“La imaginación no es un estado: es la existencia humana en sí misma.”
(William Blake)
William Blake fue un poeta, pintor y grabador inglés del S.
XIX. Debido a su singularidad artística diferente al arte imperante de la época
y a su fuerte espiritualidad, fue un verdadero incomprendido, siendo incluso objeto
de escarnio público en su tiempo. Hoy en día, sin embargo, es considerado como
uno de los mejores artistas ingleses de todos los tiempos. Durante gran parte
de su vida vivió en la pobreza y alejado del reconocimiento del público que le llegaría
un siglo después de su muerte. Sin embargo, Blake vivió feliz al lado de su fiel mujer
y manteniendo vivo su arte a través de sus visiones.
Varias cosas me han interesado siempre de Blake, la primera,
mi empatía hacia su contenido profético y visionario, comparto su
espiritualidad y es difícil ser entendido por ello, tanto en su época como por
desgracia también en la mía. Con tan solo nueves años explicó a sus padres que
había tenido una visión de un árbol lleno de ángeles. Sus visiones se
mantuvieron durante el transcurso de su vida y fueron para él intensamente
reales dejando una profunda huella en su arte y en sus escritos.
Le conocí gracias a mi grupo favorito “The Doors”, que
precisamente se bautizaron con ese nombre en homenaje a uno de sus versos más
conocidos: “Si las puertas de la percepción se abrieran, el hombre vería el mundo
en todo el esplendor de su belleza” y a partir de haberle leído, me
hice yo también una ferviente admiradora suya. Comparto con él no solo su lado
místico sino también su desacuerdo con las injusticias sociales, su denuncia a
la tiranía y a la corrupción del poder. Detestaba la esclavitud y creía en la
igualdad sexual y racial y dentro de su simbolismo místico, creía en el Dios del
Nuevo Testamento, y se sentía lejano al Dios del Antiguo Testamento, exactamente
lo mismo que me ha pasado siempre a mí.
Leer a Blake es vivir la magia, es adentrarte en el mundo de
la imaginación y dejar que se libere, es encontrar la verdad en lo imposible para abrir esa “percepción” y atestiguar lo que es real más allá de este mundo
limitado. Blake tenía una mirada diferente, yendo más lejos de lo bello, volando a lo infinito.
Os dejo con dos extractos de dos poemas suyos y con mi último poema, "Miradas que solo saben despedirse". ¡Que tengáis un precioso presente!
Me he acostumbrado
(así, como quien no quiere la cosa)
a los domingos sin resaca,
al amor sin golpes
y a la gente sin doblez.
No es que la vida sea menos emocionante:
es que las emociones son reales, sencillas.
Y por tanto,
hacen bien.
(Ana Elena Pena)
¡Gracias por estos cinco increíbles años y por todos los que nos quedan, gracias por hacerme feliz y darme tanto...gracias por tu amor que es lo más importante para mí, gracias por ser mi familia, mejor amigo, amante, compañero, gracias por demostrarme lo que el buen querer es!
"Cuando yo tenía cinco años, mi madre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando fuera mayor. Yo respondí "feliz". Me dijeron que yo no entendía la pregunta y yo les contesté que ellos no entendían la vida." (John Lennon)
Es curioso que mucha gente intenta vivir la treintena
cumpliendo con la mayoría de los condicionamientos sociales establecidos que se
esperan de ellos, para sentirse bien o por pura presión social, pero el caso es
llegar a esa edad sino con todos, al menos alguno de ellos. Casados, casados y
con hijos, con coche o varios coches, casa y éxito profesional. Pero se olvidan
de lo más importante: de vivir sus vidas y no las de otros. De vivir gozando el
instante, como un niño lo hace. De seguir lo que sus corazones les piden a
gritos porque cuando no se le escucha, a veces con el paso de los años, el
cuerpo se revela. De escucharse y de darse ese espacio y tiempo para hacerlo.
¿Y si el éxito no se midiera solo por el profesional? ¿Y qué hay del éxito
personal, pero no solo entendiendo el culmen de ello casarse y tener
descendencia? ¿Qué hay de la felicidad?
Fijémonos en un país como Bután, conocido por ser “el país más
feliz del mundo” siendo uno de los países menos desarrollados de Asia. Mientras
que en el resto de los países el crecimiento económico se mide a través del
Producto Interior Bruto (PIB), Bután acuñó el término “(FNB) Felicidad Nacional
Bruta”. Siguiendo un concepto de desarrollo distinto, enfocándose en la
felicidad de la población en términos holísticos y basándose en aspectos como
protección del medio ambiente, conservación de la cultura, desarrollo
socioeconómico sostenible, vida mentalmente sana… Cada dos años el gobierno
evalúa la felicidad de sus habitantes con una encuesta. Para ellos la meta
principal es encontrar el equilibrio entre el desarrollo material y espiritual
y por eso la mayor parte de la población se sirve de la práctica de la
meditación. Incluso su propio gobierno invirtió en la construcción de cabañas
en las montañas para facilitar su práctica. Allí la espiritualidad se ha
convertido en la máxima manifestación de su riqueza y felicidad. Quizás nos
haga reflexionar sobre qué nos hace felices a nosotros en occidente, ¿el placer
de consumir o valores subjetivos? ¿Crear riqueza en una sociedad descontenta
con altos niveles de depresión y ansiedad? ¿O quizá aspiramos a otro tipo de
desarrollo?
Mi única aspiración para llegar a la edad que cumplo hoy, siempre
ha sido ser feliz y poder haber crecido espiritualmente. Lo digo sin tapujos,
que sé que para muchos hablar de esto es tabú. Para mí no, ya no. Debo vivir mi
vida y no la de los demás y el estar pendiente de lo que los demás piensan es
vivir las suyas. Es vivir a medias. En la mía vivo mi espiritualidad día a día y
ayudo en todo lo que pueda (esa es la espiritualidad en la práctica). Me enfoco
en depositar toda la buena voluntad posible hacia mí y hacia todos. Conectar
con otros planos, conocer realidades paralelas, saber la verdad acerca del
universo y de la existencia, ahondar en lo profundo de mi ser y descubrir qué
se esconde dentro. Esa ha sido y es mi aspiración más allá de tener un coche,
una casa, casarme y tener hijos.
Mucha gente tiene miedo a cumplir años, les aterra envejecer
y les aterra en última instancia la muerte. A mí, sin embargo, sí me gusta
cumplir años, lo hago encantada y agradecida hasta la médula. Puedo decir que
he descubierto quién soy en realidad y eso es la mayor proeza que se puede
alcanzar. Estoy feliz y alegre por vivir un día más, una oportunidad más, una experiencia
más. He aprendido a vivir sin miedos, superándolos, sin apegos, sin ego, sin
juicios, sin expectativas y con sentido de humor. Viviendo conscientemente cada
instante y no de forma automática, centrando mis sentidos en el presente y con
quien quiera que esté compartiendo ese momento presente. Segura de mí misma,
¡sí, por fin segura! y con ganas de vivir y saborear hasta la última gota de
esta existencia.
Cumplir años es una maravilla, te conoces mucho mejor, y si
eres mujer, con los años aprendes a sacarte más partido, te sientes mucho más
cómoda contigo misma y ya no tienes todas esas inseguridades que antaño tenías
arraigadas en una mente adolescente o veinteañera. Ahora tu cuerpo no es un
descubrimiento como en la adolescencia, ni una comparación con el de otros,
como en la veintena, sino una maravilla sea como sea porque responde
perfectamente a lo que eres y lo aceptas y cuidas más que nunca. El balance para
mí sin duda, es bueno, muy bueno. Tienes mejor criterio en cuanto a gusto enológico,
gastronómico, musical, cinematográfico, de estilo, conoces los mejores sitios
de las ciudades, sabes dónde ir y dónde no ir... Ya no estás por la labor de
perder el tiempo porque sabes que es limitado y por lo tanto te haces
consciente de tus prioridades. También por ello, eres consciente de tu
mortalidad. En la veintena ese tema parece una ilusión y se piensa que a uno no
le va a tocar nunca y que la juventud y la belleza duran toda la vida. En
Bután, se medita cinco minutos al día sobre la muerte y este hecho, al
contrario de lo que pueda parecer, hace vivir la vida al máximo y con
conciencia. Por eso hay que cultivar otras virtudes y sobre todo valorar las
cosas importantes y tener claro que nada es permanente, sólo lo verdadero
permanece para siempre. La belleza, la juventud, las cosas externas a uno, el
materialismo, la apariencia, son efímeros. La belleza se esconde detrás de una
mirada, no en los ojos. La belleza se esconde detrás de una sonrisa, no en la
boca. La belleza es la que desprende el alma, no el cuerpo.
El amor es lo único verdadero y se disfraza detrás de
cada gesto, incluso a un desconocido, aunque no nos demos cuenta de ello. Es la
única energía que existe y a través de la cual vivimos. Desde este mundo
limitado no creo que podamos ser nunca conscientes de lo que abarca ni de lo
que significa, pero gracias a personas con el coraje y la valentía para hablar de ello, como el autor del libro "Ahora estás en casa" Antonio Gómez Martín, (a quien tengo el
enorme privilegio de conocer y escuchar y quien ha llegado a mi vida como una bendición), somos
capaces un poco más de dilucidarlo e intuirlo, aunque nuestra mente racional
jamás alcance comprenderlo.
Siento que estoy viviendo el momento más pleno de mi vida y me siento una afortunada de todas las experiencias en ella. Tengo
la inmensa fortuna de tener un compañero de viaje que me colma de amor
verdadero, una familia que está sana y personitas a las que querer y abrazar y
por supuesto mucha otra que me queda por conocer. Doy la bienvenida a este nuevo año con toda la
ilusión, fuerza y energía para que me llene de vida y de experiencias que
me permitan crecer y evolucionar. Deseo encarecidamente ayudar a los demás y
servirles y también deseo que viváis vuestra vida con alegría, felicidad y
mucha paz y que sepáis tal y como dice mi amigo Antonio Gómez, que estáis
condenados, condenados a ser felices e inmortales. ¡¡Un abrazo!!
El otro día en una conferencia de una autora que me
gusta mucho pero cuyo nombre no voy a desvelar porque no viene al caso, a la
pregunta de una persona en el público que le hizo: “¿por qué hay tanto
mal en el mundo?” ella contestó con un ejercicio dejándonos a todos
reflexionando sobre su mensaje. El ejercicio consistía en lo siguiente, nos
dijo que miráramos hacia nuestro alrededor y que nos fijáramos y memorizáramos
todo lo que fuese o tuviera color rojo. Nos tomamos para ello unos segundos en
silencio y después de pasados esos instantes nos preguntó: “ahora
decidme todo lo que recordáis que fuera azul”. Todos los asistentes
nos reímos porque no podíamos recordar nada azul ya que habíamos puesto toda
nuestra atención en encontrar cosas que fueran o tuvieran rojo sin pararnos tan
siquiera a percibir otro color que no fuera ese. Con este ejercicio la autora
estableció una metáfora entre esos colores y lo malo que ocurre en el mundo
frente a lo bueno que también sucede, pero de lo que no nos damos cuenta porque
no le prestamos atención y tampoco se le da suficiente importancia. Todos los
días suceden cosas maravillosas y positivas en todas partes sin embargo ello no
suscita la misma repercusión que las malas noticias en los medios de
comunicación. Precisamente son las noticias malas las de mayor calado y a las
que más bombo se les da. En el recinto donde se mantenía la reunión, sin
embargo, había muchos más objetos de color azul que de rojo e intuimos que
aquello era un reflejo de lo que en el mundo también sucede. Este pensamiento
me recordó a la frase “Donde pones tu atención en eso te
conviertes”y en lo importante que es el darnos cuenta de en dónde
está nuestra atención o en qué nos enfocamos porque de algún modo en ello nos
convertimos. La madre Teresa de Calcuta dijo“hace falta que una persona origine daño para que en cien surjan actos de amor”.Por lo tanto, el bien es mayoría y enfocarse en el bien hace el mal más
pequeño.
Cada cual pone su atención en aquello que quiera y en lo que le importe como es lógico. Sin duda no hay que hacer una distinción entre unos y otros,
pero me parece sumamente descriptivo de alguien saber aquello en lo que se fija
para conocer cómo es. Es muy importante darse cuenta y tomar conciencia sobre
aquello a lo que prestamos atención, ¿sobre qué nos enfocamos? ¿Qué nos
importa? ¿A qué dedicamos nuestros pensamientos? pues ello significa en última
instancia en qué depositamos nuestro tiempo y a qué estamos dedicando nuestra
energía. Nos podemos enfocar en infinidad de cosas, pero intentar prestar
atención sobre lo que prestamos atención por redundante que suene sería lo
ideal. Tomar conciencia sobre aquello en lo que depositamos la mayor parte de
nuestros pensamientos nos ayudará a mejorar nuestra calidad de vida. Si estamos
alerta, cuando percibamos pensamientos negativos nos daremos cuenta y si
enseguida los sustituimos por algo positivo, nuestro estado de ánimo mejorará y
por ende, poco a poco todo lo demás. Si estamos constantemente enfocándonos en
pensamientos negativos, en juicios sobre otras personas, en criticarlas, en ver
el lado malo de las cosas, con toda seguridad seremos personas que están
frustradas, amargadas y que finalmente no disfrutan la vida como merece o no
intentan ser felices. Si nos enfocamos sin embargo en lo bueno de las personas,
les admiramos, no las criticamos ni juzgamos y vamos por el mundo intentando
dar lo mejor de nosotros mismos, al menos estaremos intentando ser felices y es
probable que estemos más contentos y satisfechos con nuestras vidas. Es
cuestión de darse cuenta y de una elección, al fin y al cabo: pensar en positivo
o en negativo. En enfocarse en una u otra cosa.
He conocido a personas bellas por dentro que tienen en
vez de deseos, lo que yo llamaría aspiraciones. Sus pensamientos van más allá
de la cotidianidad del día a día. Se enfocan en mejorar personalmente, en leer
sobre temas elevados, en dedicar su tiempo a evolucionar como seres humanos y
en ayudar a los demás de algún modo posible, intentan no juzgar y se libran del
sistema de creencias implantado por la sociedad en la que viven o de la que han
aprendido. Están contentos y agradecidos y no pierden el tiempo con un
cuchicheo ni un juicio o crítica hacia alguien, pues son muy conscientes de sus
acciones. También he conocido personas normales que no se meten con nadie y que intentan llevar sus vidas lo mejor que pueden, sin más y por otro lado, también hay personas que se encuentran en el nivel de
estancamiento del que habla la imagen que he añadido a este post. Son ese tipo
de personas que cuando te cruzas con ellas te miran de arriba abajo, ponen mala
cara, y suelen hablar de los demás no de forma muy considerada, llamémosle así.
En mi caso y por fortuna el caso también de muchos, soy una persona alegre y positiva y eso
a veces despierta en ese otro tipo de individuos sentimientos encontrados de
amargura, siendo a veces foco de su mal humor debido a su insatisfacción
personal. Porque seamos sinceros, algunas personas albergan sentimientos tan
bajos y pueriles como la envidia y el odio y además los alimentan. El ser
humano es capaz de sentir sentimientos malos y buenos, es completamente
comprensible en la naturaleza humana pero si se sacan a la luz los negativos
para aceptarlos, tal y como indicaba Carl Jung hacia el encuentro con nuestra
sombra: “Uno no se ilumina imaginándose figuras de luz,
sino tornando la oscuridad consciente”, esos malos sentimientos tienden a
desvanecerse y en algún momento desaparecerán. Si de modo voluntario uno se enfoca en los pensamientos buenos nos traerá paz,
alegría y nos acercará más a la felicidad, mientras que los otros producen el
efecto contrario, por ello lo conveniente es trabajar encarecidamente para
tener pensamientos buenos y enfocarse en ellos, es cuestión de práctica por
simple que parezca.
Lo que distingue a unas personas de otras no es sólo
qué siente sino qué sentimientos alimenta. Si presta atención a sentimientos de
amor, paz, compasión y si se enfoca en ellos o si por el contrario presta atención
a esa parte tan baja y negativa alimentándolos además. Esos sentimientos no son
nada productivos, al contrario, llevan a la desidia más extrema y a una
insatisfacción existencial que repercutirá en otros ámbitos. Sin embargo, es
probable que esas personas que tratan mal o tienen gestos desconsiderados con
algunos, en sus contextos personales se comporten de forma diferente. En una
entrevista al psicólogo evolutivo Michael Tomasello, le preguntaron por qué
podemos ser muy amables con la gente de nuestro entorno y luego ser despiadados
en otros contextos, como por ejemplo en el laboral. Tomasello argumentóque “nuestros
valores varían en función de en qué círculo nos movamos. No nos comportamos
igual con el conocido que con el desconocido”. Por lo tanto, lo
congruente sería actuar bien con todo el mundo ya sea conocido o desconocido,
pertenezca a nuestro círculo íntimo o no. En fin, dar lo mejor de cada uno
siempre, con todos y en todas las circunstancias. El ensayista Josema Melli
apunta lo siguiente “Homologar ambos comportamientos es una de las
grandes aspiraciones de la ética, qué podemos hacer para pasar del círculo
íntimo al círculo público con la misma actitud empática”. En mi caso
siempre he defendido la idea de que todos los seres humanos somos
iguales y todos merecemos un trato justo y afable, incluso cuando recibimos de
parte de ellos un trato negativo, que es lo más difícil, pero por ello hay que
practicar con el ejemplo. El escritor Fernando Sabater en su libro “Los siete
pecados capitales” dice: “Las virtudes no se aprenden en abstracto. Hay
que buscar a las personas que las posean para poder aprenderlas”. Por
eso es tan importante siempre dar ejemplo. Los niños aprenden por imitación de
sus adultos y ven en ellos el ejemplo a seguir en su modo de comportarse. Dar
ejemplo es una tarea casi hercúlea, pero necesaria. La práctica es mil veces
más potente que la teoría y uno mismo es el único ser capaz de cambiar las
cosas. Gandhibien lo sabía
cuando dijo“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”. Esta frase es
para mí una de las máximas que intento seguir a ultranza.Ser exactamente
lo que quieres ver en el exterior, empezando tan cerca como en uno mismo.
Quien me conoce sabe que soy amable y educada con
todos y que es difícil que alguien me vea enfadada con otra persona, a no ser
que se cometa una injusticia, entonces defenderé desde el respeto y la
educación, jamás usando la violencia, los gritos o las malas artes. Esto no
quiere decir que todo el mundo me caiga bien. He de reconocer que soy una
persona bastante transparente en este aspecto y si algo no me gusta tanto como
si algo me gusta, se me nota y no finjo. Poca gente me cae o ha caído mal, pero
si se da el caso, que, por supuesto me ocurre como a cualquiera, no niego mis
sentimientos, sino que los acepto y actúo en consecuencia con lo que siento,
creo y pienso. No le puedo negar el saludo ni un trato amable a nadie, pero
desde luego no iré buscando a esa persona ni entablando conversación con ella.
Creo que hay que ser consecuente con lo que uno siente, pero siempre desde el
respeto y la amabilidad pues todo el mundo merece ser tratado con sumo respeto
y con la mejor intención. Hay que saber gestionar las emociones y los
sentimientos y no caer en el grave error de acrecentarlos, ni los buenos ni los malos. En el caso
de que alguien te caiga mal es mejor no pensar en esa persona y si se da la
tesitura de que se hace, siempre deseándole lo mejor y enviándole las mejores
intenciones y energías posibles pues todo lo que das se te devuelve, ya sea
malo o bueno y a mí me gusta ir deseando a la gente el bien.Ahondando también en
lo personal ahora que he hecho de forma pública mi relación sentimental, aunque
en septiembre haga cinco años en ella, he tenido la inmensa fortuna de recibir
una tonelada de mensajes, llamadas, besos y abrazos de personas que se han
alegrado mucho por esta noticia y ha sido genial poder compartir con ellos de
una vez nuestra alegría, pero también han habido otras que no se han alegrado
(muy muy pocas) y en otras incluso en las que hemos despertado su odio por
disparatado que suene. Tengo la creencia de que todo lo que se envía se
devuelve multiplicado, por eso hay que ser muy consciente de qué enviamos y es hasta
casi un acto egoísta desear el bien, pues así se nos devuelve también. Por mi
parte me quedo con todo el amor que hemos recibido que además ha sido mucho y por ello me siento tremendamente afortunada y agradecida y a los que nos
envían pensamientos negativos yo les envío lo contrario, todo el amor
posible. La luz puede a la oscuridad siempre. El amor al odio, la paz a la guerra
por mucho ruido que haga. No hay que luchar, quien quiera luchar que luche pero creo que en vez de luchar hay que estar a favor de la paz, del amor, y repartir
ese cambio que sé que todos en realidad queremos escuchar en las noticias y que
tanto anhelamos. Si la gente siguiera la máxima del rey Salomón el mundo
estaría lleno de ciegos sin dientes y esa no es ninguna solución. Así que tomemos
conciencia sobre nosotros mismos, sobre dónde nos enfocamos, deseemos el bien y
seamos felices o al menos lo intentemos. Tratemos bien a todos pues la felicidad también tiene que ver sobre cómo nos
tratamos a nosotros mismos y a los demás.
¡¡Que tengáis un buen día todos!! amigos, enemigos,
conocidos, no conocidos, círculo cercano o personas completamente desconocidas,
a todos y a cada uno, feliz día y feliz vida :)
"Cuando te vuelves consciente, te vuelves más sabio. Eso es lo que se denomina verdadero crecimiento personal. Entiende tu arrogancia y esta se derrumbará - el resultado será la humildad. Entiende tu infelicidad y esta desaparecerá - el resultado será un estado de felicidad. Entiende tus temores y se derretirán- el estado resultante es el amor. Entiende tus apegos y se esfumarán- la consecuencia es la libertad". (Anthony de Mello)
¿Qué es la sencillez?la sencillez es dar prioridad a las cosas importantes y tenerlas como estandartes, es ser humilde y llano de corazón. Cultivar el interior, ser bondadoso y amable y creer que todos somos iguales ¿puede alguien sencillo llegar lejos? si entendemos como lejos ser feliz, sí y si lo entendemos como éxito material también, depende de lo que cada uno busque, aunque es probable que alguien sencillo se verá más atraído por ser feliz y hacer feliz a los demás que por conseguir éxito material ¿la sencillez enamora? si quien le corresponde es alguien despierto sí, si está distraído y aturdido en el mundo del consumismo y superficialidad, es probable que pase desapercibido para él. De todos modos para mí la sencillez es capaz de atravesar corazones más allá que cualquier otra cosa, pues conecta directamente con la nobleza que existe en cada uno de nosotros. Yo valoro la sencillez y la gente sencilla por encima de todo lo demás. Menos es más siempre.
En un día como hoy, víspera del día comercial del amor, miro a mi chico y siento que no necesito decirle nada, porque ya lo siento todo. Sentir su mano sobre la mía, es uno de mis hobbies favoritos.
Estar juntos cuando necesitamos palabras de aliento o apoyarnos en los peores
momentos, otro. Reírnos hasta que nos duele la tripa por las mayores
tonterías, otro más. Mirarnos y saber qué está pensando el otro sin necesidad de
articular palabra, uno más. Que me broten sentimientos de amor con la más
acentuada intensidad que un corazón puede emitir, es como me gusta gastar los
segundos en este reloj de arena invisible.
Sin embargo a veces
no es sencillo. A veces los miedos entran en escena cuando se
quiere con tal medida, pero es el amor si es verdadero, el que es capaz de
solventarlo todo para que fluyan las cosas. En mi caso estar con alguien que
es centro de atención femenino y que incluso ha sido fuente de obsesión para
alguna persona ha sido un poco complicado. En alguna ocasión cuando por ejemplo una mujer
se queda callada y noto cómo formula la pregunta en su cabeza sobre por qué
tengo una pareja como la que tengo, frunce el ceño mientras me observa y yo
percibo cómo me está juzgando y debatiendo sobre qué hay en mí que me hace
diferente al resto, yo pienso para mis adentros:
“porque soy exactamente lo contrario a ti”. Y me quedo tan ancha y me voy sin
intentar resolver sus intensas inseguridades ni responder a sus
miradas llenas de todo excepto de buenas intenciones. No entro en su juego pero me encantaría poder decirle lo que creo que esas creencias producen en ella, sin embargo no soy quién para decir nada a nadie y sobre todo cada uno es libre de pensar lo que buenamente le venga en gana. Ignorar actitudes tóxicas que vienen arraigadas en pensamientos insanos es mi manera de no darles cabida. Sin embargo si en vez de mirarme mal y juzgarme me hubiera formulado con educación esa pregunta que le carcomía le hubiera respondido que una de las cosas que sé que enamoraron a mi chico de mí, es la sencillez.
Hay vida más allá de la belleza, más allá del poder, del
dinero, de los bienes materiales, de los títulos, de un buen trabajo o un buen
cuerpo como secretos para conquistar o estar con alguien. Si uno cree que esa es la fuente para conseguir pareja va mal encaminado. La sencillez enamora por simple
que suene y así por ser tan simple y sencillo es tan real. Las cosas sencillas son las
verdaderas o sino que le pregunten a cualquiera que atraviesa un duelo o una
enfermedad, a ver cómo cambian sus prioridades y valoran las cosas que no se
pueden comprar y que reconfortan por dentro. Sin embargo poca gente valora la sencillez. Lamentablemente se suele valorar cuando se han pasado por momentos en los que se han perdido cosas que son los únicos momentos en los que la gente se despierta del letargo emocional que esta sociedad superficial nos enseña y conectan consigo mismos.
A veces las almas se encuentran y no importa nada más. Nada. Ni la historia de cada uno, ni todo lo que rodea a la persona, simplemente se encuentra a una persona que por alguna razón que no entendemos, despierta en nosotros un profundo amor verdadero, que no romántico. El amor romántico es sencillo de encontrar y tiene fecha de caducidad, el verdadero se encuentra pocas veces en la vida y cuando llega lo sabes a ciencia cierta. Una persona sencilla y humilde puede ser capaz de enamorar sin necesidad de
ningún artilugio, sino siendo ella misma. La sencillez va de la mano de la
bondad y de la pureza de espíritu, y aquel que se topa con ello, aprenderá a valorar
la bondad por encima de todo lo demás, porque la bondad, la paz, la tranquilidad,
la dulzura, dan sentido más que ninguna otra cosa. Ni la ropa cara, ni la belleza, ni intentar ser el centro de atención, ni servirse en bandeja
dejando al descubierto nuestra propia falta de autoestima para buscar las
migajas del amor de alguien o pelear por conseguir un puesto en la vida de ese alguien,
funcionará. Nada de todo eso es suficiente para mantener una relación verdadera, puede atraer y distraer por
un periodo corto de tiempo, pero tarde o temprano todo se cae por su propio peso y se esfumará
enseguida, a no ser claro que la otra persona también tenga esos intereses
materialistas o ande igual de perdido y estén juntos hasta que se cansen el uno del otro.
Esto además es muy común y no hay más que mirar a nuestro alrededor para verlo. Hay muchas parejas que existen por el anhelo de ser amado que por el verdadero sentimiento de amor que se profesan y en ese anhelo se desarrollan toda una serie de aspectos externos que creen serán la fuente de atracción. Y eso tarde o temprano también se desmorona.
Lo externo jamás podrá hacer sentir la paz que brota de un
corazón puro, porque corazones que quieren sentir hay muchos, muchísimos, pero
corazones que hagan sentir, pocos. Y para hacer sentir no hay más que ser
consciente de lo importante y estar en contacto con ello porque
sea en donde pones tu atención ya que es lo que de verdad te importa. Estar
en contacto con tu centro. Saber lo que vale la pena en la vida y vivirlo cada
día y sobre todo tratar a todo el mundo con amabilidad porque todos somos uno. Alejandro Jodorowsky decía: “Lo
que das, te lo das, lo que no das, te lo quitas”.Cuanto más das, más te llenas y más sencillo te vuelves.
Ahora que el presente me sonríe, me acuerdo del
pasado y de todas las cosas que también me hicieron sonreír y de las que no,
también y les doy las gracias por haberme enseñado algo, les guiño
un ojo para que juntos tatuemos esas sonrisas en mi alma y borremos todo lo
demás, que por sonreír que no falte, pues si el presente me sonríe yo le sonrío
de vuelta más fuerte y así permanecer en este instante que dura la vida y que es un regalo.