que no sé si me haré joven al llegar a vieja
para que la vida me recompense.
Entre esta noche
y la anterior,
han pasado muchos mundos.
Son los otros los que se mueven ahora
en una dulce sinfonía
que se toca a medianoche.
He soñado tanto tan joven
que he agotado las visiones
de aquellos que han empezado a vivir.
Los malentendidos se han disipado
entre la palabra y la acción
de unos versos novatos.
Me han dado permiso para nacer
pero no me han explicado
las reglas del juego.
He llegado tan alto sin una escalera
que he contemplado el dolor de la caída
sin cinturón de seguridad.
Siempre hablarán de este sitio
cuando se hayan ido todos.
Se oirán colores diferentes
y las rosas se convertirán en cicatrices
cuando todos
se hayan ido.
He tocado tanto tan pronto
que mis manos se han topado
con golpes imborrables.
He conocido a nadie
y he amado a todos.
Cuando el tiempo se acabe
yo me reiré de él
porque no sabe
lo que se ha perdido.
He callado tanto, tanto tiempo
que el amor se ha acabado
y tú has empezado a olvidarme.
No siempre se tiene
lo que se necesita.
Déjenme con el honor
de haber vivido cien existencias enteras.
No me salen las cuentas con la vida,
si me dijeron que solo me tocaba una.
He nacido tanto en tan poco tiempo,
que no me da miedo la muerte
porque sé que volveré a comenzar.
Se repartirán las almas
como caramelos a los niños
y a mí me tocará una nueva
porque he limpiado mucho.
Déjenme disfrutar con grandeza
lo poco que he vivido.
Beatriz Casaus 2012
Te quería dejar un comentario, pero mis palabras no estarían a la altura...
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