✅ Las personas que se atreven a comentar, publicar, comparten sus opiniones, dan likes. Se muestran sin miedo a ser juzgadas. Son auténticos y transparentes.
☠️ Haters: Suplen sus carencias e inseguridades detrás de caretas anónimas para desahogar sus penas. Si no te gusta alguien, no le sigas. Si solo ofreces comentarios negativos, míratelo a ver...
👍 Cuentas de personas que aportan su tiempo y dedicación a crear contenido de valor desde la sinceridad. Comparten con honestidad incluso sus "fracasos", su vulnerabilidad o inseguridades y no van de "guays".
⛔️ Personas que propagan "espiritualidad tóxica" o "postureo espiritual" porque está de moda. Sin embargo tienen un ego más grande que la catedral de Sevilla. Se graban meditando, llorando...cuando resulta que no son precisamente "buena gente". Puro teatro. Además monetizan con ello.
👌 Personas que apoyan los negocios honrados de otras cuentas o el arte de otros para ayudarles a su crecimiento y divulgación. Compartiendo su contenido, dándole likes, y recomiendan sus productos a través del boca a boca.
👉 Personas que se mojan y dan su punto de vista. No me gustan los que se esconden detrás del "bienquedismo" o los tibios que nunca se posicionan. Ser diplomático no está reñido con tener una opinión y voz propia.
🔝 Personas que usan el humor y amenizan con vídeos que contienen toques críticos pero llevados con elegante ingenio. Son agudos arrancando risas.
***Actualizo esta entrada porque me ha sucedido algo que considero justo un peligro en redes y por lo que he decidido privatizar mi página de FB: Cuando alguien se hace una cuenta con la que esconde su identidad verdadera y se encarga de escribir comentarios con intención de hacer daño. Eso muestra lo que hay en su corazón. Mucha amargura y frustración como para hacer eso. El aprendizaje que me llevo es que algunas personas hacen cosas para que aprendamos a no ser como ellas. Seguir el amor a veces es comenzar con el amor propio, poniendo límites a lo que no suma y apartar lo que hace daño. ***
En mi caso particular uso las redes como una herramienta de aprendizaje y de disfrute. Me lo paso bien con ellas. Sigo a cuentas que me hacen sentir bien y que me aportan información valiosa. Y no, no sigo a ninguna influencer porque por norma general no me suele interesar lo que comparten. Es verdad que hacer scroll puede ser una pérdida de tiempo, pero si el contenido que sigues es de interés, al final el algoritmo te va a llevar en la misma línea y siempre vas a captar algo que te haga aprender o disfrutar.
He de decir que a veces, me echo unas buenas carcajadas con algunos vídeos. Y en otras ocasiones, se me caen las lágrimas con contenido emotivo. Lo importante es rodearse de personas que marquen la diferencia y que sumen. Tanto en el mundo virtual como en el real.
Cada uno las usará con la finalidad que crea necesaria, pero encuentro curioso que muchos las usen con intenciones espurias o incluso para ligar. Cada uno da lo que es. Y eso también se proyecta en el uso de las redes. La verdadera esencia de cada cual se refleja en todo lo que hacemos.
Es paradójico que las personas que más te critican o a quien caes mal, sean las que más siguen tus pasos. Son en realidad los verdaderos followers. Sin embargo, luego suelen ser muy celosos de su privacidad. ¿Se cree el ladrón que todos son de su condición?
Hablando de privacidad, respeto a las personas que la mantienen alejándose del mundo de las redes. A mi alrededor tengo férreos defensores de la misma y por eso no tienen ninguna red social ni me permiten subir fotos con ellos. Pero, si alguien quiere mantener su privacidad y ser un auténtico desconocido, ¿por qué tendría redes? No entiendo su uso sin ningún tipo de interacción.
Yo por ejemplo, tengo cuenta en Instagram y Facebook pero no uso TikTok ni LinkedIn. En particular LinkedIn me genera rechazo. Me parece que hay ahí más postureo incluso que en Instagram. Es una plataforma basada en la identidad del ego en base a lo que te dedicas. Una especie de escaparate de la vanidad profesional. Pero como todo, nada es completamente bueno o malo, así que sí que es cierto que facilita la captación profesional y por lo tanto, se puede usar con tal fin. Aunque no es para mí, nunca se me ha dado bien venderme.
Según mi punto de vista acentúa y perpetúa la competición de unos contra otros en base a quién tiene más. Más y mejores master, grados, CV, premios profesionales o experiencia. Me resulta una parafernalia de la "titulitis". Todo el mundo se vende como si fuera el mejor postor aunque luego personalmente no sea del mismo modo. Sigo defendiendo que las únicas personas tóxicas que he conocido en mi vida, las he conocido en entornos laborales de empresa privada (multinacionales si me apuras). Entornos que promueven la ambición y la codicia. No he vivido eso en el tercer sector sin embargo.
El caso es que si tuviera LinkedIn y no hiciera nada a través de ello, sería una tontería tenerla, ¿verdad? Pues por eso no la tengo, y así mismo creo que sucede con las demás redes sociales. Se trata de tener un poquito de coherencia.
El verdadero peligro reside en creerse que las redes son la realidad. Desde luego que no lo es. El día tiene 24 horas y no el segundo que capta una simple fotografía o los dos minutos de un vídeo en el que todos mostramos lo mejor de nosotros. Yo misma en ocasiones uso filtros, y de 50 fotografías que me hago, quizá una sea la que suba. La mejor práctica que podemos hacer siempre es el discernimiento, porque con ello, sabremos apreciar lo que es real de lo que no lo es. En conclusión, el problema no son las redes sino el uso que se da de ellas.
Cambiando de tercio y como es viernes, día regido por Venus, planeta del amor y mi día favorito de la semana, dejo por aquí un vídeo con una canción muy para entrar en el "mood"... :P Ya lo sabían en los sesenta con su consagrada frase "Haz el amor y no la guerra". El mundo iría mucho mejor con más amantes y menos haters.
¡Feliz fin de semana!
Beatriz Casaus 2025 ©
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