“May you find someone who speaks your language, so you
don´t have to spend a lifetime translating your soul”.
Por poder puedo
Podría,
vivir como
si no te conociera.
Podría,
respirar
cada segundo sin tu anhelo.
Podría,
nombrar innumerables
obras de arte.
Podría,
por poder
puedo,
pero ninguna
es parecida a ti.
Podría,
tener todo
y querer
saberte todo.
Podría,
dejar este
mundo sin poder hacer nada.
Podría,
contar
las estrellas que no veo.
Podría,
decir que
no sé nada.
Podría,
llegar a
ti con el recuerdo.
Podría,
cercenar mis ganas de abrazarte.
Podría,
aprender el perímetro de tu cuerpo
y constatar la divina proporción con mis dedos.
Podría,
por
poder puedo,
Podría quererte,
y perderlo todo
y poderlo
todo.
Beatriz
Casaus 2023 ©
Mis
habitantes
Bocanadas
desesperadas
de aire
arraigadas
en mí
tratando
de sujetar
una vida
que no siento
me habita.
y no yo
a ellas.
Ninguna historia
está tan lejos
de uno
como cuando se cuenta.
Y yo ya cuento
mi historia
como si
no fuera la mía.
Tan
lejos,
que solo
pensándote
me siento
habitada
en esta
aridez.
Callar
me hace cálida.
Me sumerge
en este destierro
del que
soy presa voluntaria.
Este es
un país lejano
sin tus
abrazos.
No hay lugar
al que llegar
sin rumbo.
Estoy
perdida aquí,
y mi
corazón es el único
que me
habita con fuerza.
Hay
mucha distancia
entre nuestras
mentes,
pero la
distancia más grande
es la
del abismo
de la
comisura de tus labios.
No sé si
te has convertido
en todo
lo que hay
o si ya estabas
antes.
Parece
que todo existe en ti,
incluso
yo.
Abrazarme a esta canción
de la
que conozco bien la melodía
es lo
único que me queda.
Hay
fuego en la nieve,
¿nadie
lo ha visto?
Solo consigo
llegar
a ver
más allá de mi ombligo
y parece
que todo arde
ahí
fuera.
Me he
quedado sin provisiones
de lo
que conocía.
Hasta
los artilugios esenciales
para caminar
hacia tu
dirección.
El
secreto mejor guardado
yace en
los dolores
que callamos.
Es esta
quimera
llena de
certezas.
Ya no quiero
menos,
menos que
todo,
no lo
quiero.
Yo me
llego tarde ya.
Tarde
para amar sin un recuerdo.
Tarde
para callar lo que he querido.
Tarde
para andar fantaseando
como una
quinceañera.
Cómo me
hago entender
si no me
entiendo.
Si no sé
lo que siento,
o si lo
he perdido de tanto buscarlo.
Se me ha
olvidado en el parque
como tantas
otras cosas
a las
que no di importancia.
No me
atrevo.
No me atrevo
a mirar
con deseo
otra vez.
Pero tampoco
me atrevo
a quedarme.
Son estos
habitantes
los que
viven en mí.
Les
invito a que se den la mano,
pero no
se llevan bien.
Caen
abatidos en cuanto
se produce
el desarme
de mis
sentimientos.
Los he
condenado
a vivir
fuera,
en el
exilio.
Allí
no viven
más
dentro de
mí.
Beatriz
Casaus 2023 ©