sábado, 27 de julio de 2013

El sueño feliz

“Cada mañana es una buena noticia, cada niño que nace es una buena noticia, cada hombre justo es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor, es un soldado menos. Todo esto y mucho más, lo aprendí de mi madre. Se llamaba Sara. La elegí como madre por la misma razón por la que Dios la eligió como hija. Nunca pudo aprender nada puesto que, cada vez que estaba por aprender, llegaba la felicidad y la distraía. Nunca usó agenda porque hacía sólo lo que amaba y eso, se lo recordaba el corazón. Se dedicó sólo a vivir y no le quedó tiempo para otra cosa.” (Facundo Cabral)


El sueño feliz

El sueño feliz es a lo único a lo que aspiro en esta vida. Se trata de vivir a gusto donde estoy, ahora mismo, en este preciso instante y sin preocuparme por nada, aún cuando mis circunstancias no sean las más idóneas o aunque sí lo sean. Es ese estado de satisfacción más allá de lo que uno tiene, más allá de la forma, porque no proviene de algo externo a mí, sino de dentro. De no identificarme con nada extrínseco, simplemente agradecerlo por estar ahí y de mirar hacia dentro, sonriendo.

El genial y tristemente desaparecido cantautor Facundo Cabral, cuenta la historia, cuando él estaba en la India, de un hombre mayor que vivía en una esquina de una calle que era como un basurero, donde también habían ratas y cucarachas. Él caminaba de vez en cuando por allí y aquel hombre siempre estaba sentado, tranquilo, contento y con una sonrisa. Facundo Cabral lo miraba, le saludaba y se iba. Un día, la curiosidad le llevó a hablar con aquel señor. Llevaba con él a dos personas más que eran traductores, y así comenzaron a hablar y a entenderse. Los traductores le presentaron a Facundo Cabral diciendo que era un músico importante y que viajaba por todo el mundo. El hombre se alegró de conocerle y siguió sonriendo. Entonces Facundo le preguntó: “Dentro de mi ignorancia, ¿le puedo hacer una pregunta?” El señor contestó: “Sí, ¿cómo no?” y le dijo: “De todas las partes del mundo en las que usted pudiese estar ahora mismo, ¿dónde le gustaría estar?” Y el hombre respondió con total rotundidad y siempre sonriendo: “Aquí”, de nuevo mientras sonreía. Facundo miró extrañado a su alrededor. No era precisamente un lugar bonito, incluso era sucio, por lo que Facundo le preguntó asombrado: “¿Por qué?” A lo que el hombre le dijo: “Porque aquí fue donde Dios me puso. ¿Qué otro mejor lugar que aquí?

Esta anécdota verídica, es el mayor ejemplo que puedo dar sobre qué es vivir el sueño feliz. Cuando llegamos a ese espacio, de no identificación con la forma que tenga nuestra vida, sino con un estado de paz y contento interior sin importar lo que haya a nuestra alrededor, es vivir el sueño feliz. Es a lo que aspiro cada día, y aunque aún no esté plenamente viviendo de esa manera, pongo todo mi esfuerzo en conseguirlo. Para ello, además de otras cosas, recurro a algo que no falla y que además tiene el poder mágico de que en cuanto se hace, te sientes inmediatamente bien. Se trata de dar las gracias. Además de ser una de mis palabras favoritas, tiene un efecto inmediato, como digo, por lo que animo a todos a que lo practiquéis a menudo. Me siento tremendamente afortunada y agradecida de estar viva y de todo lo que acontece en mi vida. El año pasado tomé una decisión acertada cuando decidí dejar Alemania y volver a Madrid. He vivido fuera de España, además de en Alemania en Estados Unidos y puedo decir totalmente con sinceridad que como aquí no se vive en ningún sitio. Soy una persona que me encanta viajar y conocer mundo pero cuando se está fuera, se echa mucho de menos la tierra y sobre todo a su gente. Aquí no vivimos en tan buenas condiciones económicas como en otros países, pero yo no me muevo sólo por intereses lucrativos sino más bien por intereses del corazón. Sé apreciar lo bueno y aquí estoy rodeada de personas extraordinarias de las que tengo la inmensa suerte de que estén en mi vida porque en realidad, son lo más importante de ella y la hacen grande. 

Estoy agradecida a mis amigos por demostrarme que la amistad es el regalo más preciado que alguien puede conservar. Agradecida porque tengo el privilegio de que me quieran y apoyen, por su madurez, por darme ánimos cuando lo he necesitado y compartir momentos y charlas muy fructíferas. Agradecida a mi familia, por quererme de forma incondicional y haberme enseñado las lecciones más duras y relevantes y por estar ahí siempre. Agradecida a mi chico, por apoyarme, darme amor, hacerme reír, escucharme, demostrarme su apoyo y por hacer que todo tome un tinte mucho más bonito a su lado. Estoy agradecida también a la parte negativa que ha habido en mi vida porque han sido mis verdaderos maestros. Agradecida porque estoy liberada de todo mal, sé que el Universo siempre ve y escucha y pone a la gente en su lugar en su debido momento. Confío en la justicia divina y sé que todo el mal o los malos deseos que le envías o haces a alguien son devueltos tarde o temprano, así como el bien, por ello me esfuerzo en no ir jodiendo a nadie, sino al contrario. Ayudar es otra de mis palabras favoritas. Me siento agradecida por alejarme de las personas que viven presas de la envidia y los celos, porque su presencia es dañina y por enseñarme que son justo lo contrario de lo que quiero ser. Estoy agradecida porque mi vida no ha sido fácil, gracias a ello he adquirido mucha experiencia, una gran dosis de comprensión y empatía hacia otros y un gran crecimiento personal, por ello sé apreciar las cosas importantes y me intento mover por amor. Estoy agradecida a mi cuerpo, por estar sano y rebosante de energía y por funcionar correctamente para ayudarme a transitar por este mundo. Agradecida por rodearme de personas de buen corazón y bonitas inquietudes, de mujeres nobles que no compiten entre sí, sino que se ayudan y se dan cariño y de hombres legales con valores que demuestran con sus actos. Estoy agradecida porque he perdido cosas, ya que me enseñan que nada es permanente y doy inmenso valor cuando tengo algo, siendo consciente de que en realidad, nada me pertenece e intento vivir en un estado de desapego permanente (y esto no quiere decir no tener cariño a nada, sino todo lo contrario, amar desde la libertad). Estoy agradecida porque mi única intención es cada vez intentar parecerme más a lo que escribo. No estoy ni mucho menos en ese estado todo el tiempo, pero pongo todo mi esfuerzo y empeño en que así sea. Estoy agradecida por todos los momentos que he vivido y por todos los que me quedan aún por vivir y por elegir en cada momento, mirar las cosas desde un lado positivo. Estoy agradecida por todo y por no cansarme nunca de dar las gracias. Estoy agradecida porque sigo mi pasión  y agradecida a la gente que me lee, que me sigue y que me demuestra su cariño mediante comentarios o mensajes que me tocan muy dentro. Estoy agradecida por cada día, no importa si el tiempo es bueno o malo, cada día es único y una oportunidad más para poder practicar dar las gracias. Así que, muy buenos días y gracias a todo y a todos :) 

El sueño feliz

He vivido dormida en una ilusión,
y sólo cuando he despertado,
me he dado cuenta
que vivo un sueño feliz.

Sueño
que la mayor riqueza es la de la paz,
desde donde fluyen
todas las bendiciones.
Sueño,
que el mayor tesoro,
es un corazón
lleno de agradecimiento.
Sueño que el dinero
no es el dueño de las personas.
Sueño
que los hombres se dan la mano en fraternidad.
Sueño
que no soy la única que sueño.

Vivo mi sueño feliz
sólo cuando no duermo.


Beatriz Casaus 2013 ©

Os aliento encarecidamente a leer este artículo: http://elpais.com/elpais/2013/07/19/eps/1374258169_173683.html





3 comentarios:

  1. Compartiendo por aquí el mismo sueño
    que nos sueña.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola Carlota!Sinceramente no me puedo creer que sólo tengas dieciséis años...¡escribes genial!he estado leyendo tu blog y me ha encantado. Todas y cada una de las entradas están muy bien narradas. Eres inconfosmista como yo por lo que comparto tu mensaje. Sigue así porque tienes talento. Muchísimas gracias por pasarte por aquí y desde ya, tienes a una seguidora más. ¡Un saludo!

    ResponderEliminar