jueves, 29 de noviembre de 2012

Somos alquimistas :)


La magia de la alquimia está en nuestra mano. Ésto lo digo después de acabar de descubrir esta oración de San Francisco de Asís, (y eso que lleva ya ocho siglos escrita y es conocida en medio mundo...) que ha llegado a mis manos precisamente en este momento de mi vida en el que estoy como una esponja aprendiendo de todo y en el que a mi alrededor desgraciadamente hay algunas personas que están manifestando cierto desasosiego en sus vidas. Puede que sus situaciones desagradables tengan algo que ver con el fin del calendario maya, cuya única función es que todo salga a la luz para limpiarse y adecuarse energéticamente a la vibración que llega (sé que estoy loca pero no escondo lo que pienso), o con su propio aprendizaje vital. Sea lo que fuere, el caso es que el haberme topado con este texto es para mí como un soplo de viento fresco, que me ha motivado un montón y del que he extraído mis propias conclusiones. 
Reproduce una verdad esclarecedora, el poder de transformación que cada uno tiene, y al mismo tiempo lo revela de forma clara, concisa y sin artilugios. Además incita al altruismo y al sentido que aporta la ayuda a los demás, más que el egocentrismo de pensar sólo en uno mismo. Muestra la alquimia que cualquiera puede utilizar en la vida y no me refiero a la de convertir el metal en oro, sino a la de algo tan fascinante como a transformar cualquier situación negativa en positiva y todo ello bajo el  mando de nuestra propia autonomía, bajo nuestra única responsabilidad, dando la cara a las cosas menos agradables para transmutarlas en su opuesto. 
Espero que aunque provenga de alguien asociado al catolicismo no por ello lo etiquetemos de antemano y no le prestamos la debida atención. Ni el catolicismo ni ninguna otra religión doctrinaria es para mí santo de mi devoción, pero las personas que se superan a sí mismas sí, y el personaje de San Francisco de Asís, el hombre que tuvo una vida consagrada a la ayuda a los pobres, que se despojó de la fortuna de su padre para vivir de manera sencilla, y que escribió esta belleza de oración es alguien a quien admirar y desde luego, de quien aprender. No me cabe duda que cuando la escribió estaba en un momento de lucidez plena. Este descubrimiento me ha llevado a escribir tres cositas que dejo aquí con todo mi cariño. Disfrutad, y que os sirva de mucho J

 Oración de San Francisco de Asís
 Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
Donde haya odio, ponga yo amor;
Donde haya mal, ponga yo perdón;
Donde haya discordia, ponga yo armonía;
Donde haya error, ponga yo verdad;
Donde haya duda, ponga yo fe;
Donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
Donde haya sombras; ponga yo luz;
Donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Señor, que no me empeñe tanto
en ser consolado, cono en consolar,
en ser comprendido como en comprender;
en ser amado, como en amar.
Porque es olvidándose a sí mismo uno se encuentra;
Es perdonando como se es perdonado;
Es muriendo como uno despierta a la vida eterna.

(San Francisco de Asís, S.XIII)

Situaciones repetidas
 I
El problema se repite de nuevo,
de principio a fin.
Reprochas al destino que se ha equivocado.
Tu corazón contrae ira en cada sístole.
Tus latidos bombean victimismo.
Te autoalimentas de queja,
envuelto en un círculo vicioso
en el que crees no poder hacer 
nada.
II
Decides cambiar de perspectiva.
Eres dueño de tu alimentación mental.
Reconoces que esa situación repetida,
es un espejo que te muestra
lo que hay dentro de ti,
que aún no has resuelto.
III
Lo externo no es más,
que una prolongación de lo interno.
El alivio,
de que nada pasa sin razón.
IV
El  pulso se estabiliza.
Hay paz en cada diástole.
Vas siendo consciente
que tienes poder para cambiar
lo que pasa a tu alrededor,
y que todo está diseñado
para tu evolución.
V
Es un honor tener la oportunidad
de responsabilizarse de tu vida.
Das gracias por aquello que te pasa,
porque todas esas cosas,
son tus maestros.

Beatriz Casaus 2012 ©


Anestesia  emocional
 Bajo un mismo cielo muchos dicen te amo
pero pocos lo sienten realmente,
sin la necesidad de escuchar
lo mismo de vuelta.

Beatriz Casaus 2012 ©

Mente ocupada
Lo siento,
estoy tan ocupada en mis propias ideas,
que no puedo ver las de otros.
Volveré a nacer el día,
en que perciba el mundo de forma nueva.

 Beatriz Casaus 2012 ©



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