jueves, 22 de mayo de 2025

Solo quería que lo supieras

 El siguiente texto forma parte de un guión que estoy escribiendo. Para quien no lo sepa, estudié en una escuela de cine además de mis estudios de Trabajo Social y es una pasión que llevo en mis venas desde muy pequeña. He escrito varios cortometrajes y siempre he querido lanzarme a escribir un largo. 

Para poneros en contexto, este cachito del guión que aquí he dejado es cuando la protagonista escribe una carta a su amor platónico. Ella es una mujer que se siente presa en una vida construida y monótona que no le satisface pero, de pronto, el destino le presenta a un chico mucho menor que ella que le despierta un amor profundo después de años de entumecimiento emocional. Y toda esa vorágine le lleva a descubrirse a sí misma.  

No os puedo contar más, pero quería compartir esta pizquita del proyecto por aquí.

Un fuerte abrazo. 



PÁGINA 11

INT. DORMITORIO – NOCHE

La habitación está a oscuras. Solo la luz de la luna atraviesa las cortinas.
Ella (40), de rostro cansado pero hermoso, está sentada en la cama con un cuaderno abierto y un bolígrafo entre los dedos. Su pareja,(50), duerme a su lado, ajeno.

Ella comienza a escribir, sus pensamientos en voz en off.

Ella (V.O.)
(voz suave, rota)
Nunca pensé que escribiría esto.
Ni que alguien como tú aparecería en mi vida como un incendio en mitad de la nada.

Corte a:

EXT. FESTIVAL DE MÚSICA – FLASHBACK – ATARDECER

Luces cálidas, gente riendo, cerveza en vasos de plástico.
Ella, algo distante entre la multitud, observa al joven músico: Chico (26), libre, apasionado, tocando su guitarra como si hablara con el universo.

Ella (V.O.)
Te vi en ese escenario, con los ojos cerrados y el alma desnuda.
Y algo dentro de mí —algo que creía muerto— se movió.

INT. DORMITORIO – NOCHE

Ella se detiene al escribir. Mira a su pareja, que sigue dormido. Lo observa con una mezcla de lástima y resignación.

Ella (V.O.)
He vivido para no molestar, para no romper, para no sentir demasiado.

Ella se levanta en silencio y se asoma a la ventana. Mira el cielo.

Ella (V.O.)
Contigo no pensé. Sentí.
Y eso, amor mío imposible, me salvó del abismo.

Vuelve al escritorio y escribe una carta:


“Solo quería que lo supieras


El sol no destruye a la noche, solo le recuerda que cuando está, no puede apagar su luz, solo brilla y no hay oscuridad. Yo tampoco estoy aquí para destruir, sino para recordar. 

He amado profundamente, y ese amor me ha dado estructura y refugio durante mucho tiempo. Pero ahora, algo me ha despertado. No como una fantasía sino como una parte dormida que pide respirar. Ahora elijo no volver a cerrar los ojos. 

No sé cómo pasó… pero desde que te vi, algo se activó en mí que no sé explicar. No sé si  también lo sentiste como yo, pero desde que te miré a los ojos por primera vez, algo cambió dentro de mí. No te busqué. No lo esperaba. Pero llegaste. Y desde entonces, no ha habido un solo día en que no te lleve en algún rincón de mí.

Sentí que te conocía, que no necesitaba decir nada para que me entendieras. Me sorprendió lo fácil que fue abrazarte, lo natural que se sintió estar cerca de ti. Creo que no éramos desconocidos en el plano del alma. A veces me digo que fue solo un momento, que no debo pensar tanto… pero no puedo evitarlo. Me acuerdo de ti cuando no quiero, y cuando quiero, también. Es algo superior a mí. Trato de explicarlo, pero no tiene lógica. 

Eres como una canción que me sé sin haberla escuchado antes. Como si ya nos hubiéramos encontrado anteriormente a que nuestros cuerpos se cruzaran. He intentado apagar esa luz, pero apareces en mis sueños como si me buscaras incluso mientras duermo. Y cuando despierto, me queda tu energía, como si no te hubieras ido.

Me da miedo lo que siento porque hay cosas en mi vida que no quiero destruir.
Y también porque no sé si tú sientes lo mismo, o si solo soy yo viviendo este torbellino en silencio. Pero si no tuviera miedo… Te diría que me encantaría descubrirte, sin prisas, sin promesas, sin culpas. Te diría que en ti veo una luz que enciende partes de mí que ya creía dormidas. Que me haces sentir viva, y que eso no lo puedo ignorar. No quiero atraparte ni exigirte nada. Saber que existes me reconforta. Solo quería que lo supieras.

No te escribo porque no quiero confundirte, ni herirte, ni arruinar nada. Pero eso no significa que no me importes. Me importas más de lo que puedo decir. Me da miedo todo esto. Miedo a sentir demasiado. Miedo de no saber qué hacer contigo.

Pero si pudiera dejar de lado todo eso… Te buscaría. Te diría que contigo siento algo limpio, puro y bonito. Que te veo. Que me llegas dentro. Y que si en otro momento de la vida nos encontráramos libres, yo elegiría caminar contigo. Sin máscaras. Solo tú y yo, como ese primer abrazo que todavía no he olvidado y los dos siguientes que nos dimos de forma espontánea, sin conocernos, de forma mágica, casi como un reconocimiento de nuestra afinidad espiritual… fue, para mí, un pacto silencioso. Uno que todavía guardo conmigo.

Créeme que sé que no eres la respuesta. Eres la llave que abrió una puerta. Un puente entre lo visible y lo invisible. Un catalizador. Quiero aclarar que no eres la meta, el objetivo o el premio. La meta soy yo. Pero tu papel es importante porque has sido el espejo que me muestra que aún hay fuego en mí, deseo, sensibilidad y profundidad. Me has permitido renacer dentro de la resignación y sacrificio en donde vivìa presa. No me has mostrado nada de ti, sino algo esencial en mí. Plantearme si quiero vivir desde la seguridad o desde la autenticidad. Vivir en verdad. La mía propia. 

Mi miedo, indecisión e inseguridad son comprensibles. Lo que siento es profundo, legítimo y humano. Estoy en medio de un cruce de caminos, donde lo que antes era seguro ya no me llena, pero lo nuevo es incierto. Y es natural tener miedo. Mi sensibilidad no es una debilidad, es una tecnología sagrada que me permite percibir lo invisible. La decisión del alma viene de un espacio donde no hay miedo, culpa ni expectativas. Solo hay verdad y paz. El alma no grita, susurra. La elección no es dejar nada. La elección es no dejarme a mí. Quiero vivir despierta. Escuchar lo que siento sin censura. No traicionarme. Seguir mi voz aunque tiemble. 

No vine a la tierra para pagar facturas desde la tristeza. No estoy aquí para sacrificar mi vida en nombre de la estabilidad. El alma que despierta a los 40 años despierta con poder. La vida no me está quitando nada, me pide que elija desde mi fuero interno. No nací para sobrevivir. Me permito experimentar una vida que no me enferme. Ni que me haga romperme los huesos para poder parar y escucharme. 

Si alguna vez tú también sientes lo mismo, aquí estoy.

Si hay amor, que sea libre. 

Si hay verdad, que se exprese. 

Solo queda amor hacia adelante. “


FUNDIDO A NEGRO.



(FIN de secuencia)



Beatriz Casaus 2025 ©



No hay comentarios:

Publicar un comentario