jueves, 21 de febrero de 2013

Mamíferos de asfalto

“Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres” (Albert Einstein)

"Lo que ves en el exterior es lo que hay en tu interior, si ves sólo lo negativo o todos te parecen malos, en realidad deberías preguntarte qué hay en ti que te muestra eso en los demás. Lo que ves en los demás no es más que una extensión de tu propia persona. Así que por la cuenta que me trae, yo pongo esmero en ver lo positivo". (De mi propia cosecha)

 Mamíferos de asfalto

(No cae el invierno este año
como hizo el pasado por tanta verborrea…)

Los cuadrúpedos envidiosos se estancan,
evolutivamente hablando,
por albergar pensamientos oscuros hacia los demás.
Se les reconoce por ser como aves feroces
que derraman injurias sobre presas inocentes.
Su cerebro no se ha desarrollado como lo deseado,
no así sus pezuñas.
Tienen un interior podrido 
por pestilentes comentarios y críticas hirientes.
Desgastan tiempo y energía en chismorrear,
y hablar mal.
Su presencia maloliente atrae a moscas
y buitres que buscan carroña
que en ellos encuentran.
Están corrompidos por bajos sentimientos
que creen no poder controlar.
Se distinguen por ser solitarios
o por sus grupos pequeños.
No puede haber más de tres personas en él
ya que no se aguantarían.
Ignorantes, no conocen que aquello
que lanzan a los demás les será devuelto por duplicado
y si desean el mal,
(que en ellos es un rasgo común),
en mayor medida.
Desconocen que los que hoy lloran por alguien,
mañana reirán y los que hoy se ríen de alguien,
mañana llorarán más.
Se expresan con vulgaridad,
el conjunto de la palabra les define ampliamente.
Sus miradas parecen sucias,
labradas por tenebrosas intenciones.
Viven en el odio, los celos y la amargura.
Son orgullosos y pueden ser altivos y prepotentes.
Es conveniente situarlos a la mayor distancia posible.
Pero no juzgarlos, dejarles a su libre albedrío.

Al otro lado están los bípedos elegantes.
Que lo serán en todos
y cada uno de los ámbitos de su vida.
Serán refinados, discretos, optimistas, positivos.
Se enfocarán en lo bueno de la vida
y en lo bueno que hay dentro de cada cual.
Dan importancia a lo positivo
y no malgastan su energía en hablar de nadie
y si lo hacen es para alabar.
Su presencia es grata y suelen rodearse
de cuantas más personas mejor
porque confían en la bondad que cada uno tiene.
Les gustan los cambios y la disparidad.
Admiran algo de cada persona,
no envidian porque saben que es de baja vibración
y les gusta compartir con todos.
Tienen luz propia y magia, y por ello,
son el blanco perfecto para ser la envidia
de los primeros cuadrúpedos clasificados.
Están contentos con lo que tienen
y no ansían lo ajeno.
Suelen irradiar paz y equilibrio
y su intención es buscar la armonía en todo momento.
No les oirás criticar a nadie
y tendrán temas de conversación interesantes
ya que su atención está enfocada en evolucionar
y en lograr ser mejores personas.
Gustan de ideas elevadas
como sus pensamientos también lo son.
Suelen ser humildes, soñadores y mansos de corazón.
Tampoco se les puede juzgar, porque no abundan.

En el tercer rango están los voladores,
quienes han desarrollado unas especies de alas mentales
que les permiten sortear de manera victoriosa
cualquier circunstancia
gracias a haber superado la dualidad
de las dos clasificaciones anteriores.
Han atravesado en algún momento de sus vidas
las mismas debilidades que los envidiosos cuadrúpedos
pero las han trascendido,
y poseen la misma positividad
que los bípedos elegantes gracias a ello.
Al conocer todos los estados mentales posibles
y en tal tesitura, haberse conocido a sí mismos,
son de alta evolución.
Gozan de gran empatía y comprensión elevada.
Son amables, gentiles y tienen un buen sentido del humor
que utilizan como su particular alquimia
para transmutar lo negativo y elevarlo.
Son graciosos, elegantes, bellos y han evolucionado
hasta convertirse en verdaderos
maestros de la evolución personal.
No son ambiciosos y huyen del poder.
No tienen como meta la seguridad
conocedores de su inexistencia.
No pretenden colonizar las creencias de los demás.
Les interesa el amor,
Y por ello, sólo se les puede juzgar.

Beatriz Casaus 2013 ©






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