martes, 28 de febrero de 2023

Go away toxicity!

 


Debido a la naturaleza bondadosa de muchas personas, en las que permitidme que me incluya, a veces, caemos en el craso error de no establecer límites con personas que son altamente demandantes emocionales e incluso, tóxicas. Yo ya voy aprendiendo con los años, pero mi trabajo me ha costado y buenas leñes me he llevado en este aspecto.

Son personas que puedes encontrar en diversas áreas de la vida: compañeros de trabajo, amistades, vecinos, familiares e incluso parejas, no es mi caso este último, todo sea dicho. Y es importante reconocerlas cuanto antes para poder marcar barreras, y establecer límites que no nos hacen peores seres humanos, sino protectores de nosotros mismos, porque se suelen aprovechar de las personas que, como nosotros, brindamos nuestro apoyo en base a ese carácter compasivo.

Si miramos las cartas astrales de este tipo de individuos que caen en sus garras, en las que me vuelvo a incluir, solemos ser personas con varios elementos en Piscis o en la casa XII, o con un Neptuno muy marcado en la carta, porque Piscis es el signo más compasivo, y al que más le cuesta marcar límites. Al menos al arquetipo, que es a lo que me refiero.

A estas personas se las reconoce por los siguientes comportamientos: Suelen ir de víctimas, de ahí nuestra compasión hacia ellos si nos los creemos. Critican a otras personas. Elemento tóxico y contaminador por excelencia que suele ser el indicativo más claro que encienda la señal “DANGER” para reconocerles con rapidez y huir despavoridos de su compañía. Se quejan por todo, son pesimistas y a todo le sacan un "pero". También pueden usar la mítica frase “pues yo más”. Si les cuentas algo, ellos son más en todo, incluso en lo peor, válgame Dios... No suelen escuchar, porque están inmersos en hacer monólogos de sus penurias en vez de escuchar otros puntos de vista que quizás les hagan salir de su bucle autodestructivo... y así la lista se vuelve interminable con este tipo de atributos que no son precisamente agradables. 

En caso de no haberles descubierto, debido a que muestran también una cara más encantadora que puede encandilar y desconcertar a los que vamos de “salvadores” por la vida, es el hecho de su fino arte para manipular y así conseguir sus deseos. Ese sí que es otro indicativo clarificador que enciende la alarma de emergencia automáticamente. Al final, y a lo que me voy a referir, es que es a nuestra intuición a la que debemos hacer caso, porque nunca falla.

Lo importante es tener una idea bien clara: Las personas felices no pierden el tiempo criticando y menos haciendo mal a los demás, porque la maldad es para la gente infeliz, frustrada y envidiosa, que no ha podido encontrar su luz. Solo te pueden ofrecer oscuridad y toda la basura que tienen por dentro, porque ese es su estado mental. Por ello contaminan el ambiente y hasta nos desgastan. Cada uno da lo que tiene, y en este caso, lo que se es. Esta gente da lo que son. Tampoco le podemos pedir peras al olmo y si alguien ha demostrado en varias ocasiones un tipo de comportamiento de ese estilo, lo más inteligente es alejarse. Perdonarle, pero desde la más recóndita distancia, si puede ser.

La Madre Teresa de Calcuta dijo “quien dedica su tiempo a mejorarse a sí mismo, no tiene tiempo para criticar a los demás”. Así que os sugiero a las personas de buen corazón, a que dediquéis vuestro tiempo si os apetece, a mejoraros a vosotros mismos porque así también estaréis mejorando vuestro entorno. Al menos en eso intento invertir mi tiempo. Y se vive mucho mejor, oiga. 

Gandhi decía “sed el cambio que queréis ver en el mundo”, porque el cambio comienza con uno mismo. Haciéndonos conscientes de nuestra propia oscuridad y aceptándola, lograremos trascenderla y no solo señalar la de los demás. Sobre todo, sin la intención de cambiar a nadie. Eso no nos nos corresponde a nosotros. Lo único de lo que sí somos responsables es sobre cómo nos tomamos las cosas. Si uno cambia hacia las circunstancias de la vida, esas circunstancias aunque no cambien, al nosotros responder ante ellas de otra manera, no nos afectarán de igual modo. 

La crítica y los juicios, son un signo de pobreza emocional y espiritual. Jesús decía, “a los pobres siempre los tendréis a vuestro alrededor” y mi intuición me lleva a pensar a que se podría referir a los pobres de espíritu. Valiente interpretación la mía que he hecho libremente de una frase bíblica, pero, creo que los protestantes en eso nos llevan la delantera por goleada, pudiendo hacer este tipo de interpretaciones subjetivas y personales sin necesidad de un sacerdote que sea quien las interprete. Pero que no se me confunda, no profeso la religión protestante ni ninguna otra. Y sin embargo me empapo de todas, para aprender de cada una.  

Las apariencias engañan, pero la intuición no miente. Cuando una persona tiene un buen corazón, eso se nota desde lejos. Las apariencias se construyen, pero la esencia siempre se revela. Nadie puede ocultar lo que es y trae consigo. La vibración habla mucho más que las palabras, revela las intenciones que lleva el alma. Las personas intuitivas sabemos leer esas vibraciones, pero muchas veces, nosotros mismos nos boicoteamos por nuestra falta de confianza. Aunque eso se trabaja y se mejora, lo digo con conocimiento de causa. 

Las personas hermosas siempre son aquellas que nos abrazan por dentro, que nos hacen sentir bien con su presencia, que poseen un aura de afecto, bondad y luz. Las personas no solo establecemos amistades, afectos y relaciones por gustos, sino por la sintonía energética. Hay que limpiar lo que hay en nosotros que ha atraído a ese tipo de personas.

La energía, el alma y la intuición, jamás mienten.

Alejarse de algunas personas es también, un acto de amor hacia nosotros mismos.

 

Beatriz Casaus 2023 ©

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