aunque es probable que alguien sencillo se verá más atraído por ser feliz y hacer feliz a los demás que por conseguir éxito material ¿la sencillez enamora? si quien le corresponde es alguien despierto sí, si está distraído y aturdido en el mundo del consumismo y superficialidad, es probable que pase desapercibido para él. De todos modos para mí la sencillez es capaz de atravesar corazones más allá que cualquier otra cosa, pues conecta directamente con la nobleza que existe en cada uno de nosotros. Yo valoro la sencillez y la gente sencilla por encima de todo lo demás. Menos es más siempre.

En un día como hoy, víspera del día comercial del amor, miro a mi chico y siento que no necesito decirle nada, porque ya lo siento todo. Sentir su mano sobre la mía, es uno de mis hobbies favoritos. Estar juntos cuando necesitamos palabras de aliento o apoyarnos en los peores momentos, otro. Reírnos hasta que nos duele la tripa por las mayores tonterías, otro más. Mirarnos y saber qué está pensando el otro sin necesidad de articular palabra, uno más. Que me broten sentimientos de amor con la más acentuada intensidad que un corazón puede emitir, es como me gusta gastar los segundos en este reloj de arena invisible.

 Sin embargo a veces no es sencillo. A veces los miedos entran en escena cuando se quiere con tal medida, pero es el amor si es verdadero, el que es capaz de solventarlo todo para que fluyan las cosas. En mi caso estar con alguien que es centro de atención femenino y que incluso ha sido fuente de obsesión para alguna persona ha sido un poco complicado. En alguna ocasión cuando por ejemplo una mujer se queda callada y noto cómo formula la pregunta en su cabeza sobre por qué tengo una pareja como la que tengo, frunce el ceño mientras me observa y yo percibo cómo me está juzgando y debatiendo sobre qué hay en mí que me hace diferente al resto, yo pienso para mis adentros: “porque soy exactamente lo contrario a ti”. Y me quedo tan ancha y me voy sin intentar resolver sus intensas inseguridades ni responder a sus miradas llenas de todo excepto de buenas intenciones. No entro en su juego pero me encantaría poder decirle lo que creo que esas creencias producen en ella, sin embargo no soy quién para decir nada a nadie y sobre todo cada uno es libre de pensar lo que buenamente le venga en gana. Ignorar actitudes tóxicas que vienen arraigadas en pensamientos insanos es mi manera de no darles cabida. Sin embargo si en vez de mirarme mal y juzgarme me hubiera formulado con educación esa pregunta que le carcomía le hubiera respondido que una de las cosas que sé que enamoraron a mi chico de mí, es la sencillez.

Hay vida más allá de la belleza, más allá del poder, del dinero, de los bienes materiales, de los títulos, de un buen trabajo o un buen cuerpo como secretos para conquistar o estar con alguien. Si uno cree que esa es la fuente para conseguir pareja va mal encaminado. La sencillez enamora por simple que suene y así por ser tan simple y sencillo es tan real. Las cosas sencillas son las verdaderas o sino que le pregunten a cualquiera que atraviesa un duelo o una enfermedad, a ver cómo cambian sus prioridades y valoran las cosas que no se pueden comprar y que reconfortan por dentro. Sin embargo poca gente valora la sencillez. Lamentablemente se suele valorar cuando se han pasado por momentos en los que se han perdido cosas que son los únicos momentos en los que la gente se despierta del letargo emocional que esta sociedad superficial nos enseña y conectan consigo mismos.

A veces las almas se encuentran y no importa nada más. Nada. Ni la historia de cada uno, ni todo lo que rodea a la persona, simplemente se encuentra a una persona que por alguna razón que no entendemos, despierta en nosotros un profundo amor verdadero, que no romántico. El amor romántico es sencillo de encontrar y tiene fecha de caducidad, el verdadero se encuentra pocas veces en la vida y cuando llega lo sabes a ciencia cierta. Una persona sencilla y humilde puede ser capaz de enamorar sin necesidad de ningún artilugio, sino siendo ella misma. La sencillez va de la mano de la bondad y de la pureza de espíritu, y aquel que se topa con ello, aprenderá a valorar la bondad por encima de todo lo demás, porque la bondad, la paz, la tranquilidad, la dulzura, dan sentido más que ninguna otra cosa. Ni la ropa cara, ni la belleza, ni intentar ser el centro de atención, ni servirse en bandeja dejando al descubierto nuestra propia falta de autoestima para buscar las migajas del amor de alguien o pelear por conseguir un puesto en la vida de ese alguien, funcionará. Nada de todo eso es suficiente para mantener una relación verdadera, puede atraer y distraer por un periodo corto de tiempo, pero tarde o temprano todo se cae por su propio peso y se esfumará enseguida, a no ser claro que la otra persona también tenga esos intereses materialistas o ande igual de perdido y estén juntos hasta que se cansen el uno del otro. Esto además es muy común y no hay más que mirar a nuestro alrededor para verlo. Hay muchas parejas que existen por el anhelo de ser amado que por el verdadero sentimiento de amor que se profesan y en ese anhelo se desarrollan toda una serie de aspectos externos que creen serán la fuente de atracción. Y eso tarde o temprano también se desmorona.

Lo externo jamás podrá hacer sentir la paz que brota de un corazón puro, porque corazones que quieren sentir hay muchos, muchísimos, pero corazones que hagan sentir, pocos. Y para hacer sentir no hay más que ser consciente de lo importante y estar en contacto con ello porque sea en donde pones tu atención ya que es lo que de verdad te importa. Estar en contacto con tu centro. Saber lo que vale la pena en la vida y vivirlo cada día y sobre todo tratar a todo el mundo con amabilidad porque todos somos uno. Alejandro Jodorowsky decía: “Lo que das, te lo das, lo que no das, te lo quitas”.Cuanto más das, más te llenas y más sencillo te vuelves. 

Ahora que el presente me sonríe, me acuerdo del pasado y de todas las cosas que también me hicieron sonreír y de las que no, también y les doy las gracias por haberme enseñado algo, les guiño un ojo para que juntos tatuemos esas sonrisas en mi alma y borremos todo lo demás, que por sonreír que no falte, pues si el presente me sonríe yo le sonrío de vuelta más fuerte y así permanecer en este instante que dura la vida y que es un regalo.


Beatriz Casaus 2017 ©