domingo, 9 de julio de 2017

Cuarenta y nueve escalones

"We are led to believe a lie, when we see not through the Eye" (William Blake)


"(...)Estoy habitada por un grito.
De noche aletea
buscando, con sus garras, algo para amar (...)"

(Extracto del poema "Olmo" de Sylvia Plath)



Cuarenta y nueve escalones


Terribles voces se bifurcan en mi camino
como en un consuelo por encontrar
sentido a todo el dolor que viví.
A veces el mar se apodera de mí
y pretende ahogarme pero es entonces
cuando renazco y vuelvo a olvidar.
No confío en los milagros
ni el designio de las alucinaciones
para abrir la conciencia.
Confío en la vida que tantas veces me ha abrazado.
Aunque ni yo misma lo crea,
debo ser importante para este
acontecimiento universal también.
Me aterra pensar que no hay árboles que florezcan.
Pero antes deben caer sus hojas como lo hacen,
en silencio y sin que nadie se dé cuenta,
de forma sigilosa y casi accidental
para configurarse sobre una dignidad perdida.
Cuarenta y nueve escalones que unen
el cielo con la tierra.
Mi tierra natal con mi domicilio actual.
En un aparente caos azaroso se puede brillar
y conceder a la luz el lugar que le corresponde.
Antes era mañana
y caminar descalza hoy es toda una proeza.
No volveré a repetir las palabras malditas
si una ínfima parte de lo que el amor es,
me encuentra y me lleva.
Me inclino sobre la balanza
que tiende a descender sobre uno de sus brazos
de forma aleatoria.
Nunca entendí por qué un gran corazón no pesa más.
Sufrí la velocidad de la violencia silenciosa.
Hundida hasta la raíz,
mis gritos no se oían en otras paredes.
Toca pronunciar muchas palabras
hasta no decir nada para llegar lejos.
Lo oculto ve la luz y nos miramos
como si nunca antes nos hubiéramos visto.
Soy nueva cada día y por fin te veo.


Beatriz Casaus 2017 ©


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