El campo de las
relaciones es uno de los más complicados de transitar, y al mismo tiempo, el
más enriquecedor en muchos aspectos. No hay mejor escenario para descubrir
quién eres que dentro de una relación de pareja. Las partes más feas salen a la
luz y eso es difícil de aceptar y de manejar, pero sin duda las relaciones
están hechas para transformarnos, lo que es muy positivo. En la vertiente más
fea de estas, solemos echar la culpa al otro en vez de intentar contemplar el
cambio en nosotros mismos y esto puede producir malestar que si no se remedia
en algún momento desembocará en una crisis. Sin embargo, la contraparte de los
momentos bonitos logran contrarrestar con creces los momentos menos agradables,
aunque si no fuera el caso habría que reflexionar sobre el futuro de la misma
por si no nos conviene.
Una relación lleva mucho
trabajo, es algo que se debe trabajar día a día y que requiere de la decisión
de enfocarse en ello desde el día en que se comienza. Es algo que se gana a
diario través del esfuerzo en trabajar por el bien de la misma. Tener la suerte
de encontrar a alguien compatible no garantiza la felicidad, pero ayuda, eso
sí. No sé si existe la pareja ideal, quizás desde el punto de vista de afinidad
y compatibilidad sí, pero en la práctica aún no tengo la respuesta. Ayuda mucho
si se contempla la relación desde un punto de vista más real y menos idealista
y nos deshacemos de toda aquella parafernalia que nos han colado en la cabeza
respecto a cómo debe ser el amor.
Conozco algunos casos de
personas que mantienen relaciones por comodidad, que no están enamoradas pero
que siguen en la relación por algún interés o porque la presión social les ha
ganado la batalla y les vale cualquier persona mínimamente aceptable. En
cualquier caso y desde mi forma de ser no concibo este tipo de relaciones, pero
si a los interesados les funciona mantener este tipo de vida, no puedo
juzgarlo. Yo desde luego no lo haría, soy demasiado honesta y no me muevo por
intereses, ni puedo estar con alguien porque se porte bien conmigo y sea bueno
o me colme de regalos. Si no estoy enamorada, no tiene nada que hacer conmigo
por duro que parezca. Aunque me reporte estabilidad, buenos planes, sexo
seguro, compañía en las vacaciones y cosas por el estilo, si no me mueve por
dentro, no hay futuro. Para una persona más práctica y fría, quizás sí fuera una opción, pero para alguien como yo, no funciona. Por eso
es importante conocerse a uno mismo, como el lema que consagra el templo de
Delfos, el archiconocido: “Conócete a ti
mismo” indica, y una de las formas para conseguirlo para mí ha sido la
astrología.
Encontrar a la pareja
ideal no garantiza que uno vaya a ser feliz con ella, aunque las probabilidades
serán más altas, claro. Hay mucho en juego para que dos personas puedan tener
una relación armoniosa y para averiguarlo se puede usar la Carta Natal de los
dos integrantes. Para saber cuál es la
pareja ideal en el caso de una mujer, miraremos dónde tiene emplazado el Sol y
Marte en su carta natal, mientras que en un hombre nos fijaremos en su Luna y Venus. La carta natal la podéis hacer en cualquier web por internet gratuitamente (aunque no sea muy fiable) o podéis encargársela a alguien que sepa hacerla, como es mi caso. Podéis mandarme un correo a la dirección que aparece en esta página a la derecha para más información. En cuanto tengáis la carta astral veréis én qué signo y casa están posicionados estos planetas.
Una mujer se suele sentir atraída hacia parejas que
reflejen su Sol y su Marte. Estos dos planetas describen el tipo de hombre por
el que se siente atraída y viceversa, o sea, qué tipo de hombre se siente
atraído hacia ella. Son los arquetipos masculinos así como la Luna y Venus son
los femeninos. Por lo que para conocer el tipo
y pareja ideal de un hombre, miraríamos en ese caso el emplazamiento
de su Luna y Venus. Venus representa el amor, es decir, cómo doy amor y cómo me
gusta recibirlo y la Luna significa nuestras emociones.
Para poder mejorar la
relación con alguien, estaría bien conocer cuáles son sus necesidades de afecto
y emocionales, es decir, conocer su Luna y su Venus, que es lo que representan
tanto para el hombre como para la mujer. En el caso de un chico, Marte en su
carta expresa la forma en que va a querer conquistar, además de su energía sexual y la forma de canalizar toda su energía
masculina. En el caso de una chica, sería su Venus lo que lo describiría. Una mujer con Marte en Aries se sentirá atraída por hombres que representen las virtudes de este signo y un hombre con Luna en Piscis, se sentirá atraído por mujeres sensibles y comprensivas, que se adapta más al prototipo del signo de Piscis. Sin embago, habría que ver los aspectos que se producen entre las dos cartas natales de los enamorados para muchos más detalles e información, es lo que comunmente en astrología se llama: sinastria.
Pero debo recalcar que NO
necesariamente son factores decisivos a la hora de escoger una pareja. La
astrología como tantas veces he comentado no debe condicionarnos, es
simplemente una herramienta más, como un
mapa que uno puede seguir cuando se ha trazado un viaje, pero siempre existe la
opción de seguirlo o no. Somos soberanos
en nuestras vidas y aunque la astrología haya significado una guía y
una forma de conocimiento, sé que el poder interior de cada uno es mucho mayor
que el emplazamiento de los planetas en
nuestras cartas astrales porque no creo que nada esté escrito. El camino lo
hacemos nosotros mismos y la astrología no es más que una ayuda más
que se nos ha proporcionado para encontrar nuestro poder, que es lo verdaderamente importante.
Hasta aquí ha llegado
esta mínima pincelada de este saber milenario, ¡espero que os haya gustado! Os mando un fuerte abrazo.
Beatriz Casaus 2014 ©