"Es un privilegio haber vivido una vida difícil" Indhira Gandhi.
Qué importante es encontrar la voz interior, por zen o
hippie que parezca esta frase. La creatividad por medio de la escritura para mí ha
sido el camino de acceso a ella, pero para otra persona puede ser cualquier
otra cosa. Lo interesante de la creatividad, es que como no puedes escapar de ti,
sacas lo que llevas dentro y es la vía directa para conocerse mejor y descubrir la propia voz. En ocasiones la
confusión nos lleva a buscar el silencio y es en ese silencio donde se puede encontrar
nuestro centro, con el que seremos capaces de escuchar nuestra verdad.
Las mujeres necesitamos especialmente encontrar nuestra propia
voz, no sólo en la sociedad, la cual nos bombardea con la presión mediática de
los cánones de belleza y demás roles sociales injustos, sino incluso en nuestras relaciones
personales, en las que tendemos a darnos enteramente amando de manera
desproporcionada y de paso perdiéndonos a nosotras mismas por el camino. Lo
primero no es la pareja, o el trabajo, o lo que sea que sea externo a nosotras
mismas, lo primero es una misma y sería adecuado sustituir el pensamiento
negativo que hay asociado a él, el de parecer unas egocéntricas por darnos esa
importancia a nosotras primero, por el de darse el valor que todo ser humano
merece y debe reconocer en primera instancia. Encontrar nuestro centro, nuestra
voz, y ser fieles a ella es vital, pues cuando una/o descubre quién es y lo que
quiere, adquiere irremediablemente el poder en su vida. Nada rebajará nuestra
autoestima porque sabremos quiénes somos y aunque nos adentremos en una
relación sentimental, lo haremos de forma sana, con desapego, enriqueciéndonos
mutuamente y desde un corazón sin necesidades emocionales.
Otro modo de conocernos a nosotros mismos, aunque pueda
sonar masoquista, es a veces el sufrimiento, pues por mal visto que esté, es el principal
aliado de la madurez al aportar sabiduría
una vez se haya superado. Puedo decir con la mano en el pecho que soy lo que
soy gracias a todas las experiencias que he pasado, hayan sido buenas y malas,
pero sobre todo las que me han pulido han sido las malas. Por ello intento no encasillar nada en esa
dualidad malo/bueno. Lo que a primera vista se consideraría malo o negativo,
como pueda ser un dolor por una situación desagradable, en algún nivel nos aporta
aprendizaje, nos vuelve empáticos, más comprensivos con las personas que sufren
y nos hace crecer, los cuales son aspectos buenos o positivos. Es decir, el
hecho de catalogar algo como bueno o malo es una pérdida de tiempo ya que todo
lo malo, conlleva finalmente a algo bueno. Las cosas son como son y sólo las
personas las juzgamos o encasillamos. Una verdad irrefutable es que de todo se
aprende y de todo se sale fortalecido.
Siempre me han interesado más las historias de los
personajes que han tenido vidas difíciles y turbulentas, que los que han tenido
una vida “happy forever” porque no son ni la mitad de interesantes que las personas
que han padecido más pero que han sabido superar los obstáculos mediante la
auto-superación. Cuando les oyes hablar a este tipo de personas o lees algo de
ellos, no dejan de sorprender y se aprende una barbaridad. Un ejemplo de ello
es el escritor francés Marcel Proust, uno de los escritores más destacados del
S.XX y reconocido como uno de los grandes genios literarios (con permiso de Shakespeare), que
tuvo una vida marcada por la enfermedad, el asma. Era homosexual y tuvo muchos
amantes, pero no llegó a tener ninguna relación satisfactoria y se tiró veinte
años escribiendo “En busca del tiempo perdido”. Al final de su vida y echando
la vista atrás, se dio cuenta de que “todos aquellos años en los que sufrió
fueron los mejores de su vida porque lo moldearon, y que los años de felicidad
fueron perdidos, porque no aprendió nada”.
No pretendo dar consejos a nadie, bastante he hecho ya soltando estos parrafazos autobiográficos, pero he encontrado unos
trucos personales que me han llevado a vivir en un estado de liberación y paz
interior de los que me veo en la obligación de compartir por si a alguien también
le sirven. Esos trucos serían los siguientes: Escucharnos a nosotros mismos
encontrando nuestra propia voz, darnos el valor que merecemos desapegándonos de
los condicionamientos aprendidos, no identificarnos con el dolor pero ser lo
suficientemente valientes como para atravesarlo para salir de él fortalecidos, no tomarse nada como algo personal y sobre
todo, DISFRUTAR DE LA VIDA. Y para disfrutar de la vida, es conveniente un
poquito de locura para no tomarnos las cosas demasiado en serio. Una dosis de
locura y sabiduría es la combinación perfecta.
¡Que tengáis un muy feliz domingo!
Beatriz Casaus 2012 ©
Mi verdadero hogar
Conozco muchos lugares
y en ninguno he encontrado un hogar.
Lo único que se asemejaba a ello,
me lo parecías tú.
Mi vida sin ti,
es como una oración sin palabras
que caótica y plena
no mantiene sentido sintáctico,
pero reposa verdad en su contenido.
La vivo según lo que es,
la aventura de un viaje instintivo,
sin planos que indiquen el sendero.
He observado que alrededor mío
por extraño que parezca,
no hay nada.
Buscaba las llaves en el lugar equivocado.
Mi casa soy yo,
y la llevo dondequiera que yo esté.
Beatriz Casaus 2012 ©
El tiempo mal
interpretado
El pasado es ególatra y se cree que todo es debido a él.
El presente es inseguro y humilde, porque duda de su
existencia permanentemente y aunque es lo único que hay, nadie se percata de
ello.
El futuro es arrogante, porque cree que traerá todo lo bueno
que necesito.
El pasado es pretencioso porque hace sentir culpable.
El presente es escurridizo porque de un momento a otro, se
convierte en pasado.
El futuro es descuidado porque no llega nunca.
El pasado es amigo del futuro, y ambos son enemigos del
presente.
El presente es un regalo, como su propio nombre indica.
El futuro es adulador porque nos hace soñar con él.
El pasado es rencoroso porque recuerda las experiencias
dolorosas.
El presente es paciente y nos da todo el tiempo del mundo.
El futuro es optimista porque mira más allá de sus
posibilidades.
Vivir en el pasado es un tormento.
Vivir en el futuro, es vivir en una ilusión.
El tiempo lineal ha perdido la vigencia de antaño,
quien vive en el presente adquiere la libertad,
AHORA.
Beatriz Casaus 2012 ©
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