Esta
semana se conmemora la muerte de Herman Hesse. Autor alemán de éxito mundial,
destinatario de un Nobel de Literatura en 1946 y afamado icono de culto hippie
durante la década de los 60. Hoy precisamente, se cumplen 50 años de su muerte.
Este
autor me atrae no sólo por sus fabulosos libros “Siddharta”, “El lobo estepario”, “Demián,” ”El juego de abalorios”
y un largo etc, sino por su complicada existencia y la forma en la que la transformó
dando vida a libros de gran riqueza literaria y espiritual.
Sí,
he de confesar que me resultan más interesantes las historias difíciles y
turbulentas que las “happy forever” y la suya, plagada de crisis emocionales y existenciales
es impactante. Herman Hesse fue ingresado dos veces en clínicas psiquiátricas y
tuvo una tentativa de suicidio. Con todo ello lo que es extraordinario de este
autor, es como todo aquel sufrimiento desembocó en una búsqueda espiritual tan acentuada.
Logró transmutar el caos en el que estaba envuelto y convertirlo en libros que
son fuente de gran inspiración y sabiduría. Se adentró para ello en la filosofía oriental y gracias a él, le debemos
en gran medida lo que a día de hoy es la espiritualidad, concebida ésta de modo
individual, mediante el ejercicio del discernimiento y de la sensación personal, sacando conclusiones propias y no como pasivos seguidores de una doctrina
religiosa.
Herman Hesse es además símbolo de movimientos
contraculturales y una figura rebelde de lo que se espera de nosotros en la
vida. Él mismo abandonó de joven el domicilio parental porque se sentía asfixiado por las
imposiciones que su padre le hacía sobre qué destino profesional seguir. Sin
embargo, lo único que le interesaba era escribir y por ello comenzó varias
formaciones pero no terminó ninguna. Herman perseguía con ahínco su vocación y la ejercía incesantemente mientras trabajaba de librero u
otros oficios. Se casó tres veces y admitió, que la vida casera le oprimía por
lo que se embarcó en varios viajes a lo largo de su vida. Al final de su
trayectoria profesional se centró sólo en la pintura y dejó de lado la
escritura, me imagino que el propio Herman se habría quedado contento habiendo dado
a luz tales piezas literarias como las que en años anteriores había escrito.
Con este ejemplo no puedo remediar que me venga
a la cabeza lo que la sociedad nos impone de forma mecánica: 1. Consigue
un trabajo, 2. Luego contrae matrimonio, 3. Entonces adquiere una hipoteca que
te permitirá tener hijos y 4. Te verás envuelto en la rutina. Aquellos
valientes que vayan contracorriente basándose sobre lo que su propio instinto
les dice y no sigan estas indicaciones al dedillo, serán tachados de locos,
inadaptados o de raros y más aún, si se es mujer.
Que no se malinterprete lo que digo, tener una
familia y un trabajo ¡es maravilloso!, pero lo que no lo es, es el modo en el
que está concebido. La visión que se nos da subliminalmente de ello es horripilante,
comenzando por la palabra trabajo. Es una palabra horrible. Etimológicamente,
trabajo viene del latín “tripalium”
que significa tres palos. El “tripalium”
era un instrumento de tortura formado por esos palos donde se amarraba al
esclavo.
Aquel sufrimiento no es ni más ni menos que nuestra
actual concepción sobre una retribución económica por una labor profesional.
Esta visión está equivocada. Deberíamos ir a nuestras labores diarias motivados, contentos porque ese oficio nos reporte sentido en la vida o en donde podemos convertirnos
en profesionales y sacar lo mejor que llevamos dentro. Yo por ello me niego a
usar esa palabra y la cambio por: aquello en lo que voluntariamente decido
dedicar mi tiempo y en donde se me retribuye económicamente a cambio. En un
futuro cercano incluso, espero que se me pague por mi talento y no por mis
horas.
La palabra familia, también se las trae… etimológicamente de nuevo, viene del latín “famulus”
que significa esclavo, servidor, ¡la familia en Roma era el conjunto de
esclavos sirvientes en una casa! Por ésto nuevamente me niego a utilizar este
terrible sustantivo y en vez de ello, utilizo el del artista Víctor Brossa, quien lo define como: mi piña. Porque la
piña es una fruta que me gusta mucho y en la que si uno se fija, está formada
por figuras geométricas que aún estando todas juntas, tienen su propio espacio.
Una unión voluntaria en donde los integrantes se quieren y se lo demuestran
pero que no necesariamente tengan que vivir en la misma casa o de un modo
estipulado, cada cual que tenga la piña que quiera. (Digo yo).
Sobre la hipoteca, aunque en la actualidad es
muy difícil conseguirla, puede que eso no sea del todo negativo, porque es otra
forma de esclavitud en la que destinamos nuestro dinero a una entidad bancaria que
nos dará las condiciones de pago en ocasiones, bajo condiciones irreales, como se han estado llevando hasta ahora.
Y la rutina para terminar, es aquello que se hace
sin pasión, de modo automático. La rutina suena mal, el trabajo suena mal, la
hipoteca y la familia suenan fatal. Cambiemos los términos y la percepción
sobre ellos, pero sobre todo, sigamos nuestro corazón y discernimiento propio
siempre y atrevámonos a vivir de acuerdo a ellos.
Artículo Vanguardia: "50 años sin Herman Hesse. El Nobel indignado". http://www.vanguardia.com.mx/50anossinhermanhesse;elnobelindignado-1347908.html
Abrazos inmensos de corazón J
Beatriz Casaus 2012 ©
No conocía a Herman Hesse pero me siento tan identificado con el que creo ser su reencarnación jajajaja(es broma...bueno quien sabe yo no me acuerdo).
ResponderEliminarNo voy a dejar de leer tus articulos Bea...son tan acertados como las estaciones del año y cada vez me doy más cuenta....no se por que ahora y no antes.
Sigue publicando estas cosas tan maravillosas Bea....me son de mucha ayuda e inspiración.
¡Muchísimas gracias por tus palabras Fer!,Gracias de verdad, me hace feliz que me digas eso.Mucho.Yo le llevo siguiendo desde que un día cayó en mis manos Siddharta y desde entonces es devoción lo que tengo por este escritor. Hoy mismo me pasaré por la Casa del Libro a comprarme uno de él y no porque se conmemore su muerte, sino porque es un gustazo leerle,jeje :) Te mando un besito. Gracias por seguir lo que escribo.
ResponderEliminarInteresante artículo, como siempre Bea!!! Muy buena tu investigación sobre Hermann Hesse. Me leí "El lobo estepario" y me encantó. También Demian y Siddahrta por supuesto!!! Besos!! :)
ResponderEliminar¡¡Gracias Marga!!Que me digas tú lo de interesante Mrs. Interesting Woman...¡besitos al enanoo!
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