jueves, 28 de febrero de 2013

Rescate

“Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo”
“La razón no me ha enseñado nada, todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón”
“Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo”
(León Tolstói)

A continuación, uno de mis poemas favoritos del gran Mario Benedetti que por más que lo lea, aunque sea mil veces seguidas, sigue motivándome y haciéndome sonreír por dentro.

No te salves

No te quedes inmóvil 
al borde del camino 
no congeles el júbilo 
no quieras con desgana 
no te salves ahora 
ni nunca 
no te salves 
no te llenes de calma 
no reserves del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
no dejes caer los párpados 
pesados como juicios 
no te quedes sin labios 
no te duermas sin sueño 
no te pienses sin sangre 
no te juzgues sin tiempo 

pero si 
pese a todo 
no puedes evitarlo 
y congelas el júbilo 
y quieres con desgana 
y te salvas ahora 
y te llenas de calma 
y reservas del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
y dejas caer los párpados 
pesados como juicios 
y te secas sin labios 
y te duermes sin sueño 
y te piensas sin sangre 
y te juzgas sin tiempo 
y te quedas inmóvil 
al borde del camino 
y te salvas 
entonces 
no te quedes conmigo.

Mario Benedetti


Rescate

Algún día
casi como sin querer hacerlo,
me rescataré de tantas sonrisas
que como la luna
esconden una cara.
También del trueque sentimental
entre dos individuos apegados
consumidores de relaciones
a cualquier precio.
Por mi parte
confesaré que tengo varios amantes
y que de entre ellos la cultura
es el que más satisfacción me da
y que amo lo original
bajo este monopolio establecido de clones.
Sigo orgullosa de ser rara, única, diferente,
pues lo contrario me horroriza.
La gente no me sitúa ni con su GPS,
no hay cabida para el encasillamiento
y me suelen preguntar:
“¿pero tú de dónde eres?”
y esto es razón de festejo.
Es pronto aún para que proclame
que se está más desnudo
cuanto menos se tiene que callar
y que quien más necesita taparse
es porque oculta algo.

Algún día
casi como sin querer pretenderlo,
me rescataré de los estados de ánimo
que esclavizan en un litigio
entre querer y no poder.
También, de la ilusión ficticia
de las propiedades
porque sé que cuando muera
no me las voy a llevar
y que por tanto nunca fueron mías
por más promesas publicitarias
y plazos crediticios que pagara.
Por no poseer, no poseo ni mis palabras
mucho menos cosas, personas o mi cuerpo
donde por cierto
vivo en alquiler.

Algún día
casi como sin querer pensarlo,
me rescataré de esta normalidad
porque si no lo hago yo
no habrá nadie que lo haga.

Beatriz Casaus 2013 ©



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