viernes, 26 de septiembre de 2025

Techo de cristal

"El alma libre se reconoce porque no se arrodilla ante la opinión publica ni busca aprobación; sabe que su única ley es su propia coherencia." (Friedrich Nietzsche)

"La mejor venganza es no ser como tu enemigo." (Marco Aurelio)

El otro día fui a ver El Cautivo, la última película de Alejandro Amenábar, acompañada por una brillante y apasionada filóloga hispánica, y la disfruté enormemente. La cinta recrea los cinco años de cautiverio que Cervantes padeció en Argel, un episodio de su vida que sigue siendo desconocido para la mayoría. No termino de comprender la controversia que ha despertado sobre si fue o no homosexual; lo verdaderamente relevante es que la película resalta su brillante ingenio, su genialidad, así como su valor y su honor.

Y, como no podía ser de otra manera, su carisma despertó envidias, tal y como suele ocurrir con los grandes espíritus. Así le sucedió con el personaje de Blanco de Paz, que trató de manchar su nombre con acusaciones malintencionadas. Pero como todo en la vida, la verdad siempre termina saliendo a la luz y la justicia acaba por imponerse: sin ánimo de hacer spoiler, fueron sus propios compañeros de cautiverio quienes firmaron un documento que exculpaba a Cervantes de todas las calumnias, dejando constancia de su honor y de la nobleza de su carácter.

Durante su vida, Miguel de Cervantes también padeció la rivalidad con Lope de Vega, lo cual es uno de los episodios más fascinantes del Siglo de Oro español (esto no aparece en la película porque ésta se basa solo en el episodio de su cautiverio). Mientras Lope de Vega fue un auténtico fenómeno literario y gozó en vida de enorme popularidad, Cervantes, en cambio, fue más lento y reflexivo. Publicó menos, y su vida estuvo marcada por dificultades económicas y personales. Pero en su obra, especialmente en Don Quijote de la Mancha, alcanzó una profundidad única, que ningún otro autor logró igualar.

Mientras Lope entretenía con su teatro, Cervantes retrataba la condición humana con ironía, ternura y crítica social. Se burlaba de los falsos valores, denunciaba la injusticia, la corrupción de la época, el clasismo y exaltaba virtudes como la honradez, la humildad y el honor verdadero. 

Cervantes sufrió los ataques y la enemistad de su contemporáneo quien llegó a mofarse de él llamándole “viejo” y “mal poeta”, acusándolo por no triunfar en el teatro. Cervantes, sin embargo, respondió siempre con elegancia, nobleza y fina ironía.

Aunque Lope de Vega tuvo más éxito inmediato y popularidad, Cervantes fue muy superior a todos los niveles en su obra: profundidad psicológica, crítica social, universalidad de su mensaje (en eso Shakespeare se le parece) y exaltación de los valores más nobles del ser humano. Y, pese a la oposición que tuvo que soportar, su legado se convirtió en eterno.

Es también esencial remarcar que, por fin, se lleve al cine una producción dedicada a la figura más trascendental de la literatura universal. Lo que no tengo claro aún es qué me fascinó más: si la película en sí o la posterior exposición que me regaló mi querida filóloga, de la cual aprendí muchísimo sobre la vida y la obra de Cervantes. 

Y, sobre todo, me inspiró recordar que Cervantes escribió Don Quijote en su etapa de madurez tardía, a los 57-58 años. Lo que es un recordatorio poderoso de que nunca es tarde para crear ni para soñar. :)

Estoy segura que en la vida de muchos, también han tenido que enfrentar la envidia (hay personas que envidian incluso tu esencia). Siempre he creído que la mejor forma de responder a ella, o a cualquier conducta tóxica, no es combatirla, porque al hacerlo uno termina rebajándose a ese mismo nivel, sino ignorarla. Eso es en realidad un ejercicio de autocontrol y dignidad. Una elección consciente de elevarse por encima de aquello en lo que no se desea convertir. Al final, como le sucedió a él, la verdad siempre se abre camino y todo cae por su propio peso.

Un abracito.


A continuación comparto un poema mío:


Techo de cristal



Bajo un techo de cristal, 

translúcido, algo frágil,

caminan almas puras

con la frente encendida de estrellas.


La verdad las persigue 

como un río dorado que nace del alba,

y su paso resuena en los campos

de un sendero lejano. 


Mas la envidia 

ese polvo sombrío que nubla los ojos,

cae sobre ellos como ceniza fría

que intenta apagar la música del corazón. 

Esas almas perseguidas por su fulgor,
cuyo brillo hiere a quien se ahoga en su desgastada sombra.
Aquel vuelo libre recuerda
a quien olvidó sus alas.

Su fortaleza es ignorar la suciedad,
caminando con la calma del agua,
cerrando los oídos al veneno.
Su muralla es el silencio
que devuelve al vacío todo dardo.

Ignorar no es rendirse,
sino alzar el rostro al cielo,
confiar en la semilla de la propia luz,
y dejar que el tiempo apague
las voces que no saben recitar.

La oscuridad no vence;
al quebrarse el velo del límite
se abre el horizonte como un mar encendido.
Las manos puras alzan el cielo
y el sol responde con un resplandor nuevo.

Entonces comprenden los vientos,
los montes y los ríos
que ninguna herida
puede enterrar la raíz de la belleza.

La luz es obstinada,
renace siempre,
como la aurora que, tras la noche,
vuelve a encender los rostros.


Beatriz Casaus 2025 ©





martes, 23 de septiembre de 2025

Música, la belleza que transforma

 “Cuanto más inteligente es una mujer, más hermosa la veo. Me encantan las que se maquillan con conocimiento, poesía, buena música y palabras bellas.” (Julio Cortázar)

“El objetivo de la educación es enseñar a pensar, no a obedecer.” (Albert Einstein)


“Creativity is intelligence having fun.” (Albert Einstein) 


“En casa de los que se aman, la música nunca se detiene, las paredes están hechas de canciones y el suelo baila.” (Rumi)

“Cada persona es el reflejo de la música que escucha” (John Lennon)



La música es un idioma universal, aunque no todos lo aprecian en su verdadera dimensión. Algunos la reducen a un asunto de bohemios o artistas, que también lo es sin duda, pero va mucho más allá. Es un arte con capacidad de curar, transformar y elevar. 


Es además una de las formas más puras de belleza.  No se ve, pero se siente, y tiene la fuerza de tocar lo más profundo del alma. Cuando un día se tiñe de gris, basta con poner una canción para que el corazón respire distinto. Y cuando un día quieres que se torne alegre, la música lo ilumina aún más, llenándolo de energía y color. Las notas abren ventanas de luz donde antes parecía no haber salida. 


A mí, la música me ha salvado en varias ocasiones. Siempre lo he dicho, la música salva vidas. Me ha acompañado en silencios imposibles conmigo misma, me ha devuelto fuerzas, me ha dado esperanza y me ha recordado que siempre hay un motivo para seguir adelante. 


Hoy mismo, sin ir más lejos, mientras una chica me atendía, (como suelo hacer,  saqué conversación), me confesó algo que me caló dentro. Me dijo que cuando tiene un mal día, se pone los cascos y la música le ayuda a mejorarlo. No pude sentirme más identificada. Le agradecí de corazón que compartiera ese gesto tan íntimo conmigo, porque me alegró comprobar que aún hay personas que reconocen y valoran ese poder invisible. Esa es la prueba de su poder curador. La música llega a todos, en cualquier lugar, en cualquier momento…y tiene la capacidad de transformarlo todo.  


Por eso no puedo vivir sin ella. Me devuelve la calma, la alegría y en ocasiones, hasta la fe. Cuando escucho música, el mundo exterior desaparece y solo quedo yo y mi imaginación. Y ese poder invisible que convierte lo malo en algo llevadero y lo llevadero en belleza. 


La música merece el puesto que le corresponde en la sociedad, porque el alma ya se lo concede de forma natural. Tal y como señala el divulgador Tony Estruch, el llamado por él “sistema educastrativo”, (este término no me puede parecer más acertado) no se enfoca en nuestros talentos, sino que se encarga en la mayoría de los casos de mutilarlos. Todos nacemos con dones y una capacidad creativa inmensa, según un estudio de la Nasa que avala esta teoría, pero con los años, en el sistema educativo vamos siendo castrados de ellos para encajar en un molde. Convertirnos así en obreros productivos al servicio de empresas o del Estado.


Se nos enseña a ser eficientes, lógicos, racionales, obedientes y previsibles, pero no a crear, a sentir ni a expandir lo que realmente somos. Se nos convierte en piezas de un engranaje empresarial que busca uniformidad. Borregos, todos iguales, donde el arte y la creatividad, seamos sinceros, no siempre están bien vistos ni valorados. Ay, de aquel valiente que se atreva a tomar el camino del arte… primero tendrá que lidiar con sus padres y luego, durante toda su vida, con la sociedad. 


Y sin embargo, como bien apunta Estruch, “Ir en contra de tu capacidad creativa innata, te enferma”. Esa es una de las grandes verdades silenciadas. Cuando alguien vive negando su esencia, suprimiendo su instinto e impulso artístico,  o su amor por la música o el arte que sea, poco a poco su alma se apaga. Por eso hay tantas personas infelices en trabajos que no se corresponden con ellos, pero que son considerados estables y seguros, sin embargo, sus vidas están vacías, sin propósito, ni alegría. 


La música y el arte en general, no son lujos ni distracciones. Son alimento para el alma, medicina invisible que mantiene viva nuestra conexión con lo que somos en esencia. Allí donde el sistema nos uniforma, la música nos recuerda nuestra unicidad; donde la rutina nos oprime, la música abre ventanas de libertad. 


Así pasó con los esclavos negros en Norteamérica, quienes usaban el blues y el soul como vía de liberación emocional y espiritual. Convirtieron su dolor en canto, su opresión en arte, y desde allí nació un género que transformó la música para siempre. Lo mismo ocurrió con el Reggae en Jamaica o la capoeira en Brasil, donde la música, el ritmo y el baile, se mezclaron con la lucha, la resistencia o la esperanza. La música fue su medicina, su refugio y su forma de mantener su dignidad. En nuestros días, considero el hip hop también como una manifestación de una poesía disfrazada con letras de crítica social.  


Por eso, darle a la música el lugar que le corresponde y merece no es un capricho, es justicia y una necesidad vital implícita en el ser humano. Porque sin arte, sin música, sin expresión, la sociedad se enferma, y con ella también las personas que forman parte de él.  


Al Cèsar lo que es del César. Y a la música su lugar de honra. No lo subestimemos. No es solo sonido… es vida, sanación, belleza y magia. 



Beatriz Casaus 2025 ©







lunes, 15 de septiembre de 2025

Nuestro viaje

"Coincidir con una persona, mental y emocionalmente, es una suerte. Es como tropezar con la felicidad". (Walter Riso)

"Por medio del amor, lo amargo se vuelve dulce. Por medio del amor, el cobre se torna oro. Por medio del amor, el dolor se vuelve medicinal." (Rumi)



Yo siempre he sido una persona enamoradiza, de las que se dejan llevar por la fantasía como quien se monta en una nube sin mirar el pronóstico del tiempo. Mi historial sentimental tiene más páginas que un libro de segunda mano, pero la suerte en el amor, aunque he querido mucho… digamos que no siempre estuvo de mi lado. Hasta que apareció él, mi compañero de vida.

Antes de conocernos estaba disfrutando mi soltería y sobrellevando un duelo sentimental después de haber cerrado una ruptura dura que me llevó a dejar Alemania y regresar a España.

En aquel nuevo trabajo, el primer día que recorrí los pasillos, me crucé con un hombre atractivo en la puerta de un despacho. Me miraba mientras hablaba con alguien dentro. Yo, prudente, le saludé y me lancé un aviso interno: “Danger, no vuelvas a enamorarte de alguien del trabajo, que ya sabemos cómo acaba eso…” Pero claro, el Universo tiene sentido del humor y otros planes.

La verdad es que al principio yo le ignoraba y pasaba de él, pero él nunca se rindió. La primera vez que quedamos, entre risas y unas Estrellas Galicia 1906 (mi cerveza favorita, detalle importante), descubrí que a su lado me sentía ligera y en paz, como si nos conociéramos de siempre. Con el tiempo me dijo que le sucedió lo mismo.

Al igual que muchas personas, se había prometido no volver a mezclar trabajo con vida personal, porque la experiencia le había mostrado que esos terrenos pueden ser delicados. El tiempo y las vivencias previas de ambos antes de conocernos, nos habían enseñado a hacer las cosas de otra manera. En mi caso, había aprendido que no era bueno juntar emociones en el entorno laboral, por eso me resistí al principio. Sin embargo me confesó que tuvo que desarmar esa promesa. Incluso le comentó a un amigo que, si aquello le funcionaba, se cortaba la coleta. La segunda vez que nos vimos, me besó. Y ahí, sin manual de instrucciones, comenzó la verdadera aventura.

Desde el principio quise empezar con honestidad y coherencia. Para mí compartir tiempo, mente, cuerpo y emociones, es algo sagrado y solo tiene sentido cuando ambas personas se involucran emocionalmente, pero yo aún estaba recomponiéndome, y fue él quien con paciencia logró abrir mi corazón.

Recuerdo perfectamente la primera vez que me tocó el brazo. Una energía indescriptible lo recorrió de arriba abajo y me dejó muda. Me llegó este pensamiento bien claro: "Esto no es de este mundo". Aún lo recuerdo a la perfección. No me había pasado nunca antes algo así. No era atracción física, era otra cosa: como si mi alma le hubiera reconocido. Con el tiempo lo confirmé: este vínculo viene de otras vidas, porque somos almas que caminan juntas a través de diferentes cuerpos.

Desde entonces, hemos vivido el amor más profundo y auténtico que los dos hemos sentido. No todo ha sido de color rosa, también hemos atravesado etapas difíciles, como cualquier pareja honesta que se precie, porque las relaciones no son cuentos de Disney, sino evolutivas, en el sentido de que son caminos de evolución, pero con nosotros la vida decidió fluir y siempre hemos salido más fortalecidos en nuestro vínculo. Nuestro secreto es sencillo, juntos nos lo pasamos genial, nos reímos muchísimo, nos respetamos y apoyamos desde el principio y compartimos un amor genuino que atraviesa mundos y hasta algún que otro lunes gris.

Muchos nos dicen que somos una pareja divertida, que él tiene “carisma” y yo “ángel" (por cierto, me suele decir que soy como un ángel, y eso que me conoce enfadada… pero oye, pues anima, aunque nada más lejos de la realidad). La gente nos suele decir que se nota que nos queremos mucho. Pero la verdad es simple: no somos perfectos, ni lo pretendemos. Lo que hacemos es elegir siempre la alegría antes que el drama, el amor antes que el orgullo, y la complicidad antes que el ego. 

Hoy celebramos el día desde que nos cruzamos, y miro atrás con gratitud inmensa. Desde entonces brindamos por todo, literalmente. Lo bueno y lo malo, porque estar juntos ya es motivo de celebración. Hemos construido una vida sencilla y hermosa, con un perro, una cerdita, gallinas, sueños compartidos y un hogar donde siempre hay risas y caricias.

Trece años después seguimos brindando, bailando y soñando. El mundo cambia, pero nosotros seguimos aquí, celebrando la vida y este amor que nos sostiene y nos eleva.

Gracias por elegirme cada día, por enseñarme lo que significa el amor verdadero, por amarme tal cual soy y por dejarme amarte del mismo modo.


Beatriz Casaus 2025 ©




martes, 9 de septiembre de 2025

El poder de los eclipses

“Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada.” (Elisabeth Kübler-Ross)

(Foto del mismo día del eclipse, no se vio desde casa por la nubosidad, pero ahí estaba)
 

Estamos en septiembre y con él ha llegado la segunda y última temporada de eclipses del año 2025. Se trata de un mes intenso y transformador pues tenemos dos eclipses de gran fuerza y dinamismo. El pasado domingo 7 de septiembre ha tenido lugar el eclipse total de Luna en el grado 15 de Piscis y dos semanas después, el domingo 21 de septiembre, tendrá lugar el eclipse solar en el grado 29 de Virgo.

Estos eventos impactan e influyen en todos, aunque de manera particular a quienes tengan planetas en los signos mutables: Piscis, Virgo, Géminis y Sagitario. Para comprender en qué área o ámbito de la vida afectará de forma más directa, es necesario observar en qué casa de la carta astral personal recaen. Abajo adjunto links con páginas web gratuitas desde donde se puede calcular. 

Cabe remarcar que cada año tenemos, como mínimo, cuatro eclipses. Estos, son portales de evolución porque involucran a los luminarios el Sol, la Luna y los nodos lunares, también llamados nodos del karma. El Sol representa la energía consciente y masculina. La Luna, la energía inconsciente y femenina. Los nodos señalan el propósito de la encarnación: hacia dónde nos dirigimos y qué debemos integrar.

Cuando ocurre un eclipse, es porque una Luna Nueva o una Luna Llena sucede cerca del eje de los nodos. Se produce cuando el eje de la órbita de la luna que está alrededor de la tierra se cruza con la órbita de la tierra alrededor del sol. En ese instante, el propósito evolutivo se activa con gran intensidad, marcando un salto de consciencia no solo individual, sino también colectivo.

En mi caso particular, sentí la energía del eclipse de luna con una semana de antelación. En realidad, sus efectos pueden percibirse incluso un mes antes y extenderse hasta un mes después. Durante este periodo es común experimentar alguno o varios de estos síntomas: cansancio, dificultad para dormir, sueños intensos, mayor sensibilidad, activarse canales extrasensoriales, mayor intuición y percepción sutil, atravesar momentos de irritabilidad, digestiones pesadas así como cierta agitación interior o reacciones emocionales desproporcionadas.

Nuestro cuerpo, mente y emociones realizan un esfuerzo para adaptarse a las influencias del eclipse que nos generan auténticas “mareas biológicas”. Los días previos (o el mismo día del eclipse) es posible sentir ira, emociones a flor de piel o una tendencia a reaccionar con mayor facilidad. Por ello, lo más recomendable es evitar la sobreexposición social y guardar espacios de calma. 

Algo profundo se cocina en nuestro interior, es el cierre de un ciclo tanto a nivel individual como colectivo. Al mismo tiempo, algo nuevo comienza a gestarse, una etapa que abre paso a una renovación de vida y del alma. No necesariamente ocurre en el mismo día del eclipse: lo que se activa abre un portal que puede extender su influencia durante los próximos seis meses.

Los eclipses no son buenos ni malos: son acontecimientos necesarios para la evolución, momentos kármicos, que forman parte del plan de nuestra alma. La clave siempre no está tanto en lo que sucede, sino en cómo respondemos a ello. Cómo reaccionamos ante las situaciones que se nos presentan. 

Estas fechas funcionan como un puente entre lo racional y lo irracional, lo visible y lo invisible, lo real y lo onírico. Los eclipses de Luna, como lunas llenas que son, suelen reflejar un conflicto entre razón y corazón, entre la conciencia y el subconsciente. Tiene un poder igual que cuando se produce una luna llena pero intensificado. A menudo coincide con fenómenos en la naturaleza en los que los elementos parecen desatarse con mayor fuerza: terremotos, desastres naturales…

Me gusta comparar un eclipse con la actualización de un ordenador. Muchas personas me preguntan si hay que hacer algo especial ese día y mi respuesta siempre es la misma: no hacer nada. Igual que cuando dejamos al ordenador que se actualice por sí mismo, en los eclipses lo más sabio es descansar, detenerse y observar qué permanece y qué desaparece. El alma sabe lo que necesita; basta con darle espacio.

Durante un eclipse o la ventana de tiempo en la que influyen, pueden suceder acontecimientos inesperados como sorpresas que nos trae el destino. En cualquier caso, representan una oportunidad para aprender lo que necesitamos en la nueva etapa que se abre. La evolución no es plana ni circular, sino como una espiral, siempre hacia arriba avanzando hacia una forma más consciente de ser.

Aunque la ciencia aún no haya logrado explicar los efectos de los eclipses, reconoce que generan variaciones en los campos electromagnéticos y en la ionización de la atmósfera. La astrología, por su parte, los entiende como momentos de revelación y transformación, en los que lo que parecía oculto sale a la luz para impulsar nuestra evolución.

En astrología evolutiva, los nodos lunares, que son puntos matemáticos, son conocidos como “la cabeza del dragón” (nodo norte) y “la cola del dragón” (nodo sur). El nodo sur nos muestra de dónde venimos: aprendizajes pasados, talentos ya integrados, pero también apegos y patrones que debemos limpiar. Representa la comodidad de lo conocido, aquello que reconocemos con facilidad. El nodo norte nos marca hacia dónde vamos: experiencias nuevas, desconocidas y a menudo desafiantes, porque nos invitan a salir de lo familiar. Es el territorio de lo inexplorado, el punto de crecimiento del alma. Honrar de dónde venimos es esencial: lo pasado nos ha moldeado. Pero el verdadero propósito es caminar hacia lo que todavía no conocemos, aunque despierte miedo o resistencia.

El eje nodal tarda 18 años y medio en recorrer el zodíaco y cada 18 meses cambia a un nuevo par de signos. Actualmente, los nodos se encuentran en Piscis (nodo norte) y Virgo (nodo sur). Piscis, en el nodo norte, nos invita a soltar dependencias, ilusiones, mecanismos de evasión y viejos patrones emocionales y a aprender a ser más intuitivos, comprensivos, sensibles, fluir con las emociones. Virgo en el nodo sur nos impulsa a integrar orden, discernimiento, responsabilidad, servicio y conexión con lo concreto y a dejar ir el control, el orden, algunos hábitos y dejarnos fluir. 

Cada temporada de eclipses activa profundamente el eje nodal y, con ello, nuestro propósito del alma. Hay dos tipos de experiencias. Los eclipses de nodo norte (de luna en Piscis el 7 de septiembre) que marcan evolución, nuevas oportunidades y experiencias inéditas y eclipses de nodo sur, (el 21 de septiembre, solar en Virgo) que señalan limpieza, cierres, revisión de temas pasados y olvidados.

En estos períodos, los acontecimientos suelen sentirse predestinados: relaciones que terminan de forma definitiva, vínculos que regresan, personas nuevas que entran con fuerza en nuestra vida, embarazos, nacimientos o trascendencias. 

También, los eclipses tienen una especial conexión con las relaciones. Muchas veces, en estas fechas entran personas clave que nos impulsan hacia nuestro destino. Si los eclipses tocan nuestros nodos o nuestro Sol, los cambios son aún más poderosos. Las relaciones que comienzan en época de eclipses suelen ser profundamente transformadoras. Las que terminan, lo hacen porque ya no están alineadas con nuestro camino y dejan espacio para algo nuevo y auténtico. La duración de esas relaciones dependerá de nuestra capacidad de compromiso y apertura. Pero, en cualquier caso, quienes aparecen en este tiempo vienen a cumplir un papel crucial en nuestro crecimiento.

Si dejamos a un lado los miedos y nos abrimos con confianza, cada fenómeno cósmico se convierte en una oportunidad de cambio. Los eclipses son portales en los que el velo entre dimensiones se vuelve más fino. Nos ofrecen energías renovadas con las que podemos sintonizar para crecer. En este caso, son aceleradores de consciencia. Nos invitan a dejar lo viejo y a dejar entrar lo nuevo. En esta temporada de septiembre de 2025, Piscis y Virgo nos piden cerrar viejas heridas emocionales, cierres de ciclo, apertura a lo nuevo, limpiar dependencias y abrirnos a una vida más íntegra, consciente y en conexión con nuestra verdadera esencia. 

¡Felices cambios evolutivos de estos eclipses! 

Un fuerte abrazo.


Beatriz Casaus 2025 ©


Webs de astrología gratuitas:


https://www.astro.com

https://www.grupovenus.com