Rabiya (cuento tradicional hindú)
"Una tarde la gente vio a Rabiya buscando algo en la calle frente a su choza. Todos se acercaron a la pobre anciana.
-
¿Qué pasa? –
preguntaron - ¿Qué estás buscando?
-
Perdí mi aguja - dijo ella.
Y todos la ayudaron a buscarla. Pero alguien le dijo:
-
Rabiya, la
calle es larga, pronto no habrá más luz. Una aguja es algo muy pequeño, ¿por
qué no nos dices exactamente dónde se te cayó?
-
Dentro de
mi casa - respondió ella.
-
¿Te has
vuelto loca?- gritó la gente- si la aguja
se te cayó dentro de tu casa, ¿por qué la buscas aquí fuera?
-
Porque
aquí hay luz y dentro de la casa no la hay.
-
Pero aun
habiendo luz, ¿cómo podemos encontrar la aguja si no es aquí donde la has
perdido? Lo correcto sería llevar la lámpara a la casa y buscarla allí.
Rabiya se rió.
-
Sois tan
inteligentes para las cosas pequeñas, y ¿cuándo vais a utilizar esa misma
inteligencia para vuestra propia vida? en el tiempo que os conozco os he visto
siempre infelices intentando cubrir vuestra infelicidad con cosas exteriores,
buscándola afuera de vosotros mismos, ¿por qué buscáis la felicidad en el mundo
exterior? ¿acaso la habéis perdido allí?"
Peón
Entre que me encuentro y me siento
han pasado muchos mundos,
perdido la memoria de quién soy
y olvidado las reglas del juego.
Busco la pesquisa en la dualidad
en dirección a la unidad que anhelo.
Reconozco,
que lo que más aleja,
no es un mar que recorren barcos,
sino la infinita distancia
con la que separa el miedo.
Soy un peón en un juego de ajedrez,
concentrado en avanzar escaques,
atado,
sin darme cuenta de que estoy compitiendo,
contra las demás piezas.
Mi única intención es aplacar al rey
con un jaque mate.
Desde esta humilde visión
todo parece cruel, personal y pequeño,
por ello me entrego a ti y te pido,
que se haga tu voluntad
y no la mía,
pues sólo tú ves el tablero.
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