sábado, 11 de enero de 2014

Peón

El otro día, una persona fantástica me dijo el piropo más bonito que recuerdo haber escuchado hacia mí, decía así: "Tienes una mirada limpia, una sonrisa auténtica y un corazón puro". Me siento muy agradecida a aquella persona por haberlo percibido de ese modo y desde aquí se lo agradezco enormemente. Quería compartirlo con vosotros no porque me lo hubieran hecho, se lo podrían haber dicho a cualquier otra persona y lo hubiera compartido también y ser igual de hermoso, sino para demostrar que lo que más valoramos es al fin y al cabo, lo que los demás ven de nosotros o al menos eso es lo que me gusta creer. Si eso es lo que desprendo (no todo el mundo lo capta en los demás) me anima muchísimo a seguir sonriendo desde el corazón, porque en realidad es lo único que de verdad me importa. A continuación os dejo con un cuento tradicional hindú y con un breve poema mío, no soy muy dada a hacer poemas que rimen, pero este me ha salido así y su razón tendrá, jeje :) Un abrazo gordote.

Rabiya (cuento tradicional hindú)

"Una tarde la gente vio a Rabiya buscando algo en la calle frente a su choza. Todos se acercaron a la pobre anciana.

-          ¿Qué pasa? – preguntaron  - ¿Qué estás buscando?

-           Perdí mi aguja - dijo ella.
Y todos la ayudaron a buscarla. Pero alguien le dijo:

-          Rabiya, la calle es larga, pronto no habrá más luz. Una aguja es algo muy pequeño, ¿por qué no nos dices exactamente dónde se te cayó?

-          Dentro de mi casa - respondió ella.

-          ¿Te has vuelto loca?- gritó la gente- si la aguja se te cayó dentro de tu casa, ¿por qué la buscas aquí fuera?

-          Porque aquí hay luz y dentro de la casa no la hay.

-          Pero aun habiendo luz, ¿cómo podemos encontrar la aguja si no es aquí donde la has perdido? Lo correcto sería llevar la lámpara a la casa y buscarla allí.
Rabiya se rió.

-          Sois tan inteligentes para las cosas pequeñas, y ¿cuándo vais a utilizar esa misma inteligencia para vuestra propia vida? en el tiempo que os conozco os he visto siempre infelices intentando cubrir vuestra infelicidad con cosas exteriores, buscándola afuera de vosotros mismos, ¿por qué buscáis la felicidad en el mundo exterior? ¿acaso la habéis perdido allí?"

Peón

Entre que me encuentro y me siento
han pasado  muchos mundos,
perdido la memoria de quién soy
y olvidado las reglas del juego.
Busco  la pesquisa en la dualidad
en dirección a la unidad que anhelo.
Reconozco,
que lo que más aleja,
no es un mar que recorren barcos,
sino la infinita distancia
con la que separa el miedo.
Soy un peón en un juego de ajedrez,
concentrado en avanzar escaques,
atado,
sin darme cuenta de que estoy compitiendo,
contra las demás piezas.
Mi única intención es aplacar al rey
con un jaque mate.
Desde esta humilde visión
todo parece cruel, personal y pequeño,
por ello me entrego a ti y te pido,
que se haga tu voluntad
y no la mía,
pues sólo tú  ves el tablero.

 Beatriz Casaus 2014 ©

 
 
 
 

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