“Dada la inmensidad del tiempo y la inmensidad del universo, es un placer inmenso para mí compartir un planeta y un tiempo contigo.” (Carl Sagan)
(Foto del viaje a Málaga-Córdoba de hace unos días 🤩)
A continuación una poesía, la primera de este estrenado nuevo año, reflejo de la entrada de Venus en Piscis. 😅
El amor vive mucho más allá de mí
me envuelve y me penetra ligero sin inmutarse,
me trasciende.
Viaja más rápido que mi pensamiento
y llega mucho más lejos
de lo que mis pies podrían alguna vez caminar.
Es más poderoso que aquello
que la mente imagina
y aunque nunca lo logre entender,
no podría vivir sin él
ni en un milésima de un segundo
calculado por los límites del tiempo.
Pues el amor no conoce el tiempo.
Ni el espacio.
No conoce ningún límite humano.
Es aquello que hay detrás del límite.
Ni siquiera un ápice
de toda su magnificencia podría saborear,
y aún así,
en ese pequeño frasco
que se me antoja conocer de él,
me ahogo.
Me pierdo porque me supera en escala y forma.
Es el dueño de todas
y sin embargo no reside en ninguna en concreto.
Me olvido,
porque me inundo
con esa diminuta parte del todo.
Siempre he sido amante
de lo chiquitito,
de lo poco que podemos llegar a comprender
la inmensidad del infinito.
Me siento inútil ante lo inabarcable,
lo escurridizo que es entre mis dedos
el término incondicional.
Y aun así,
tal vez gracias a esa insignificancia
algún día sin pretenderlo
y sin que importe mucho,
me funda en él.
Ese es mi sueño más bonito.
Beatriz Casaus 2025 ©
Muy bello y tierno, Beatriz. 🍷🕊
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