domingo, 10 de noviembre de 2013

Los poetas que luchaban contra las palabras


“Yo tengo un concepto dramático de la vida, y romántico, no me corresponde lo que no llega profundamente a mi sensibilidad.”(Pablo Neruda)

Tanto como un libro en sí, tengo una especial predilección por el prólogo del mismo, y soy capaz de rechazar un buen libro si el prólogo que le antecede no me ha gustado. Sin embargo, hay algunos que me inyectan curiosidad y me incitan a seguir leyendo, este ha sido el caso del prólogo del libro “Confieso que he vivido” de Pablo Neruda. Que os guste. El prólogo, el libro si lo queréis leer y lo que aquí se escribe :)

“Estas memorias o recuerdos son intermitentes y a ratos olvidadizos porque así precisamente es la vida. La intermitencia del sueño nos permite sostener los días de trabajo. Muchos de mis recuerdos se han desdibujado al evocarlos, han devenido en polvo como un cristal irremediablemente herido.
Las memorias del memorialista no son las memorias del poeta. Aquél, vivió tal vez menos, pero fotografió mucho más y nos recrea con la pulcritud de los detalles. Éste nos entrega una galería de fantasmas sacudidos por el fuego y la sombra de su época.
Tal vez no viví en mí mismo; tal vez viví la vida de los otros. De cuanto he dejado escrito en estas páginas se desprenderán siempre –como en las arboledas de otoño y como en el tiempo de las viñas- las hojas amarillas que van a morir y las uvas que revivirán en el vino sagrado. Mi vida es una vida hecha de todas las vidas: las vidas del poeta.” (Prólogo del libro: Confieso que he vivido, de Pablo Neruda)


Los poetas que luchaban contra la palabra

Se preguntaban cómo definir,
limitar, determinar o acorralar,
aquello que no tiene forma.
Lo invertebrado de un sentimiento
o una vivencia.
Ni el mejor de los poetas,
si es que hay uno, 
ni el mejor de los lingüistas,
logrará captar la esencia
de un momento,
ni hacer sentir un ápice de lo sutil
y abstracto de algo inmaterial,
por bellos y articulados
términos que utilicen.
Lo único que podrán hacer,
es batallar en su mente
buscando vocablos precisos,
crear nuevos conceptos de la realidad
mediante signos expresados
en distintas lenguas,
que describan con su pensamiento

lo que evoca su corazón.

Los poetas son los guerreros de la lengua

artífices de un puzzle subjetivo.
Su propio puzzle, del que son
Creadores.
Transforman y la dan vida
en base a sus sentimientos.  
Pelean contra las palabras
enfrentando
lo que sienten con valentía,
pero saldrán de ello
incólumes,
porque han lidiado consigo mismos.
La diferencia entre un poeta
y alguien que no lo es,
es que el poeta siente
la imperiosa necesidad
de luchar contra sí mismo

y expresarlo.

 Beatriz Casaus 2013 ©
 

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