sábado, 5 de enero de 2013

En la dulce espera de un beso



"Omnia vincit Amor; et nos cedamus Amori"
. "El amor lo vence todo; dejémonos vencer por él"(Virgilio)



"No, no aparta a dos almas amadoras
adverso caso ni cruel porfía:
nunca mengua el amor ni se desvía,
y es uno y sin mudanza a todas horas.
Es fanal que borrascas bramadoras
con inmóviles rayos desafía;
estrella fija que los barcos guía;
mides su altura, mas su esencia ignoras.
Amor no sigue la fugaz corriente
de la edad, que deshace los colores
de los floridos labios y mejillas.
Eres eterno, Amor: si esto desmiente
mi vida, no he sentido tus ardores,
ni supe comprender tus maravillas".
(William Shakespeare)


En la dulce espera de un beso

Puedo observarte horas
y aún mirarte con asombro,
en la dulce espera de un beso.
Puedo ser devota de tu amor,
si prometes que cuando me vaya
permanecerá mi sabor en tus labios.
Puedo errar en agonía cuando mis muros,
cuya función es blindar miedos,
finjan que no nos conocemos
para hacernos pasar por extraños.
(También puedo derribar esos muros,
si yo fuera tu persona favorita).
Puedo caminar descalza sobre cristales,
si sé que mis pasos no serán en vano.
Puedo,
ser nadie a tu lado,
o compartir la misma soledad que la luna
todas las noches vacías
a la espera de algo tan fútil,
como otro beso.
Puedo ser todo lo que yo quiera ser,
un abrazo, por ejemplo.
Puedo, calcular la simetría del aire
para gritarte en la distancia
que podemos ser eternos.
Puedo reverenciar a los símbolos alegres
de tus caricias
y dejar sobre la mesa
todo lo que no necesito.
A partir de ahora,
sólo llevaré en mis bolsillos
tu mirada escrita.
Puedo ser el puente entre tu ser y el mío.
Puedo perder la memoria
hasta que tu boca esté en mí
y se edifiquen juntas.
Puedo recordar que de amor,
no se muere nadie
aunque parezca
que yo lo haga un poquito,
cada vez que veo alejarte.
Puedo, tener tiempo para quererte,
antes, después y durante.
Puedo crear bajo mis ojos
un eterno presente
en el que la única realidad factible
seamos los amantes.
Puedo, bailar tranquila en mi cabeza.
Puedo transformar la distancia
entre nuestras mejillas
como si no tuvieran un mes de ausencia.
Puedo observarte durante años
y que tu rostro, no me parezca que cambie.
Puede, que el amor me quede demasiado holgado
como para quedármelo, pero no.
No con todo el mundo
resuena la evidencia.
Dentro de diez años,
aún te quiero seguir esperando.


Beatriz Casaus 2013 ©








No hay comentarios:

Publicar un comentario