“No eran amantes, no eran novios y tal vez no eran amigos. Pero siempre fueron el uno para el otro.” (Mario Benedetti)
“Nadie podría llegar a ti, excepto aquel que lleve en su alma, algo de la tuya.” (Rumi)
“¿Quién, siendo amado, es pobre?” (Oscar Wilde)
Estamos en el mes de Libra, y este es mi particular homenaje a su energía. La conozco bien, porque tengo el ascendente ahí, en conjunción con mi Venus, que también se encuentra en Libra, aunque escondido en la misteriosa casa XII.
Esa influencia de la casa XII tiñe su energía con una especial inclinación hacia las personas que sufren, la espiritualidad, la sensibilidad, la atracción hacia lo invisible, la compasión, la intuición... En mí, Libra se vive con profundidad, con alma y con una estética que trasciende lo meramente físico, pues la belleza interior es la que de verdad cuenta. Tanto, que me inclino a rodearme de personas que tienen buen corazón porque lo que más valoro es la bondad.
Libra, por naturaleza, es el signo que rige la justicia y el equilibrio. Su símbolo es literalmente una balanza (y no por casualidad). Por eso se les reconoce por su búsqueda de lo justo, el término medio y su eterna indecisión. Antes de tomar una decisión, Libra pesa todas las opciones, consulta con sus seres queridos pidiéndoles consejo y finalmente decide… aunque siga dudando.
Su elemento es el aire, por eso son grandes conversadores y tienen don de gentes. Les encanta socializar, suelen ser encantadores y se desarrollan muy bien en el mundo de las ideas y la palabra. Necesitan estímulos intelectuales para estar satisfechos en sus relaciones. Este signo también gobierna la diplomacia, la armonía y se les reconoce por ser los mejores anfitriones. Al ser un signo cardinal, quiere decir que inician las estaciones del año, en su caso el otoño en el hemisferio norte, suelen ser iniciadores, líderes, aunque en ocasiones pueden ser mandones.
Está regido por el planeta Venus, de ahí que rija la belleza, el arte, la estética, la elegancia y el buen gusto. Tienen un sentido innato del estilo, así como de cuidar la imagen. En mi caso, no solo cuido la mía, sino también la de los demás. Soy, sin quererlo, personal shopper, estilista, y asesora de imagen de mi pareja, de mi hermana y de alguna amiga que se ha dejado convencer. Me fascina hacerle un glow up a la gente. Ver cómo se transforman cuando descubren su mejor versión y ganan confianza. Adoro ver a la gente bella. Más bella aún de lo que ya es.
Sin embargo, como tengo Luna en Aries, me gusta ser autosuficiente e independiente, por eso aprendí a maquillarme, peinarme y vestirme por mi cuenta, porque eso de depender de alguien… ni para el delineado perfecto.
Ahora bien, toda luz tiene su sombra, y Libra no se libra (valga el juego de palabras). Su parte menos luminosa puede caer en la superficialidad, en el interés, en el deseo constante de agradar y complacer o en la tendencia a perderse en el otro. Libra es el signo del matrimonio, de las relaciones, de los acuerdos y del “tú”, mientras que su opuesto, Aries, que representa el “yo” es su perfecto complementario. Por eso, Libra busca el equilibrio entre ambos, no olvidarse de sí mismo mientras busca la armonía con los demás.
También hay que decirlo y os voy avisando que Libra tiene fama de coqueto y vanidoso. Le encanta el flirteo y el arte de la conquista en el amor. Muchos incluso, incluida yo, la consideramos la energía más infiel del zodiaco. No tiene por qué ser todos los que tienen el Sol en Libra, pero quizá sí algún emplazamiento o varios en este signo o la casa VII. Y sí, suelen ser grandes amantes. No hay más que mirar a Julio Iglesias (Libra de pura cepa) para entender de qué energía estamos hablando.
En su versión más elevada, Libra encarna la paz. Un ejemplo de ello es Gandhi, un Libra puro quien con su movimiento pacifista de la “no violencia”, consiguió la independencia de su país, la India, sobre Inglaterra. Otro ejemplo de la energía elevada de Libra fue John Lennon, quien personificó la belleza del arte a través de la música, siendo el autor del gran “Imagine”. Lennon, soñaba con un mundo mejor y lo defendía a través de sus ideales. Como era un típico Libra, experimentó su particular simbiosis con el otro, mediante el amor que le profesó a Yoko Ono (Acuario, ambos tremendamente compatibles), ya que Libra no concibe la vida sin el amor de pareja. También Oscar Wilde, encarnó a la perfección la energía Libra, a través de la escritura, el teatro y la poesía. Aquí en España, Antonio Gala sería un digno representante de lo mismo.
Como me gusta aclarar siempre, hay que señalar que no todos los nativos del signo tienen las características que he descrito, pues habría que mirar todo el compendio de su carta astral en conjunto. Solo me he enfocado en la energía o el arquetipo a rasgos generales. Así que quedémonos con su luz y celebremos este mes con equilibrio, amor, elegancia y mucho arte. Es un buen momento para socializar y disfrutar de la vida. Toda energía venusiana habla mucho del disfrute y el goce. Así que, a disfrutar, pero no solo este mes... sino hoy y siempre.
A continuación, os dejo con un poema mío que trata sobre esos amores que no se vivieron. Es la historia de una conexión invisible, que trasciende las circunstancias. Un homenaje a lo que fue sin ser, y sin embargo… fue.
¡Un abrazo!
Y sin embargo, fuimos
Se detiene
una grieta en el tiempo,
escondida en el ombligo
de la horizontalidad de la noche.
Se te quedó un suspiro aquí,
entre tu pecho y el mío,
y aún lo albergo en la garganta.
Parece que quiere salir
como gemido,
y sin embargo, es un poema.
No se le puede llamar amor
a lo que llega demasiado pronto,
o demasiado tarde,
pero sin embargo, lo es.
Fuiste cómplice de mi silencio;
hasta el aire se quedó quieto
al mirarte.
Hubo algo sagrado en ese instante inerte,
fuimos náufragos en el otro
para no rompernos.
No fuimos,
y sin embargo, fuimos.
Los buenos corazones se van sin molestar.
Se disuelven con la misma suavidad
con la que llegaron.
Llevan intacto el amor que trajeron
para esparcirlo
en otros campos más fértiles.
No reconocieron su amor,
y sin embargo, amaron.
Hay una geometría del alma
para que dos personas se conozcan
por aparente azar,
una trama invisible
que nos teje antes de sabernos.
Y sin embargo, ya nos conocíamos.
Hay también un calendario secreto,
revelado solo a los que sienten,
para sorprender a los incrédulos,
a aquellos que parecen no estar listos,
y sin embargo, lo están.
Estás en un punto de no retorno.
No alcanzo a mantenerte en mi memoria;
prefiero no recordarte si vas a doler.
Mejor, duele donde se te vea,
para que el viento mueva tus palabras perdidas,
a ver si otros las encuentran
y entienden que, sin embargo, yo las guardé.
No hicimos camino juntos
pero el deseo llegó igual,
atravesó nuestros cuerpos
sin saber juntar los pies.
No andamos,
pero sin embargo, llegamos.
Te escondes
en las profundidades de un reloj
que no solo cuenta las horas,
sino los momentos que no fueron
y, aun así, existen.
Hay que ser muy cobarde
para no esperarte más,
y muy valiente para hacerlo.
No es de héroes marcharse,
pero sin embargo, me fui.
Perdí la escalera
que subía a tu casa;
la dibujé sobre un árbol sin ramas.
No me sé tu danza desnuda,
y sin embargo, la bailo.
Y aunque el tiempo se rinda
y la vida siga su guión sin pausa,
sé que hay algo en ti que aún me llama,
y sin embargo, no iré.
Lo que no pudo ser,
sin embargo,
fue.
Beatriz Casaus 2025 ©
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