viernes, 23 de agosto de 2013

Cuando las vidas no cuentan

"No hay bandera suficientemente grande para cubrir la vergüenza de matar inocentes" (Howard Zinn)



Desde que hace dos años, en marzo de 2011, se comenzaran a producir manifestaciones pacíficas en busca de una soñada democracia en Siria como un brote más de la primavera árabe, Siria se ha convertido en un infierno que ha ocasionado más de 100.000 muertes, superando ya el conflicto de Libia donde sí se produjo una respuesta internacional inmediata, y 2.000.000 de refugiados, de los cuales, entre ellos la mitad son niños que sufren el desarraigo, y están expuestos a innumerables calamidades. Estamos ante un suceso alarmante que presenta cifras desorbitadas y de un auténtico crimen contra la humanidad, el ataque con un gas químico a 1.300 personas, del que parecemos ni inmutarnos, sobre todo en las redes sociales en las que casi no se comenta del tema.
Antonio Guterres, el alto comisionado de Naciones Unidas para los refugiados de ACNUR ha proclamado: “ Lo que está en juego es ni más ni menos que la supervivencia y el bienestar de toda una generación de seres humanos inocentes” y “los niños y niñas y jóvenes de Siria están perdiendo sus hogares, sus familiares y su futuro. Aunque crucen las fronteras y se pongan a salvo, esos menores están traumatizados y deprimidos y necesitan urgentemente razones para sentirse esperanzados”.
Hace justo un año, Barack Obama declaró que el uso de armas químicas en Siria era una línea roja que determinaría una intervención estadounidense. Pues bien, este pasado miércoles 21 de agosto, la oposición a Bachar El Assad acusó al régimen de lanzar un ataque químico cerca de Damasco, causando 1.300 muertos, los cuales eran civiles no combatientes convertidos en víctimas inocentes y que supondría haber superado con creces esa línea roja marcada por Estados Unidos. Sin embargo, aún son patentes las inacciones internacionales en este terreno hostil y de difícil solución. Este hecho atestigua que las líneas rojas marcadas por la comunidad internacional no son más que una pantomima sin práctica más que en el discurso diplomático y que las atrocidades perpetradas contra los civiles están dejadas de la mano de Dios.
Aún no se sabe la autoría de este crimen masivo pero parece que la única intención internacional es en estos momentos que los expertos en investigar el uso de armas químicas de la ONU, quienes precisamente estos días estaban en Damasco autorizados por el régimen, investiguen si se trata del uso de gases lacrimógenos o de armamento químico y sobre la autoría, de la que se acusan los dos bandos combatientes. Es cierto que urge sin demora una investigación, tal y como ha exigido la comunidad internacional , pero lo que es aún más cierto es que el hecho deleznable de estas innumerables muertes (mujeres, niños, ancianos) no puede quedar impune y no debería repetirse bajo ninguna circunstancia y sobre todo, que se asegure la seguridad de los dos millones de refugiados que malviven en las fronteras y que llegan en condiciones insalubres tanto físicas como mentales y de los que sólo se hacen eco las asociaciones no gubernamentales.
Mi intención no es más que informar sobre este caos lleno de abusos y corrupción al que son expuestas directamente las víctimas, en este caso, desgraciadamente demasiadas, y para que tomemos conciencia desde la comodidad de nuestras casas de la relevancia del asunto. Los países implicados, empezando por EEUU y Rusia (que apoya a El Assad), deberían unir esfuerzos para buscar una solución política ante esta aberración. Pero ni siquiera eso parece al alcance de la mano por el momento... Siria, es un infierno y las vidas allí no cuentan. Nosotros por lo menos, tomemos conciencia de ello, aunque poco podamos hacer.
Fuentes:
“Un hito histórico vergonzoso, un millón de niños refugiados por la crisis de Siria” (Página oficial de UNICEF) http://www.unicef.es/actualidad-documentacion/noticias/crisis-de-siria-un-millon-de-ninos-refugiados
“Un millón de niños huyen de la guerra como refugiados” (Artículo de El País) http://internacional.elpais.com/internacional/2013/08/23/actualidad/1377238682_594891.html
Beatriz Casaus 2013 ©

No hay comentarios:

Publicar un comentario