jueves, 18 de abril de 2019

Mi compañero de baile

"Los que me rodean se niegan a aceptar que nunca podría vivir en el mundo cotidiano de las cosas y las personas. De ahí la irreprimible necesidad que tengo de alejarme de mí mismo y emprender aventuras que parecen inexplicables, porque nadie sabe quién es este hombre, ¡esa es quizás la mejor parte de mí! De todos modos, un artista es, por definición, alguien acostumbrado a vivir entre sueños y fantasmas" (Claude Debussy) 

Me he alejado por un tiempo de las redes sociales, me he dado cuenta que me quitaba paz y eso es un indicativo de que no es el camino correcto. Pero mi blog seguirá activo, escribir me aporta todo beneficios positivos :)

Este poema/cuento va dedicado a mi amor, por quien me siento tan agradecida, por cuidarme como me cuidas, porque te desvives para que esté bien, por cumplir siempre lo que dices, por tu infinito amor y por escuchar, tú también, mi música. 


Mi compañero de baile

Recuerdo, cómo bailaba una melodía que nacía en mi cabeza pero que tú también podías escuchar.
No hacía falta que ninguna otra persona la escuchara. Solo era necesario que los dos la sintiéramos dentro, porque era nuestra.
Percibíamos nuestra canción y éramos capaces de bailarla. Una y otra vez, una y otra vez.
Los demás cuchicheaban entre ellos, elucubrando qué haríamos, por qué no bailábamos para el mundo una canción que no escuchaban.
Lo que no sabían es que perdían su tiempo, sobre todo, se perdían descubrir su propia melodía y así poder bailarla también.  
Éramos felices bailando, tan felices, que los que cuchicheaban no lo entendían porque nunca llegaron a serlo.
Por eso se fijaban en los demás, para plasmar sobre ellos sus juicios que no eran más que anhelos y frustraciones disfrazados.
Qué vida tan vacía es una vida sin música, pensábamos.
Mientras, nosotros, no nos cansábamos de bailar y bailar al unísono de nuestros acordes.
Aquel que escucha su propia música, no necesita nada más que seguir su ritmo.
Sé que el mundo está construido por infinitas melodías y ya sé cuál es la mía.
Descubrí que la música nacía dentro de mí y como regalo de Dios, tú también la escuchabas.
El mundo se convirtió en una sinfonía a tu lado.
He nacido para bailar mi música, contigo,
mi compañero de baile.

Beatriz Casaus 2019 © 


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