martes, 20 de marzo de 2012

Buenos días y búsquese suerte

-¡Malos días!
-¡Malos días! sírvame por favor: Aliciente en frasquitos pequeños. No sabe lo difícil que es encontrarlo en el mercado. También... tres kilos de paciencia, que se me está acabando ya... seiscientos gramos de arrogancia por favor, que con la humildad no me da para mucho... dos litros de "dejar de mirarse el ombligo" bueno, póngame otro por si acaso. Una docena de buena voluntad para cultivar la condescencia hacia los demás y póngame también si es tan amable,  doscientos gramos de moral alta que en estos tiempos, ya sabe usted que escasean.
- ¿Se lo envuelvo todo con un poco de simpatía? lo digo porque las sonrisas aún no se cobran....
-Ah, sí, muy bien. Ya empezaba a pensar que se compraban al peso también.
-¿Alguna cosita más?
- Ya que estoy no sé si tendrá...¿un poco de respeto y consideración por el sexo femenino?
-No, lo siento, de eso no nos queda. Ya no hacen más. Los retiraron por los programas de televisión y la publicidad machista.
-Ahm, claro, ya me imaginaba yo. ¿Y unos botellitas de autoestima, discernimiento, originalidad e inteligencia si hace el favor? que con eso luego me hago un cócktail como para chuparse los dedos.
- Me permitirá decirle que no sé si eso es saludable. La última persona que me lo pidió no volvió a aparecer por aquí...
- No se preocupe, ya me responsabilizo yo de los efectos.
-Nada más, ¿verdad?pues todo es el 50% del PIB de su país.
-¿Cómo? Tendrá cara...¡cobrarme eso por lo poquito que le he pedido!
- Si quiere, le enviamos a un matón para que lo pague, como usted decida...
-No, ya prefiero pagarle ahora que más tarde con los impuestos.
-Que tenga usted un mal día, ¡así pronto nos veremos!
- Gracias,¡igualmente!,hay que ver lo cara que se está poniendo la vida...

Beatriz Casaus 2012

martes, 13 de marzo de 2012

Cicatrices

He vivido tanto tan joven
que no sé si me haré joven al llegar a vieja
para que la vida me recompense.
Entre esta noche
y la anterior,
han pasado muchos mundos.
Son los otros los que se mueven ahora
en una dulce sinfonía
que se toca a medianoche.

He soñado tanto tan joven
que he agotado las visiones
de aquellos que han empezado a vivir.
Los malentendidos se han disipado
entre la palabra y la acción
de unos versos novatos.
Me han dado permiso para nacer
pero no me han explicado
las reglas del juego.

He llegado tan alto sin una escalera
que he contemplado el dolor de la caída
sin cinturón de seguridad.
Siempre hablarán de este sitio
cuando se hayan ido todos.
Se oirán colores diferentes
y las rosas se convertirán en cicatrices
cuando todos
se hayan ido.

He tocado tanto tan pronto
que mis manos se han topado
con golpes imborrables.
He conocido a nadie
y he amado a todos.
Cuando el tiempo se acabe
yo me reiré de él
porque no sabe
lo que se ha perdido.

He callado tanto, tanto tiempo
que el amor se ha acabado
y tú has empezado a olvidarme.
No siempre se tiene
lo que se necesita.
Déjenme con el honor
de haber vivido cien existencias enteras.
No me salen las cuentas con la vida,
si me dijeron que solo me tocaba una.

He nacido tanto en tan poco tiempo,
que no me da miedo la muerte
porque sé que volveré a comenzar.
Se repartirán las almas
como caramelos a los niños
y a mí me tocará una nueva
porque he limpiado mucho.

Déjenme disfrutar con grandeza
lo poco que he vivido.

Beatriz Casaus 2012


lunes, 12 de marzo de 2012

La ratita que encontró su don

"Entre las mariposas hay cierta especie nocturna en la que las hembras son menos numerosas que los machos… Si capturas una hembra de esta especie -y esto ha sido comprobado por los científicos- los machos acuden por la noche, haciendo un recorrido de varias horas de vuelo. Varias horas, ¡imagínate! Desde muchos kilómetros de distancia los machos notan la presencia de la única hembra de todo el contorno. Se ha intentado explicar el fenómeno, pero es imposible. Debe tratarse de un sentido del olfato o algo parecido, como en los buenos perros de caza, que saben encontrar y seguir un rastro casi imperceptible. Ya ves, la naturaleza está llena de estas cosas, y nadie puede explicarlas. Y yo digo entonces: si entre estas mariposas las hembras fueran tan numerosas como los machos, éstos no tendrían el olfato tan fino. Lo tienen únicamente porque lo han entrenado. Si un animal o un ser humano concentra toda su atención y su voluntad en una cosa determinada, la consigue. Ese es todo el misterio…Pero si una de esas mariposas, por ejemplo, quisiera concentrar su voluntad sobre una estrella, o algo por el estilo, no podría hacerlo. Así, ni lo intenta siquiera. Elige como objetivo sólo lo que tiene sentido y valor para ella, algo que necesita, algo que le es imprescindible. Por eso logra lo increíble; desarrolla un fantástico sexto sentido, que ningún animal excepto ella posee. Nosotros tenemos un radio de acción más amplio y más intereses que un animal. Pero también estamos limitados a un círculo relativamente estrecho y no podemos salir de él. Yo puedo fantasear sobre esto o aquello, imaginarme algo -por ejemplo, que me es indispensable ir al Polo Norte, o algo por el estilo- pero sólo puedo llevarlo a cabo y desearlo con suficiente fuerza si el deseo está completamente enraizado en mí, si todo mi ser está penetrado de él. En el momento en que esto sucede e intentas algo que se te impone desde dentro, la cosa marcha; entonces puedes enganchar tu voluntad al carro, como si fuera un buen caballo de tiro." Hermann Hesse

Esta es la historia de una humilde ratita que quería convertirse en una bella gata. La ratita vivía en un agujero muy pequeño en la pared de la casa de una familia feliz. La familia feliz tenía una gata persa muy bonita a la que mimaba mucho y le decían cuánto la querían todos los días. La ratita vivía sola y desde su pequeño agujero veía cómo la gata era querida y apreciada. La gata tenía un pelo suave y frondoso y unos bigotes largos y curvados que cubrían parte de sus grandes ojos. Cuanto más miraba a la gata más quería parecerse a ella, así que untaba en mantequilla sus pequeños bigotes para darles una forma similar, cepillaba sus pelos cortos y se coloreaba los ojos para hacerlos parecer más grandes.
Un día, la ratita muerta de hambre en su agujero fue a buscar un trozo de alimento por la casa. Encontró un trocito de queso en un rincón pero fue descubierta por la madre de la familia y ésta se puso a chillar. Llamó a su marido inmediatamente para que la persiguiera pero la ratita fue más rápida y logró escaparse. Antes de llegar a su agujero, se encontró a la gata comiendo relajadamente. La ratita la miró admirada y le preguntó si le podía dar algo de comida. La gata, mirándola con menosprecio le dijo que no compartía su comida con un animal de tan baja estirpe.
La ratita se fue pensando que el mundo era injusto con ella, ¿por qué la gata lo tenía todo, belleza, cariño y comida y ella no tenía nada? No paraba de darle vueltas a la cabeza a ese pensamiento y se puso muy triste. De pronto una luz entró en su pequeño agujero y le habló. Era una luciérnaga. La ratita no entendía qué hacía una luciérnaga en su agujero pues aquel no era sitio para ella. La luciérnaga le dijo que ella era una luciérnaga especial, se llamaba a sí misma “luciérnaga consejera” porque había desafiado lo que se supone que su especie debía hacer para vivir a su propio ritmo haciendo lo que mejor se le daba, dar consejos. Tenía el don de aparecerse en el sitio perfecto y el momento perfecto para alguien que necesitaba un consejo. Le preguntó por qué estaba tan triste y la ratita le contó cómo se sentía. La luciérnaga le dijo que no podía compararse con la gata porque eran animales diferentes y por lo tanto sus vidas eran diferentes. Le enseñó que las ratas son animales muy astutos y que si quería ser una buena rata debía de descubrir aquello que la hacía especial y diferente del resto de las demás ratas del mundo. La luciérnaga le dijo que en la India las ratas eran animales sagrados porque una vez existió un hombre muy importante llamado Buda que meditó casi toda su vida debajo de un árbol. Cuando ese hombre se iba a morir, pidió auxilio a los animales y el primero en llegar a socorrerle fue una rata. La rata se alegró mucho al conocer la historia porque pensó que quizás en ese país la iban a querer y no se asustarían cada vez que alguien la viera. La luciérnaga se despidió no sin antes decirla que recordase siempre que la única persona que debía darse cuenta de su valor era ella misma.
La ratita dormía plácidamente cuando sintió algo en su interior que se agitaba. No sabía muy bien qué era así que se despertó e hizo caso a su instinto animal. Se dejó llevar por aquella intuición y salió corriendo de su agujero. Se encontró con la gata a quien avisó que algo raro pasaba y que avisara a la familia para que saliesen de allí, pero la gata le miró con desdén y no le hizo caso. La ratita se fue y corrió por las calles sin saber muy bien a donde dirigirse. Llegó muy lejos y se encontró con otras ratas de otros muchos sitios que también corrían como ella. Preguntó a una de ellas hacia donde iban, pero tampoco lo sabía. La rata continuó haciendo caso a su intuición y se subió en un barco que le llevó a un país muy lejano. Cuando llegó, se enteró de que el pueblo del que había huido había sufrido un terrible terremoto y pensó en la suerte que habría corrido la familia feliz y la gata.
La ratita en poco tiempo consiguió un agujero bastante grande y espacioso en una pared muy bonita. Pensó que como no tenía a nadie que le dijera que le quería, tal y como había visto que hacían con la gata, ella misma se lo diría a menudo. Pronto se sintió muy feliz con su vida. Desde que empezó a tener ese nuevo pensamiento, todos los días le dejaban comida en la entrada de su agujero. Un día dando una vuelta por aquella ciudad, descubrió unos gatitos abandonados que tenían mucha hambre. La ratita sintió compasión por ellos y les llevaba cada día parte de la comida que le dejaban en su agujero. La ratita se comenzó a sentir muy bien dando lo único que tenía y así consiguió que los gatitos crecieran. Al poco tiempo, los gatos le estaban muy agradecidos y le preguntaron qué podían hacer por ella porque ningún otro animal los había ayudado tanto y menos uno que fuera rata. La rata les dijo que la agradecida era ella, porque se sentía mejor dando que recibiendo y que gracias a ellos había descubierto su don, lo que le hacía especial del resto de las demás ratas: ayudar a quien lo necesitase. Les dijo que en ese tiempo había encontrado su lugar en el mundo porque se había encontrado a sí misma. Ya no se comparaba con ningún otro animal más bello o más querido o más rico, y se sentía feliz con quién era y con lo que tenía. La ratita, solo les pidió un favor antes de que marcharan, y aquel favor fue que le dijeran cómo se llamaba el país donde estaban. Los gatos, se miraron entre ellos asombrados y extrañados ante la ignorancia de la ratita. Le dijeron que estaban en India. La ratita en aquel momento sonrió para sí misma y pensó en la luciérnaga consejera.

Beatriz Casaus 2012 ©




jueves, 8 de marzo de 2012

Crónica de un olvido


A las 7.00 de la mañana del día X, Edwina se preparaba en el cuarto de baño para salir a trabajar. Mientras, en ese mismo instante que Edwina rizaba sus pestañas, Luke, miraba por la ventana del tercer piso de un apartamento sin balcón. En ese momento, su novia Kim recogía toda su ropa del armario mientras le recriminaba que se iba porque él no la quería. Cuando se oyó el portazo de Kim abandonando el apartamento, la Sra. Smith en el apartamento de al lado, rezaba su ave maría matinal mientras regaba las plantas del salón. La Sra. Smith vivía sola desde que su marido murió hacía X años y sólo recibía la visita de sus dos hijos en navidades, quienes la advertían que pronto le llevarían a un asilo. En el mismo segundo que la Sra. Smith pronunciaba la palabra amén, el gato del Sr. Howards se volvía a colar por la ventana de la cocina de Patty, quien dormía plácidamente durante el día porque trabajaba por las noches en un pub en las afueras. El gato se comía las sobras de la cena de Patty y solía dejar señales maleducadas de agradecimiento ante la hospitalidad de su vecina. Señales que sacaban a Patty fuera de sus casillas cuando las veía y las tenía que recoger. El Sr. Howards era soltero y jubilado. Estaba obsesionado en aprender arameo, porque no concebía no poder leer la biblia en la misma lengua en que fue escrita. Dedicaba todo su tiempo libre en acudir a grupos con otros judíos para estudiar la cábala. Su gato, se había convertido en la única relación verdadera que tenía con otro ser vivo desde hacía años. Patty tenía toda la casa repleta de notas que pegaba por todas partes. Recopilaba frases inspiradoras que leía en libros y luego las copiaba en esos papeles. Estaba enamorada de su jefe y en ese preciso minuto, soñaba que se besaban apasionadamente en el ático de su amiga Amy mientras sonaba la canción "At last". Amy, salía con el ex-novio de Edwina y era tan celosa que la observaba todos los días desde su ático con unos prismáticos para compararse en belleza y de paso, perder toda dignidad. Cuando la veía desarreglada se alegraba, pero cuando estaba guapa y bien maquillada, le rogaba a su novio que la dijera quién le parecía más bella. Su novio era un tipo muy superficial que prestaba mucha atención al físico de otras mujeres. Cuando iban por la calle, se fijaba en todas las chicas guapas a su paso, lo que obsesionaba a Amy para intentar estar perfecta siempre. A las 7.47 de aquel día X, Edwina salía del edificio mientras guardaba sus llaves en el bolso ante la atenta mirada de Amy, quien analizaba desde las alturas de su ático, su look detalladamente. De pronto Luke, quien aún seguía mirando por la ventana, oyó un golpe seco en el apartamento de al lado. Salió corriendo de su casa y aporreó la puerta de la Sra. Smith. Ante tanto jaleo, el Sr. Howards quien estaba en toalla de baño porque acababa de salir de la ducha, salió al corredor y vio a Luke intentando derribar la puerta de la Sra. Smith. Haciendo fuerza entre los dos, consiguieron abrirla y vieron a la pobre mujer muy dolorida quejándose por la caída. Mientras Luke pedía auxilio por teléfono, el gato del Sr. Howards terminaba de comerse el último trozo de pizza que estaba encima del fregadero. En un movimiento rápido, el gato tiró por casualidad un vaso de cristal y Patty se despertó estrepitosamente. "¡Otra vez el gato del vecino!" chilló enfurecida. El gato asustado, abandonó rápidamente la cocina pisando accidentalmente uno de los botones de la caldera de gas de Patty y provocando un ligero incendio. Patty salió de su casa hacia la del Sr. Howards para decirle que su gato había vuelto a entrar en su cocina. Llamó al timbre con insistencia pero nadie respondía. Mientras, en aquel preciso instante, Edwina esperaba congelada en la parada del autobús y se dio cuenta que había olvidado su maletín de trabajo en casa. Estresada para no perder el autobús, salió corriendo mirando su reloj mientras cruzaba la carretera y no se percató que un coche cruzaba a la vez que ella con una rapidez endiablada. Amy, quien contemplaba la escena aún con sus prismáticos, chilló desconsolada, pero nadie la escuchó. El coche atropelló a Edwina y ésta salió disparada unos dos metros hacia adelante golpeándose la cabeza contra el asfalto. Todos los testigos del accidente se congregaron en torno a ella armando un gran revuelo. La policía no tardó en llegar ante tanto barullo. Luke y el Sr. Howards, escucharon lo que pasaba en la calle y aprovecharon para bajar escaleras abajo a la Sra. Smith y sacarla del edificio para pedir ayuda. Patty, quien aún seguía en la puerta llamando al timbre sin éxito, sintió curiosidad por los gritos, así que también bajó. Todos observaban a Edwina tendida en el suelo inconsciente, cuando un estallido gigantesco les ensordeció. Una explosión se produjo en su edificio y pronto ardió en llamas. Amy atónita, aún observaba todo desde arriba. Al ver a Edwina en aquella situación se dio cuenta que en realidad esa chica no era su problema, sino que se había olvidado prácticamente de sí misma para agradar a un hombre que no merecía la pena. En ese instante, Luke, quien cogía la mano temblorosa de la Sra. Smith, recordó que no le había dicho a su novia cuánto la quería y que ya era demasiado tarde. La Sra. Smith por su parte, miró al Sr. Howards con ternura porque le recordó por un instante a su marido, y se dio cuenta que olvidaba cada mañana recitar un padre nuestro por él. El Sr. Howards pensó en su gato, y se entristeció al pensar que no hubiera sobrevivido a la explosión. Se dio cuenta que olvidaba ponerle comida en su cajita todos los días y que quizás esa fuese la razón por la que el pobre animal estaría hambriento y buscaría en la cocina de Patty algo para comer. Se había olvidado de cuidar la única relación verdadera que tenía. Patty, pensó que se estarían quemando todos los papeles que había recopilado con esmero durante años y que le hacían recordarse a sí misma quién era en realidad. El gato, quien había sido el causante de todo aquel desastre, apareció de entre las llamaradas del edificio medio cojeando. El Sr. Howards lo vio aparecer de lejos y se dirigió hacia él emocionado. El gato tenía pegado en su patita derecha un trozo de pizza y un papel arrugado. Aquel papel era una de las tantas notas que Patty tenía colgadas por su casa. El Sr. Howards lo cogió y lo leyó en voz alta, mientras una lágrima caía por su mejilla: "Nunca olvides lo más importante" decía. El gato maulló y la policía les retiró del edificio para evitar que nadie saliese herido. En ese instante, la Sra. Smith cogió la mano del Sr. Howards y cuando se dirigían a la ambulancia ella le dijo: “Al fin, cada uno de nosotros lo ha encontrado”.



Beatriz Casaus 2012 ©
 


martes, 6 de marzo de 2012

El nombre que encontró su palabra

"What´s in a name? that which we call a rose by any other word would smell as sweet" (William Shakespeare)


El nombre que encontró su palabra



Las palabras me buscan 
y me encuentran.
Hallo en ellas un respiro
en cada noche
que me hace seguir adelante.
Saco a la luz mi escondite,
que ha velado para que mi voz duerma.


Me contamino, 
por lo que sale de mi boca
y no como siempre pensé,
por lo que en ella entra.
Lo que digo,
me condena o me libera.


Me preocupa 
que me limiten tanto...
A veces, es como un campo extenso 
que anhela convertirse en mar.
Otras, bellas cascadas de sonidos 
que pocos entienden.
Escucho un lenguaje 
que no entiende de fronteras
y puedo hablar a todos por igual.


Los pensamientos han dejado de pensarse
cuando se pronuncian.
Se llenan los labios
de esperanzas 
que parecen no ser mías
y entonces me callo,
porque mi corazón me habla en silencios
que no comprendo y sólo recito.
Me refugio en los nombres 
que 
encontraron 
palabras.


Otra vez la noche me dice qué hacer:
dormir...
Y yo solo quiero estar despierta 
para escuchar
al silencio que me habla.
Lo importante no son los nombres,
me repito.
Sino lo que hay detrás 
de cada palabra.


Beatriz Casaus 2012




ROMEO & JULIET


Juliet:          
O Romeo, Romeo, wherefore art thou Romeo?
Deny thy father and refuse thy name;
Or if thou wilt not, be but sworn my love
And I'll no longer be a Capulet.
Romeo:
[Aside] Shall I hear more, or shall I speak at this?
Juliet:
'Tis but thy name that is my enemy:
Thou art thyself, though not a Montague.
What's Montague? It is nor hand nor foot,
Nor arm nor face, nor any other part
Belonging to a man. O be some other name!
What's in a name? That which we call a rose
By any other word would smell as sweet;
So Romeo would, were he not Romeo call'd,
Retain that dear perfection which he owes
Without that title. Romeo, doff thy name,
and for thy name, which is no part of thee,
Take all myself.

William Shakespeare.



jueves, 1 de marzo de 2012

¿Qué está pasando?

Numerosos casos de muertes de ballenas y delfines han estado ocurriendo a lo largo de estos últimos años, no sólo debido a la abominable caza comercial de ballenas sino, probablemente a un fenómeno del que aún los expertos no saben nada. En la segunda mitad del pasado mes de enero, 85 delfines encallaron en Cape Cod (Massachusetts).Durante el año 2010 se tuvieron que ocupar de 120 delfines, cifra que se ha alcanzado ya cuando apenas ha empezado este año. En esta fecha, 99 ballenas se quedaron varadas en Nueva Zelanda, muriendo muchas de ellas. En Irlanda se ha producido un récord de ballenas y delfines varados en los últimos doce meses. En la web del "National Oceanic and Atmospheric Administration" también se puede ver el claro aumento de cetáceos varados entre 2011 y en este 2012, esta vez en el Golfo de México:

http://www.nmfs.noaa.gov/pr/health/mmume/cetacean_gulfofmexico2010.htm

Esta misma web, anuncia que los cintíficos están estudiando el origen de estos acontecimientos, y apuntan a si estos casos se producen por una bacteria llamada "Brucella". Otra posible causa es el hecho que ocurrió el pasado 20 de abril de 2010 en este mismo Golfo de México, en el que se produjo el peor desastre ecológico de la historia. El derrame de petróleo de un pozo de extracción de una conocida empresa petrolífera. Es probable que este lamentable suceso haya provocado las muertes de estos animales en esa zona, pero, ¿qué pasa con todos los demás casos que se dan de forma similar en diferentes lugares terrestres? ¿tiene ésto algo que ver con la muerte misteriosa de miles de aves que aparecieron muertas también en diferentes partes del mundo? No existe correlación directa sobre estos hechos, ni siquiera una explicación por parte de los científicos. Existen diferentes teorías, algunos apuntan incluso, que estos hechos no tienen por qué estar provocados necesariamente por la acción del hombre, sino por la intensa actividad de nuestro sol, el cual está inmerso en uno de sus ciclos de tormentas solares. Según dicen, estas tormentas solares, afectan al electromagnetismo terrestre, por lo que dichos animales pueden perder el rumbo y se desorientan.

En cualquier caso, hay que estar muy alerta de estos dramáticos hechos y como sea, intentar solucionarlos.

Fuentes: http://www.nmfs.noaa.gov/pr/health/mmume/cetacean_gulfofmexico2010.htm
             http://www.ifaw.net/ifaw_latin_america/join_campaigns/index.php
             http://www.iwdg.ie/

Beatriz Casaus 2012