lunes, 9 de mayo de 2016

Lo que esconden los selfies

 
La primavera ya llegó aunque no lo parezca porque sea tímida y le cueste mostrarse, por lo menos aquí en Madrid. Y yo me siento igual. A todos aquellos que somos tímidos pero a los que de vez en cuando nos apetece mostrarnos y a veces para ello utilicemos una pantalla de ordenador y de frases célebres que adornen la inseguridad que hay detrás de cada selfie, les dedico este post.

Pero no os engañéis con las fotos que he subido, que no os engañen. No tengo este cuerpo de nacimiento, estoy a dieta permanente y hago ejercicio con regularidad, soy vegetariana desde hace muchos años, cuido mucho mi alimentación con productos ecológicos y biológicos, no sólo porque tenga conciencia de lo que alimenta mi cuerpo, "aquello que comes forma parte de ti", sino de cómo se produce y qué efectos genera esa producción tanto en el medio ambiente como en los animales. Me cuido con cremas (también ecológicas) de cuerpo y cara y utilizo maquillaje (muchos productos de mi maquillaje son ecológicos cómo no).

No soy el reflejo que aparece en ese espejo que ahora muestro, eso es sólo el instante de un segundo de mi vida pixelado y con un filtro. Detrás de ese instante hay muchas historias y muchos momentos tanto buenos como malos que no os puedo enseñar (porque las fotos no lo permiten) y que también soy yo, que me han hecho crecer, aprender y convertirme exactamente en la persona que soy en este momento. Todos esos momentos e historias me han llevado a la certeza de que todo lo que ha pasado y todo lo que sucede es lo correcto aunque no nos guste o aunque a veces no hallemos en ello su significado. Todo pasa por algo y aunque queramos descifrarlo o en última instancia desentrañar incluso de qué se trata la vida y de comprenderla, es mejor dejar a un lado la razón y ¡vivirla!, así de sencillo y así de verdadero, pues la vida  no está para entenderla sino para vivirla. ¡Pero vivirla de verdad!

Vivir cada momento de ella y disfrutar y aprender de todas las personas que la forman, la pareja (la mía tiene la paciencia de aguantar mis selfies en casa), amigos, familia, compañeros, personas que ayudan de alguna manera, la cajera del supermercado, tu vecino, la chica que te tuvo envidia, el novio que te dejó o incluso personas que han hecho daño. Todas las personas no están ni llegan por casualidad sino que están ahí para enseñarnos algo, por alguna razón desconocida y aunque ahora tampoco lo comprendamos. Según mi punto de vista para vivir de verdad no hay más que darse cuenta de lo bonito que es estar vivo, no pensar en exceso y ser agradecido. Nada más.

Ojalá que disfrutéis de la vuestra pero por favor, no os creáis sólo lo bonito de ningún selfie, la felicidad que se aparenta en fotos/estados de redes sociales, ni ninguna cosa que os cuenten sin antes pasarla por el filtro de vuestro propio criterio y pensamiento, porque ese es el verdadero filtro que hay que utilizar siempre. Detrás de cada instante de una foto hay historias que no se muestran, detrás de cada estado hay mil pensamientos que no se dicen, detrás de lo que te cuentan o escuchas por ahí pueden haber ciertos sesgos que hay que tener presentes. Y sobre todo, cuando te intenten convencer de algo, en un intento de colonizar al otro, (como bien decía Saramago), hay que usar nuestro propio filtro con más razón, porque creerse todo lo que nos muestran sin llegar a la profundidad de nada, según mi criterio nos resta.

Lo real es lo de dentro y aunque de vez en cuando a una le apetezca jugar y mostrarse, como es mi caso con esta entrada en particular, sentid lo que os producen estas palabras y no lo que percibís con vuestros ojos. ¡Mil abrazos! 
¡A vivir :)!


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