Ante la vida, sereno
Y ante la muerte, mayor;
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
Y ante la muerte, mayor;
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
No soy la flor del centeno
Que tiembla al viento menor.
Si me matan bueno:
Si vivo, mejor.
Que tiembla al viento menor.
Si me matan bueno:
Si vivo, mejor.
Aquí estoy, vivo y moreno,
De mi estirpe defensor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
De mi estirpe defensor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
Ni al relámpago ni al trueno
Puedo tenerles temor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
Puedo tenerles temor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
Traidores me echan veneno
Y yo les echo valor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
Y yo les echo valor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
El corazón traigo lleno
De un alegre resplandor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
De un alegre resplandor.
Si me matan, bueno:
Si vivo, mejor.
(Miguel
Hernández)
Propósito
Veinte monedas se lanzaron al aire y sólo una cayó de pie,
esa fue la que todo el mundo quería conservar.
Miles de árboles se plantaron y tuvieron vidas longevas,
pero de ninguno se acuerda nadie, excepto del árbol al que le partió el rayo.
Las bolsas de canicas contienen canicas del mismo color, por
lo que el niño que tiene la canica de distinto color, es la favorita.
Cuevas hay muchas y todas son hermosas, pero de la que no se
conoce salida, la que es más difícil e intrincada, es la que más interesa a los
aventureros.
Hay millones de tréboles con tres hojas en los bosques, pero
todo el mundo busca con afán el que tiene cuatro hojas como amuleto.
A nadie le interesan las
orugas porque son feas, pero después de pasar un tiempo en la crisálida, se convierten
en las más bellas mariposas.
Hay más de siete billones de personas en este planeta. Cada
una es completamente diferente del resto y única en su particular singularidad,
pero la inmensa mayoría trata de
vivir como vive el resto, de ocultar su perfecta originalidad para tratar de
ser aceptado.
Creen que lo diferente en
ellos les hace raros, en vez de especiales.
Yo creo que lo único que diferencia a un ser humano de otro,
es aquello que le importa.
es aquello que le importa.
Un consejo de alguien que no da consejos: Sé tú mismo y vive tu propósito más allá de lo que piensen
los demás. Serás el ser humano más libre y feliz de la faz de la tierra.
Beatriz Casaus 2014 ©
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